Aprovechar el impulso del Año Dual para la economía

Foto Legión Media

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La entrada de Rusia en la OMC representa una oportunidad para fortalecer las relaciones comerciales entre España y Rusia, hoy reducidas. Las crisis interna y de la UE acentúan el atractivo del mercado ruso para la economía española. Sectores y regiones rusas ofrecen un gran potencial para capear el temporal y dar los primeros pasos hacia la recuperación.

Tras más de 18 años de negociaciones,Rusia será socio de pleno derecho de la Organización Mundial de Comercio (OMC) a mediados de 2012. A falta de la aprobación del consejo de ministros y la ratificación parlamentaria, la adhesión de Rusia a la OMC es más que probable.

Con esta adhesión, el sistema de reglas comerciales multilaterales logra integrar una potencia económica con alto simbolismo histórico y una significativa influencia económica y política en los países en transición. Para Rusia, el acuerdo estimula la integración en el mercado internacional, abriendo nuevas oportunidades para comerciantes e inversores a favor de la modernización y la competitividad.

Con este acuerdo, Rusia se compromete a reducir de manera escalonada, en un periodo de ocho años, sus aranceles de importación entre el 7,8% y el 10%, en promedio, con rebajas inferiores en los productos industriales y superiores en bienes agrícolas.

Las relaciones de España y Rusia

Distanciados geográficamente, las relaciones políticas y comerciales oficiales entre España y Rusia cuentan con más de 30 años. En los últimos años los contactos institucionales se han intensificado, distinguiéndose las relaciones bilaterales por la buena sintonía, lo que se ha traducido en la firma de distintos marcos de cooperación, como la Asociación Estratégica entre España y Rusia suscrita en 2009 o el Año Rusia – España 2011. Pese a estos esfuerzos, las relaciones económicas siguen siendo tímidas si se comparan internamente o en relación con otros países de Europa.

El volumen de las exportaciones e importaciones bilaterales

Según datos de la Oficina Económica y Comercial de España en Moscú, en 2009, España exportó a Rusia 1.477 millones de euros, menos del 1% de las exportaciones totales de España, ocupando Rusia el puesto no. 16 en los destinos de exportación españoles. Las importaciones de bienes y servicios provenientes de España representaron algo más del 1% de las importaciones totales rusas. Otros países europeos, como Alemania, Francia e Italia tienen mayor cuota de mercado en Rusia (12% y 5% en los dos últimos casos, respectivamente).

Con un valor de 4.588 millones de euros, en 2009, las exportaciones rusas supusieron el 2,2% de las importaciones totales españolas, situándose en el puesto número 20. Los Países Bajos, Alemania e Italia son los mayores receptores de las exportaciones rusas.

El saldo de los intercambios bilaterales entre Rusia y España es generalmente deficitario para España, en torno a un 30%, debido al notable valor de la importación de petróleo. Si se excluye la variable combustibles, la exportación española es aproximadamente el doble que la importación.

Tras crecer entre 2001 y 2008, el comercio exterior bilateral se redujo significativamente (las exportaciones disminuyeron un 47,9% y las importaciones un 38,7%) en 2009, por la crisis económica española. En el primer trimestre de 2010 se identificaron los primeros signos de recuperación, superando el comercio bilateral en 2010 los 7.000 millones de dólares, un 40 por ciento más que en 2009. En el primer trimestre del año 2011 las exportaciones españolas a Rusia han aumentado en un 54% con respecto al año anterior. Por el contrario, las inversiones directas de España en Rusia son algo más discretas, en torno a 891 millones de euros en 2010, cercanos al valor de 2006.

 

Bienes exportados e importados entre España y Rusia

La estructura de las exportaciones de España a Rusia es relativamente diversificada. Los productos alimentarios (fundamentalmente productos cárnicos, frutas y legumbres), las semimanufacturas (sobre todo productos químicos), los bienes de equipo (básicamente maquinaria industrial) y la automoción han sido los rubros más importantes en los últimos años, con variaciones en su ordenación. De manera más desagregada, la tecnología industrial, los productos hortofrutícolas, la moda, el hábitat, los productos químicos y los productos cárnicos encabezan las exportaciones. Las exportaciones españolas a Rusia tienen un grado medio de valor agregado,con productos de elevado contenido tecnológico.

