Los rusos piden un cambio con su voto

Los resultados desfavorables en las elecciones a la Duma (Parlamento) exigen modificaciones en el partido gobernante.

Las elecciones a la Duma estatal (Parlamento) celebradas a principios de este mes han puesto de manifiesto que los rusos quieren un cambio. El apoyo a Rusia Unida, el partido en el poder, cayó del 64% al 49,5% y la formación ha perdido la mayoría que ostentaba en muchos parlamentos regionales. En al menos tres de ellos Rusia Unida se verá obligada a gobernar en coalición. En una decena de grandes ciudades el partido perdió las elecciones en favor de los partidos de la oposición.


Los resultados obligan a Rusia Unida a buscar coaliciones con otros partidos  

“Es evidente que estas elecciones han sido totalmente distintas a las anteriores,” admitió hace unos días el todavía presidente y cabeza de lista de Rusia Unida, Dmitri Medvédev, en una reunión con sus partidarios en la localidad de Gorki, a las afueras de Moscú. A pesar de las declaraciones públicas en las que Medvédev se declaró triunfador, los que están cerca del presidente saben que está en horas bajas.


Fuentes del partido gobernante admiten que los métodos utilizados hasta ahora para relanzar la popularidad de los líderes no han funcionado, como tampoco ha dado resultados la conocida táctica de la locomotora. En la mayoría de las regiones donde las listas fueron encabezadas por viceministros, el partido obtuvo menos del 40% de los votos.



La estrategia de utilizar la imagen del líder del país, Vladímir Putin, fracasó. La popularidad del partido continuó decreciendo incluso después del congreso de septiembre en el que Putin anunció su regreso a la carrera presidencial de 2012.



Rusia Unida necesita renovar su marca y modernizarse, reconocen fuentes en el partido y personas cercanas a Medvédev. Es probable que estos cambios se reflejen en un nuevo programa elaborado de cara al congreso del año próximo, cuando se renueve la dirección del partido al completo.



El director de la administración presidencial, Serguéi Naryshkin, declaró que Medvédev podría ponerse a las riendas del partido una vez celebradas las elecciones a la Duma. Pero fuentes del partido recalcaron estos días que no habrá cambios, al menos hasta después de las elecciones presidenciales. “Los electores de Rusia Unida son en su mayoría habitantes de pueblos y ciudades pequeñas que se informan a través de la televisión y no utilizan Internet. Medvédev no puede ser el líder de esta gente”, señala el presidente del Centro de Tecnologías Políticas, Ígor Bunin.



Además de la renovación de la marca del partido, los funcionarios de Rusia Unida planean la creación de dos formaciones nuevas que compitan con la oposición en otros espacios del espectro político. Aunque de nuevo, la dirección a seguir se fijará en función de los resultados de la campaña presidencial. Estos comicios marcarán hasta qué punto la situación es seria en lo tocante a los afiliados del partido gobernante. Lo que ya ha quedado claro es que Putin no competirá bajo las siglas de Rusia Unida sino con el paraguas del Frente Popular, una formación creada recientemente cuya imagen pública es más neutra.



La renovación en Rusia Unida es inevitable. “Los resultados electorales permitirán a la oposición obtener más financiación y tener una voz más poderosa en los debates en la nueva Duma”, explica Bunin.


Medvédev ya dejó claro el 4 de diciembre que el partido tendría que formar “acuerdos de coalición”. Fuentes de Rusia Unida explicaron que el partido ha estudiado posibilidades de acuerdo con todos los partidos presentes en el Parlamento. “Lo más seguro es que se logre un pacto con el Partido Demócrata Liberal de Rusia (LDPR, en ruso)”, analiza el politólogo Dmitri Orlov.



La Administración del país ha empezado a hablar de cambios políticos. Así Medvédev no descarta rescatar el “voto contra todos”, una posibilidad que fue eliminada en estas elecciones. También se está pensando en la vuelta a un sistema electoral más mayoritario.



El coordinador del Comité Público de Rusia Unida, Mijaíl Abýzov, propuso en una entrevista concedida a
Védomosti regresar a la práctica de elegir directamente a los alcaldes y los diputados fuera de las listas de los partidos. “Las elecciones han demostrado que existe una gran demanda de renovación de los instrumentos de desarrollo del país y las autoridades lo han percibido”, asegura Abýzov.



El rechazo del sistema proporcional a favor del partido mayoritario puede tener consecuencias que ayuden a Rusia Unida a conservar la mayoría. “Impulsará la batalla política y la aparición de políticos nuevos, algo que no le gusta en absoluto a Putin”, considera Bunin.



“La posición del propio Medvédev como futuro primer ministro se verá muy afectada después de estas elecciones”, señala un funcionario de Rusia Unida. Este funcionario analiza que la participación de Medvédev en la campaña no aportó nada positivo al partido, al contrario, la popularidad del presidente se vio diezmada. Medvédev tomará posesión del nuevo cargo cuando su popularidad atraviesa el peor momento, lo que le hace más débil y dependiente. “El tándem se convierte más bien en una vertical”, constata Bunin. 

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