Una de las primeras fiestas de Año Nuevo que se organizaron en 1953, en el Salón de Columnas, foto de Itar Tass.
Las Navidades podrían ser muy sencillas. Y en su día lo fueron. Hace unos 300 años, cuando en Rusia gobernaba Pedro el Grande, que de sus viajes por Europa se trajo el árbol de Navidad y algunas tradiciones más. Desde entonces, ha habido varias revoluciones y las Navidades se han vuelto un tanto más complicadas.
Viandantes pasean por la Plaza Roja decorada con ornamentos navidadeños. El mayor árbol de Navidad de Rusia. Foto de archivo
Pero, antes de empezar, conozcamos a algunos personajes: Papá Noel se llama “Ded Moroz” (Papá Helado), y le acompaña su nieta Snegúrochka (la Doncella de las Nieves), que es una adorable jovencita. Desde hace algo más de diez años, ambos habitan oficialmente a unos 950 kilómetros al norte de Moscú, en Veliki Ústiug. Por motivos que nadie logra comprender, el exalcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, proclamó que esta localidad de 30.000 habitantes era la residencia oficial de Ded Moroz. En Nochevieja el anciano engancha los caballos a la troika y se apresura a repartir los regalos.
¿En Nochevieja? Sí, así es, y es aquí donde la historia se complica. Cuando en Europa los árboles de Navidad comienzan a perder las agujas, en Rusia empiezan las celebraciones por todo lo alto. La tradición comenzada por Pedro el Grande fue abolida por los bolcheviques tras la Revolución de Octubre; la fiesta que conmemora el nacimiento de Jesús era algo que los ateos no podían tolerar. De modo que introdujeron el calendario gregoriano en Rusia, el que se utilizaba en toda Europa, en detrimento del juliano. Mientras tanto, la cúpula de la iglesia rusa se mantuvo fiel al antiguo calendario. Debido a que ambos calendarios tienen una diferencia de trece días, y es el juliano el que anda “atrasado”, desde aquel cambio en Rusia la Nochebuena se celebra el 7 de enero (según el “nuevo” calendario gregoriano). Evidentemente, en la época soviética pocas personas lo celebraban y la Navidad se convirtió en una festividad íntima para algunos inconformistas y secretos devotos.
Ded Moroz (Papá Helado)/PhotoXpress
Años más tarde los comunistas se percataron de que la cosa no podía funcionar sin una gran festividad invernal. Crearon entonces unas Navidades ateas, que tenían su fiesta grande 1 de enero, es decir en “Novi God” (Año Nuevo). El primer árbol de Año Nuevo soviético se colocó en 1937 en la Sala de las Columnas de la Casa de los Sindicatos de Moscú. Incluso Ded Moroz llegó hasta allí.Los rusos no tardaron en tomarle cariño a la fiesta; prueba de ello es que hasta la fecha Novi God continúa siendo la festividad más importante del año, en la que la familia se reúne en torno a una mesa ricamente engalanada. Los que han tenido disputas se piden disculpas y los regalos se amontonan bajo el abeto.Al mismo tiempo, la Navidad “original” (“Roshdestvo”) vuelve a cobrar importancia. Actualmente, los cristianos ayunan durante los cuarenta días anteriores a la Nochebuena y comienzan el banquete con Sotshivo, un dulce hecho de nueces, semillas de amapola, miel y cereales. En Nochebuena, festividad de Kolyada, las calles se inundan de procesiones. Pero eso no es todo: según un decreto de 2005, entre Navidad y Año Nuevo, Rusia se sume en unas vacaciones de diez días de duración.Durante estos días Moscú se convierte en un gigante dormido: sus habitantes se escapan a las regiones para celebrar las fiestas con sus familias, los hoteles se quedan vacíos, las colas desaparecen de las taquillas de los teatros. Se trata de un auténtico paraíso navideño.
Año Nuevo en Moscú
Consejos para los no iniciados
Piruetas bajo la ventana del presidente, los moscovitas comen y beben hasta hartarse. Luego queman los kilos de más patinando sobre hielo. El lugar más bonito, y también el más caro, es la Plaza Roja. En el parque Gorki, en cambio, los caminos se cubren de hielo.
Patinar es una actividad habitual en navidades. Reuters/Vostok-Photo
Shampanskoye en la Plaza Roja
El Año Nuevo se festeja tradicionalmente con el tañido de las campanas del Kremlin de Moscú, de modo que los habitantes de Vladivostok continúan la celebración durante siete horas. Después, en la Plaza Roja se sirven cantidades ingentes de vino espumoso de Crimea y hay conciertos hasta bien entrada la madrugada.
Foto de Seasons.ru
Navidad con los patriarcasLos creyentes moscovitas celebran la Nochebuena en la iglesia. Al oficio divino que tiene lugar en la Catedral de Cristo Salvador acuden hasta 6.000 almas. La misa del 6 de enero dura desde las 22:00 hasta la 1:00. Quien quiera vivir la experiencia deberá llegar con unas horas de antelación.
Un vaso de vino caliente en el parque GorkiTambién hay mercadillos navideños; el mayor de todos se encuentra en la plaza del Teatro, en las inmediaciones del Teatro Bolshói. También hay uno de carácter internacional en el parque Gorki. Allí, los distintos pueblos de Rusia venden sus especialidades, aunque también pueden encontrarse vino caliente y gofres belgas.
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