Mientras tanto, las importaciones españolas de bienes provenientes de Rusia están altamente concentradas en combustibles, sobre todo hidrocaruburos, con más del 80% de las importaciones, pese a la menor dependencia energética de España, por su acceso al gas del Norte de África, que el resto de Europa, y semimanufacturas, sobre todo productos de fundición, hierro y acero. Las materias primas y los alimentos son los siguientes rubros.

Los intercambios en el sector de servicios no son de gran magnitud pero, a diferencia del comercio de bienes, registran un superávit para España, gracias sobre todo al turismo.

La inversión extranjera hispano-rusa

La inversión española en Rusia es insignificante, siendo muy sensible a la concreción operaciones específicas. Otros países, como Reino Unido, Holanda y Alemania invierten mayor volumen de recursos en Rusia. La inversión se concentra en los sectores de comercio, banca, minerales, metales y sector agroalimentario. Geográficamente, la inversión española se agrupa en las regiones de Moscú y San Petersburgo. A diferencia de China, donde la inversión sigue un patrón de deslocalización industrial, en Rusia prima la voluntad de aprovechar las ventajas de instalarse dentro del mercado para vender en la misma Rusia.

La inversión rusa en España tampoco es estadísticamente significativa. Las actividades inmobiliarias, la hostelería y el transporte marítimo son los mayores receptores. Holanda, Reino Unido y Alemania son, en cambio, un destino privilegiado para la inversión rusa en el exterior.

La crisis económica española y la estrategia de exportación e internacionalización

 

La crisis económica que asola a España constituye un incentivo adicional para la estrategia de exportación e internacionalización. Con el mercado interno español deprimido, y con indicios de que la recuperación será lenta, el sostenimiento y crecimiento de la economía española pasa en el corto y medio plazo por la capacidad de exportar bienes y servicios, preferentemente hacia países que se encuentren fuera de Europa, como los del continente asiático o la región de América Latina, o aquellos que están, como Rusia, en el límite del viejo continente.

Rusia: un mercado atractivo para la exportación e internacionalización españolas

En estas latitudes, los países emergentes son los mejores destinos para la exportación y la internacionalización española. Brasil, Rusia, India y China, que conforman el grupo conocido como BRIC, por sus siglas, destacan dentro de estos países, por el tamaño de su economía, en términos de potencial económico y humano, el crecimiento de su demanda de importaciones, especialmente por parte de la emergente clase media, orientada al consumo de bienes extranjeros, y la necesidad de modernizar su estructura productiva, todo ello soportado en la mejora de su solvencia externa, garantizada a corto plazo y sin riesgos en el mediano plazo.

Según el Banco Mundial, durante la última década Rusia conoció un incremento medio del PIB del 6%, con un crecimiento del 4% en 2010 y proyecciones del 4,8% para el 2011. Con más de 142 millones de habitantes, la Federación Rusa tiene un PIB per cápita de 9.910 dólares y un nivel de desempleo del 8%. El nivel de

endeudamiento externo (40%) y la situación fiscal se encuentran en niveles razonables y óptimos en comparación con la mayoría de las economías occidentales, lo que le ha permitido no sólo escalar en el ranking de las potencias económicas mundiales, sino también evitar un fuerte contagio de la crisis económica global. Su comercio exterior creció además durante años a un ritmo mayor que el PIB. A medio plazo las previsiones para la economía rusa indican tasas de crecimiento del PIB de entre el 4 y el 5% (siempre dependiendo de la evolución del precio del crudo), lo que permite esperar aumentos apreciables de las importaciones totales.

