Foto de RIA Novosti
El 5 de diciembre en el bulevar Chistie prudi, en pleno centro de la capital, se concentraron entre 3000 y 7000 personas, según distintas fuentes. Al día siguiente, grupos de la oposición y movimientos juveniles afines al gobierno convocaron movilizaciones en diferentes lugares de la capital. Los primeros se concentraron en la plaza Triunfalnaya, que para muchos moscovitas se asocia con reuniones de protesta. Mientras que los jóvenes progubernamentales se reunieron en la plaza de la Revolución, a dos pasos del Kremlin. Las dos corrientes no pudieron evitar encontrarse frente a frente.
Nos dirigimos a pie desde la redacción hasta la plaza Triunfalnaya. Según la información de las redes sociales, el acto de la oposición debía comenzar a las siete de la tarde. Decidimos acercarnos para ver con nuestros propios ojos lo que ocurría. A medida que nos íbamos acercando el volumen del ruido aumentaba; poco después pudimos comprobar lo producían los propios manifestantes. En el centro de la plaza, rodeados por la policía y multitud de vallas, había activistas de “Nashi” (“Los nuestros”, grupo juvenil vinvulado a RU). Muchos de ellos eran menores y golpeaban bombos de diferentes tamaños, al grito de “¡Rusia! ¡Putin!”. A primera vista, eran unos mil. Según una colega periodista llegada desde el Kremlin, en las calles adyacentes se habían reunido otros 2.000 miembros de la juventud progubernamental.
Fue en la plaza Triunfalnaya donde se encontraron las dos corrientes y donde tuvo lugar un duelo verbal. Los manifestantes de la oposición, desplazados por la policía, acabaron en el mismo lado de la plaza donde se concentraban los de “Nashi”, que vitoreaban la victoria de RU y gritaban a sus contrincantes: “¡Sonrían con más frecuencia!”. La oposición respondía con consignas como “¡Queremos unas elecciones honestas!” y con sonoros pitos. La confrontación recordaba a una pelea “de pared a pared”, cuando dos multitudes se enfrentan una a la otra y ambas están listas para lanzarse hacia delante en cualquier momento. No obstante, no se registraron enfrentamientos directos. Se arrojaron palos de los bombos, alguna que otra botella y bengalas. Las fuerzas antidisturbios desactivaron la situación con detenciones periódicas. En total estuvieron unas tres horas, y hacia las once de la noche los manifestantes comenzaron a dispersarse declarando que esto no era el final.
Durante la concentración, en la zona de la plaza Triunfalnaya los teléfonos móviles no funcionaban y tampoco había acceso a Internet. En total fueron detenidas cerca de 560 personas, entre ellos varios periodistas.
Todos los derechos reservados por Rossíiskaia Gazeta.
Suscríbete
a nuestro boletín
Reciba en su buzón el boletín informativo con los mejores artículos sobre Rusia: