La agricultura en Rusia: tiempo de cosecha

Foto de RIA Novosti

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El campo ruso, necesitado de una fuerte inversión, deberá redimensionar sus explotaciones, todavía demasiado grandes o muy atomizadas.
Después de la espectacular caída en la producción tras el fin del comunismo, la agricultura rusa intenta levantar cabeza. El repunte de la inversión y el deseo de innovación en el sector son síntomas significativos. Pero aún queda mucho por hacer para recuperar mercado y depender menos de Europa. Un dato: Rusia importa cada año un millón de toneladas de carne de cerdo solo de países de la UE.

El presidente Dmitri Medvédev, promoverá, de cara al 2020, las medidas necesarias para que el 85% de la carne y el 90% de la leche consumidas en Rusia provengan de la producción nacional, lo que equivale a un incremento del 20% con respecto a las cifras actuales.

El Gobierno ayudará con créditos baratos fundamentalmente a la cría de ganado. Hasta la fecha, Moscú aportaba cada año al sector agrícola alrededor de 7.000 millones de euros en subvenciones, una cantidad que está muy por debajo de las ayudas que ofrece la Unión Europea. Bruselas desembolsa 100.000 millones al año a los agricultores. “Ahora ya podemos producir con precios competitivos, similares a los del mercado internacional”, asegura Klaus John empresario agrícola. Según John, la agricultura rusa es competitiva incluso sin subvenciones.

Rusia es uno de los mayores importadores de productos agrícolas del mundo. Aunque con una cabaña de ganado vacuno de 11 millones de cabezas, el país se encuentra todavía muy lejos de los 42 millones de vacas lecheras que tenía en el momento del colapso de la Unión Soviética.

Recuperar la producción
 
Los expertos creen que Rusia deberá importar leche, soja y carne de vaca durante mucho tiempo. Sin embargo, en diez años, el país podría ser autosuficiente en lo que respecta a la carne de cerdo, cuya producción el año pasado aumentó un 8,6%.

En el sector de los cereales y la colza, el panorama es más optimista, ya que en la actualidad existen excedentes para exportar.

En 2009 se cosecharon 108 millones de toneladas de grano. Al año siguiente, en 2010, la cosecha cayó hasta los 60 millones de toneladas por culpa de la sequía y los incendios forestales, pero este año se espera de nuevo una buena producción. Los expertos creen que Rusia alcanzará el nivel de 1990.

Serguéi Yarovói, socio de John, cree que hay mucho por hacer para recuperar el terreno perdido: “La mayor parte de las explotaciones no están bien gestionadas”, afirma.

Una de las causas de esta ineficiencia es la estructura del sector agrícola. Por una parte existe un gran núnero de pequeños agricultores y por otro, las grandes explotaciones tienen unas dimensiones excesivas. Hay consorcios que gestionan extensiones de terreno equivalentes a una región alemana.

Los consorcios, además, suelen repartir los beneficios entre sus accionistas en lugar de reservar fondos para afrontar posibles caídas en las ventas en años complicados. Esta falta de previsión se hizo evidente durante la crisis económica de 2008, cuando algunas de estas compañías dejaron de pagar a sus trabajadores durante meses.

Además, los expertos en el sector abogan por una estabilidad desde la base de la pirámide. Piensan que los pequeños agricultores deberían organizarse en empresas y cooperativas para ser más competitivos.

Un futuro en la ciudad
 
Muchos padres no ven en el campo un futuro para sus hijos. El hijo de Olga Jujúkina se ha criado entre vacas, tractores y heno. Pronto se marchará a la ciudad para seguir estudiando. Su madre espera que su hijo no tenga que regresar al campo sino que se convierta en directivo de alguna empresa.

Los ingenieros agrónomos de las grandes empresas se quejan del envejecimiento de la población en las áreas rurales. “Lo que falta es mano de obra con formación que sepa manejar la maquinaria agrícola y la tecnología”, opina Alexánder Musnik, de la explotación agrícola Soldatskaia, en las proximidades de la ciudad de Kursk. Hacen falta profesionales, ya sean autóctonos o extranjeros. “A los rusos con una buena formación, no les merece la pena economicamente, irse al extranjero”, razona John.

La cita Serguéi Yarovói

" La mayoría de las empresas no funcionan de manera eficiente: en la región de las Tierras Negras, podríamos producir hasta un 40% más”

Entre guerras y ‘koljoses’. La situación del campo desde 1900

En 1900 Rusia era uno de los mayores exportadores de grano del mundo: casi una tercera parte de las exportaciones mundiales provenían del imperio. La Primera Guerra Mundial, la Revolución Soviética y varios años de guerra civil provocaron la despoblación del campo y se originó un fuerte descenso de la producción agrícola. Habría que esperar a la década de 1920 para que de nuevo aumentara el nivel de producción. En 1929, Stalin decidió colectivizar el sector agrícola, tratando de englobar las pequeñas explotaciones en grandes complejos centralizados. En ese momento, muchos agricultores prefirieron sacrificar sus caballos, vacas y cerdos antes que tener que entregarlos al Estado, lo que provocó una vez más una caída libre, afectando en particular a la producción del ganado bovino.

Ya a comienzos de los ochenta, la URSS se había convertido en el mayor productor de trigo, centeno, cebada y algodón, aunque los ‘koljoses’ y los ‘sovjoses’ administrados por el Estado fueran ineficientes. Tras el colapso de la Unión Soviética, Rusia producía la mitad de grano que en 1990. Esta crítica situación está en vías de solución. En 2008, con 108 millones de toneladas, la cosecha superó por vez primera la de 1990.
La recuperación del sector vacuno está siendo algo más lenta. La cabaña ronda los 11 millones, 31 millones menos que en los años 80.

En la actualidad, el 10% de la población rusa trabaja en este sector y su volumen de facturación en 2009 ascendió a 1,53 trillones de rublos (unos 38.000 millones de euros).

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