La primera vez que Iván cogió una cámara de fotos fue a la edad de quince años. Ahora tiene casi 56 y lleva dieciocho viviendo en un monasterio. Sin embargo, se dedica a la “fotografía filosófica” y a los retratos de caras ortodoxas desde hace relativamente poco tiempo, unos ocho años.
Los cristianos ortodoxos prefieren mantenerse distanciados del arte, ya que consideran que muchas veces puede llegar a desviar a las personas del camino recto. Pero Iván Zhuk no comparte esta opinión de sus hermanos de fe y con su obra intenta demostrar que el arte es capaz de llevar a la gente hacia el camino correcto. Según el fotógrafo, hay demasiados ejemplos de anticristianismo explícito o encubierto en el arte, cita por ejemplo la exitosa película rusa “La Isla”, de Lunguin. Esto asusta a los fieles ortodoxos que empiezan a sospechar de cualquier artista, a pesar de ser sensibles a lo bello y estético como cualquier ser humano.
Las fotos de Iván Zhuk son únicas, porque reflejan la imagen de una Rusia que prácticamente nadie ve. Retrata a personas que pasan desapercibidas: sacerdotes, monjes y visionarios. Es bastante difícil convencerles para que posen, pero Zhuk lo consigue porque no es un ajeno a la vida monacal. Cada foto suya tiene detrás toda una historia: la de la persona que sale reflejada en ella. El fotógrafo afirma que sólo retrata a personas dignas. Iván Zhuk trabaja junto a otro fotógrafo, Ígor Tírtov, que se encarga de retocar las instantáneas. Ambos se conocieron trabajando en el horno del monasterio.
Iván Zhuk percibe la religión ortodoxa como la base de la cultura rusa. Su filosofía es bastante simple: cada pueblo tiene que atenerse a sus tradiciones. “Un elefante no puede convertirse en un antílope, por mucho que le apetezca; siempre será elefante y tendrá que vivir de acuerdo a las leyes de los elefantes, que son las suyas”, afirma el fotógrafo. "Sea como fuere, los estadounidenses se las apañan mejor que nosotros a la hora de rodar una película como Terminator. Por su parte, ningún chino podrá encarnar a un cristiano profundamente ortodoxo. Estamos constantemente mirando hacia Occidente, pero el verdadero problema consistiría en que nos faltase nuestra propia dignidad, algo que nos confiere la religión ortodoxa. Cuando una persona siente la presencia de Dios a su lado, tiene fuerzas incluso en las circunstancias más adversas".
Iván Zhuk tiene planeado rodar una película, ya que también es guionista profesional de cine. Sus guiones han sido galardonados en varias ocasiones en festivales de cine ortodoxos.
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