España y Rusia, socios en tecnología militar

Rosoboronexport, surgida en el año 2000 a partir de la fusión de dos empresas estatales (Rosvoorouzhenie y Promexport), es la agencia rusa que centraliza todas las exportaciones e importaciones de material militar del país. Hablamos por tanto de un gigante del sector, pues Rusia ocupa el 2º puesto del ránking mundial de exportaciones militares, con un 23% de cuota de mercado, sólo por detrás de Estados Unidos. En la recta final del Año Dual, Robosoronexport tendió una mano a la industria española de defensa y seguridad, aprovechando la presencia de empresas y figuras relevantes dentro del mercado militar español, el pasado día 14 de diciembre.

Foto de Itar Tass

En representación de la agencia rusa acudió al evento Sergéi Ladigin, director de Programas Regionales del Mercado Exterior de la agencia. “Hemos venido trabajando puntualmente con empresas españolas en los últimos años y nos parece que era el momento para nuestra presentación oficial. La cooperación que proponemos significa creación de nuevos puestos de trabajo, incremento del intercambio comercial y ampliación de mercados para nuestra producción militar”, señaló el representante de la agencia en declaraciones recogidas por Infodefensa.com.


Rosoboronexport, cuyo volumen de exportaciones alcanzó el año pasado los 10.000 millones y tiene pedidos en curso por valor de otros 36.000, extiende su negocio por más de 70 países del mundo, en 44 de los cuales cuenta con oficina de representación. ¿Por qué también en España ahora? Porque nuestro país se ha conseguido posicionar en los últimos años como un importante proveedor de alta tecnología militar al adjudicarse algunos concursos internacionales (principalmente en el Sureste asiático). Así, Rosoboronexport, más que un simple cliente, busca en España un socio tecnológico. La agencia rusa propone de esta forma un marco de cooperación permanente para la realización de trabajos de ciencia e investigación, la producción conjunta y el intercambio de alta tecnología. Dicho marco tendrá que desarrollarse bajo el paraguas de un convenio para la cooperación técnica-militar entre ambos Gobiernos (protocolo internacional habitual en los intercambios militares entre países para garantizar su transparencia). En este caso, su aprobación estaría todavía pendiente, pero en buenas perspectivas, según la propia agencia.


La distribución de la facturación de Rosoboronexport por áreas de negocio se divide en la siguiente proporción: 43% aviación, 23% material de la Armada, 16% material del Ejército, 13% defensa antiaérea, más un 5% para defensa espacial. Naturalmente, el principal destino de la producción de Rosoboronexport es el propio estado Ruso. El nuevo programa federal de armamento cuenta con una asignación de 670.000 millones de dólares y conlleva la renovación de al menos el 70% del material del ejército hasta el año 2020, informa RIA Novosti. Por otra parte, los principales destinos de las exportaciones de la agencia rusa en 2010 fueron India, Argelia y China, que supusieron hasta un 60% del total la facturación. Aunque destaca también el creciente mercado en el Sureste asiático y Latinoamérica, con países como Indonesia, Vietnam, Malasia, Brasil o Venezuela como clientes cada vez más habituales.

 

Quizá echen de menos en esta lista a países de la OTAN, su ausencia no es casualidad. El negocio de la industria militar tiene también bastante de político e históricamente los países de la OTAN han mantenido acuerdos endogámicos en sus convenios para el suministro de Defensa. Quizá ahí resida precisamente el valor de la reciente presentación de Rosoboronexport en España y su propuesta de convenio. Los ejemplos de intercambio y colaboración en tecnología militar entre Rusia y España son escasos y recientes. El más significativo sería el de Indra (empresa española líder del sector), que alcanzó un convenio para fabricar y suministrar junto a Rosoboronexport sistemas de interferencias láser para proteger aeronaves de misiles antiaéreos con guiado infrarrojo. El éxito de ese convenio derivó en una ampliación del contrato para la creación de un sistema similar para helicópteros, actualmente en marcha.



Destaca también el acuerdo de colaboración firmado entre la agencia rusa y Navantia el pasado julio (bajo el amparo del Ministerio de Defensa y la Embajada Española en Moscú), que estaría cerca de cristalizar en el desarrollo en España de un complejo sistema de detección de minas. Otros proyectos están todavía en ciernes, especialmente en el área de aviación y espacial, pero sin duda la presencia de Rosoboronexport en nuestro país abre una nueva e importante vía de cooperación económica bilateral.

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