Jornada de protestas en San Petersburgo

Foto de Ricardo Marquina Montañana

Foto de Ricardo Marquina Montañana

La manifestación del sábado concentró a 10.000 personas, según los organizadores. Los incidentes fueron mínimos. Se reclamaron elecciones limpias y se anunciaron nuevas movilizaciones contra el gobierno.

Los manifestantes se habían dado a las 14:00 horas en la plaza Vosstaniya, lugar céntrico que los fines de semana es de por sí un hormiguero a causa de las miles de personas que transitan por las tiendas de los dos grandes centros comerciales que rodean esta plaza y la estación Moskovski, el mayor nudo ferroviario de la ciudad.

Ante el caos reinante, la manifestación se desplazó a la plaza Pionérskaya a las 14:30. Este es un emblemático lugar para los mítines de protesta, pero se quedaba pequeño para acoger a la masa de gente que se dirigía hacia su nuevo destino. Cuando miles de personas cortaron el tráfico, se produjeron las primeras detenciones de jóvenes que gritaban a coro “Rusia sin Putin”.

En la plaza no cabía ni un alfiler. Las calles aledañas estaban a rebosar, y la policía manteniendo las distancias. Los agentes desplegados eran jóvenes y dejaron que el mitin se realizase con normalidad, pese a los provocadores gritos que periódicamente lanzaban grupos de exaltados.

Los participantes eran de lo más heterogéneo: comunistas, anarquistas, liberales, nacionalistas rusos… y sobre todo gente sin filiación política; padres con niños, ancianos, jóvenes, universitarios, trabajadores de todas las edades. La multitud portaba claveles blancos y lazos blancos en el brazo o la frente, símbolos de este movimiento.

El mitin comenzó mientras la gente coreaba los eslóganes más comunes: “Rusia sin Putin”, “Putin a la cárcel”, “Este es nuestro país, esta es nuestra ciudad”, “Revolución”. El lema coreado con más energía era “Rusia será libre”.

Sobre el escenario, los “líderes”de esta “oposición” explicaron las reclamaciones : elecciones limpias, registro de todos los partidos políticos ahora ilegalizados, repetición de las elecciones a la Duma. También se pidió que los nuevos diputados de los partidos presentes en el parlamento no tomen su cargo, como mecanismo para ilegitimizarlo.

Una de las intervenciones más aplaudidas estuvo la de Yuri Markovich, abogado de Mijaíl Jodorkovski, que preguntó a los asistentes: “Por favor, decidme, ¿quién de vosotros tiene dinero de Hillary Clinton?”, en clara alusión a la afirmación de Vladímir Putin, que decía que EE UU está financiando a la oposición rusa.

También tomaron la palabra Olga Kurnosova, Artemi Troitski o Víctor Sheondorovich, todos ellos conocidos miembros de la vida civil rusa.

La crítica al partido gobernante, Rusia Unida, fue la tónica, y se recalcó la necesidad de “estar unidos” ante las elecciones presidenciales, que se celebrarán en marzo del próximo año.

Terminado el mitin, el grueso de los manifestantes se dispersó rápidamente ante el acoso policial. Los agentes antidisturbios comenzaron a empujar para desalojar el lugar.

Los ultranacionalistas irrumpieron con violencia lanzando dos bombas de humo, pero el resto de los manifestantes se desligó de ellos rápidamente; abortando así el intento de dar paso a la violencia. La manifestación terminó con la promesa de ser la primera de muchas.

La opinión del autor no coincide necesariamente con la de Rusia Hoy.

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