Las condiciones de los BRICS para ayudar a Europa

Foto: Reuters/ Vostock

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Los influyentes países emergentes se han mostrado dispuestos a ayudar a Europa en la crisis de desconfianza de los mercados y los problemas relacionados con la deuda soberana. Sin embargo, en la última cumbre del G-20, celebrada a principios de mes en Cannes (Francia), los líderes de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) se negaron a aportar dinero al fondo de rescate europeo. En la declaración emitida al final de la cumbre, estos países mostraron su voluntad de ayudar a Europa siempre que sea a través del Fondo Monetario Internacional.

Los mayores mercados emergentes tienen gran interés en prevenir un desastre financiero en Europa, que inevitablemente se extendería también a otras regiones. Cabe recordar que la Unión Europea es un socio comercial clave para los BRICS. Por ejemplo, el intercambio comercial entre China y la UE asciende a 35.600 millones de euros, 800 millones de euros más que el volumen de negocios entre la UE y EE UU.


Para Rusia, la zona euro supone más del 50% del comercio exterior y un 45% de sus reservas de divisas.


En la cumbre de Francia los BRICS acordaron fijar una posición conjunta con respecto a los problemas de la zona euro. “El hecho de que surja una postura común entre los BRICS significa elevar su rango al de protagonistas en la escena mundial”, opina el asesor del Instituto ruso de Desarrollo Contemporáneo, Nikita Máslennikov. Según Máslennikov, la decisión de adoptar una posición conjunta indica el “inicio del proceso de posicionamiento de los BRICS como actores de la geopolítica”.


Los emergentes discuten desde septiembre las opciones y parece que el FMI cobra fuerza como instrumento para canalizar esa ayuda.


El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso confirmó a principios de mes que las grandes economías emergentes del mundo están dispuestas a proporcionar ayuda financiera a la zona euro a través del Fondo Monetario Internacional, pero a cambio quieren compromisos para reformar el FMI en busca de una mayor representación. Aquí está la clave de las negociaciones.


“Existe tal posibilidad (la ayuda de los países BRICS)”, declaró el ministro ruso , Serguéi Lavrov. “Nuestros países están dispuestos a participar en los esfuerzos conjuntos, incluyendo proporcionar créditos de acuerdo con las normas y los canales existentes en el FMI”, abundó.


La declaración del ministro ruso de Relaciones Exteriores también vino a confirmar la falta de voluntad de Moscú de prestar dinero de manera directa al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, así lo consideran los expertos.

El 50% del comercio ruso es con países de la Unión Europea y el 45% de las divisas del país son en euros

La presidenta de Brasil, Dilma Roussef, se manifestó en la misma dirección durante la cumbre del G-20.


El presidente ruso, Dmitri Medvédev, confirmó la posibilidad de destinar 20.000 millones de euros para ayudar a Europa, una cifra que se maneja hace tiempo.


Pekín ha adquirido títulos de deuda italiana por valor de 100.000 millones de euros, mientras que el jefe ejecutivo de los Fondos Europeos de Estabilidad Financiera, Klaus Regling, mantuvo negociaciones en la capital de la República Popular China sobre la asignación de una suma adicional de 100.000 millones de euros para las necesidades del fondo.


Incluso la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, en un reciente viaje a Moscú, dio a entender que no veía razón alguna para que Rusia no apoyara la zona euro a través de ayuda directa.


“Creo que el apoyo por parte de los BRICS a la zona euro es del todo factible”, considera el director de operaciones financieras de la compañía Partner, Andréi Mordávchenkov. Se puede formalizar, bien a través del mecanismo del FMI, es decir, en forma de préstamos o algo semejante, o bien mediante la compra de eurobonos”, argumentó este experto.


Otros analistas, sin embargo, no ven tan claro el apoyo de los países emergentes a los países europeos en apuros. “Creo que los emergentes no participarán en el rescate de la zona euro, porque, aparte de China, los demás países no han manifestado una voluntad clara de adquirir deuda europea”, opina Denis Barabánov, director financiero del departamento de análisis de la compañía de inversiones Grandis Capital. “Esos 10.000 millones de dólares con los que Rusia declaró estar dispuesta a ayudar es solo una gota de agua en el mar”, dice Barabánov.

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