Además de por su rentabilidad y expectativas de expansión, el comercio internacional con Rusia es para España ventajoso en términos de interdependencia y reducción de riesgos. Mientras los intercambios con India son muy módicos, las relaciones con Brasil se han ido enfriando en los últimos años. Crecientes, las importaciones de China son poco estratégicas y la inversión tiene un marcado sesgo a la deslocalización industrial. Sólo en Rusia, arguye Sánchez Andrés, las exportaciones son crecientes, las importaciones españolas consisten en productos estratégicos (en especial petróleo) y las inversiones constituyen un mecanismo de penetración en un mercado en expansión, y no una deslocalización industrial.

Los mercados estratégicos

Aunque será difícil tener tasas de crecimiento como las registradas en los años inmediatamente anteriores a la crisis, la adhesión de Rusia a la OMC facilitará las relaciones comerciales y de inversión entre España y Rusia. Para fortalecerlas será vital identificar y priorizar las oportunidades más robustas y fértiles, dado que las oportunidades no son homogéneas entre sectores y territorios.

Entre los sectores más propicios para la exportación española a Rusia sobresalen los bienes de consumo (muebles,calzado, textiles y cerámica) y los agroalimentarios (alimentos precocinados, conservas vegetales y vinos), la maquinaria y equipos industriales para la industria alimentaria, textil y tratamiento de madera, el sector naval mercante y pesquero, el sector de componentes de automoción, y la industria médica y farmacéutica.

En cuanto a la inversión española en Rusia, los análisis coinciden en continuar la orientación hacia el consumo nacional, aumentando la cuota de mercado, más que a la deslocalización productiva. El sector energético (petróleo, gas y generación y distribución de energía eléctrica, además de las renovables); el sector agrario (los aceites de semillas, los transformados de frutas y verduras, las bebidas no alcohólicas y los vinos); el sector de componentes de automoción para las multinacionales del automóvil; el sector de construcción de viviendas e infraestructura, sobre todo de transporte (vial, férreo -sobre todo de alta velocidad- y aeroportuario); el sector turístico, donde es decisivo aumentar y renovar las plazas de alojamiento, en especial en hoteles de tipo medio; el sector bancario y de telecomunicaciones; y el sector médico y farmacéutico, donde se requieren medicamentos y equipos sanitarios son los más estratégicos.

Regionalización e internacionalización española en Rusia

Como sostiene Sánchez Andrés, en un país tan extenso, la desagregación regional es fundamental. Todavía hay atractivos para las relaciones comerciales y la inversión. Moscú y San Petersburgo presentan síntomas de saturación, al igual que las regiones de Nizhniv Novogorod, Samara o Tatarstán, lo que invita a considerar otras regiones. Las regiones de Voronezh, Saratov, Yaroslavl y Krasnodar ofrecen oportunidades inmediatas, mientras Ekaterinburgo, en los Urales, y Novosibirsk, en el centro de Siberia, constituyen enclaves para proyectarse sobre nuevos territorios.

La importancia del impulso institucional

Aunque la proyección de las empresas españolas puede desarrollarse de manera autónoma, aumentar la efectividad y volumen de negocio requiere una estrategia bilateral de medio y largo plazo impulsada por el gobierno. Estrategias como el Plan Integral de Desarrollo del Mercado, conocido también como Plan Rusia, o la Asociación Estratégica entre España y Rusia han contribuido y contribuirán a ello, a través del apoyo al comercio y la inversión y la promoción del turismo, apostando por el fortalecimiento de las relaciones institucionales bilaterales. La fecundidad de los espacios bilaterales quedó demostrada en el Foro Internacional Económico de San Petersburgo de este año donde se firmaron contratos por más de 800 millones de euros.

La adhesión de Rusia a la OMC amplía las ventajas de las relaciones económicas entre Rusia y España. Sinérgicas y crecientes, atender el gran margen de mejora constituye una estrategia inteligente frente a la crisis económica. Ante el fin del Año Rusia-España en apenas unas semanas, es vital retomar los esfuerzos a lo largo de 2012,estrechando las relaciones diplomáticas,culturales, comerciales y de inversión.

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