Foto de Itar Tass
Primera victoria de Estonia
La primera victoria de Estonia llegó en octubre de 1996 contra Bielorrusia. El gol del partido lo marcó Sergei Hohlov-Simson, un estonio de ascendencia rusa que había empezado a jugar con la selección a pesar de varias protestas públicas.
Durante el régimen soviético no se jugaba a fútbol en el Báltico, visto como un deporte de “rusos” ellos preferían el baloncesto o el hockey. De hecho, el último partido oficial de la selección Estonia se jugó el 18 de julio 1940 (2-1 contra Letonia).
Sin embargo, tras la independencia el número de jugadores fue creciendo hasta los 8.500 registrados actualmente (en España hay unos 700 mil). En el 2001, el presidente de la federación estonia de fútbol, Aivar Pohlak, inauguró el “A. Le Coq Arena”, un estadio con capacidad para 10 mil espectadores que cumplía las exigencias de la UEFA (la asistencia media de espectadores en la liga estonia es de 188, por los 34 mil de la Premier League inglesa).
Por entonces, los dos equipos de la capital estaban estrictamente separados: los rusos jugaban en el Levadia Tallinn y los estonios en el FC Flora. En los últimos años dicha separación se ha ido diluyendo, sobre todo después de que Pohlak encomendase la dirección del equipo nacional a la estrella del Levadia: Sergei Hohlov-Simson.
Hohlov-Simson (39 años) ha integrado a los rusos en la selección estonia y es el máximo artífice del salto de calidad del equipo azulón. Como en la sociedad estonia, un tercio de los jugadores seleccionados son rusos, y tres de ellos se han convertido en fijos del equipo titular: Konstantin Vassiljev, Vladimir Voskoboinikov y Sergei Pareiko.
De hecho, Estonia ha sido la gran revelación en esta fase de clasificación para la Eurocopa de Polonia y Ucrania (2012), quedando segunda de su grupo tras Italia y apeando a selecciones como Serbia (que participó en la fase final de los dos últimos mundiales) y Eslovenia (que eliminó a Rusia en la clasificación para Suráfrica).
Así, Estonia ha entrado en la repesca, que podía haber jugado contra Portugal, República Checa o Turquía -potencias que a lo largo de su historia han escrito páginas importantes en las competiciones futbolísiticas internacionales-, pero que disputará finalmente contra la República de Irlanda (a doble partido el 11 y el 15 de noviembre).
Gane o pierda, ya se ha dado un gran paso a favor de la reconciliación gracias al fútbol.
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