El plan Marshall ruso

Barcelona Meeting Point. Foto de Maite Montroi

Barcelona Meeting Point. Foto de Maite Montroi

Tienen gas. Tienen petróleo. Están creciendo mucho. Ya son los segundos compradores extranjeros de inmuebles en España, por detrás de los británicos. Están comprando casas como segunda residencia en urbanizaciones como La Gavina de S’Agaró (en la provincia de Girona) o en Cambrils (en la Costa Dorada). Les encanta Cataluña y Barcelona y además el 2011 es el Año España Rusia. ¿Hacen falta más motivos para que la 15ª edición del Barcelona Meeting Point (BMP), que se celebra en la capital catalana entre el 19 y el 23 de octubre, se haya sumado al Año Dual y tenga a Rusia como país invitado?

“Son nuestro plan Marshall”, concluye el presidente del salón inmobiliario, Enrique Lacalle, quien recordó que en España, antes de que la crisis golpeara con fuerza al sector inmobiliario, “se construyó tanto como en Francia y Gran Bretaña juntas” y por eso “ahora lo estamos digiriendo”.

El presidente del BMP también explicó que, si bien los primeros rusos que decidieron comprar casa en España pertenecían a las clases con mayor poder adquisitivo, ahora se empieza a detectar una “segunda oleada” de rusos de clase media que también quieren tener una segunda residencia en la costa mediterránea “y esto nos interesa muchísimo”.

Pero el Barcelona Meeting Point no es solo una oportunidad para que los promotores españoles encuentren inversores rusos. La idea es que también funcione en sentido inverso. Por eso, el Ministerio de Desarrollo Regional de la Federación Rusa cuenta con un stand en la feria, que engloba a 10 regiones rusas y a las ciudades de Moscú y San Petersburgo. Todos ellos presentan numerosos proyectos ávidos de inversores.

Pero dar a conocer Rusia más allá de las dos ciudades principales no es fácil. Y si no que se lo digan a Vera Teveshenkova, promotora de Nizhny Novgorod, quien defiende con uñas y dientes su proyecto de urbanización alrededor de un hotel de cuatro estrellas, al lado del Volga y del kremlin, en una ciudad “preciosa”, “más auténtica que Moscú y San Petersburgo” y casi tan antigua como la capital rusa. Y además, se beneficiarán de algunas de las infraestructuras del Mundial de Fútbol de 2018. Juega en su contra que la ciudad estuvo cerrada hasta 1991 por razones militares y admite que ellos también sufren la crisis, pero añade que “las oportunidades son para los valientes”.

En cambio, la promotora Runiga y Costa Real, se presenta en el salón con el provocativo lema de “Hemos dejado atrás la crisis”. La empresa, según explica Valery Simoyants, lleva 17 años trabajando desde Barcelona y Torrevieja (Alicante) con clientes rusos interesados en comprar o en invertir en el sector inmobiliario español.

Por su parte, Josep Rubio, del despacho de arquitectos Vinent i Rubio de Vilafranca del Penedès (provincia de Barcelona), consciente del interés de los rusos por el sector vinícola, se ha acercado al salón para intentar conseguir inversores para el proyecto “Ciudad del Vino” y también para participar en proyectos de rehabilitación en la Federación Rusa.

“Mucha gente buscando inversores, pero poca dispuesta a invertir”, admite la responsable del stand de Las Colinas Golf and Country Club, de la Costa Blanca.

El alcalde de Barcelona, Xavier Trias, y el viceprimer ministro ruso, Alexander Zhukov, -a la cabeza de una importante delegación que incluye, entre otros, los viceministros Travnikov y Pomarov, así como un grupo de 50 agentes de la propiedad inmobiliaria- han sido los encargados de inaugurar el salón inmobiliario. La participación rusa en el BMP también incluye una jornada bilateral España-Rusia de desarrollo urbano, vivienda social y rehabilitación y diversas conferencias.

Zhukov se ha congratulado de que el intercambio económico entre las regiones rusas y España haya crecido este año un 60% respecto al año anterior y auguró que, gracias a la celebración del Año Dual, esta colaboración puede ir a más. El viceprimer ministró también mencionó algunos de los proyectos que se presentan en la feria, como el complejo de balnearios del Cáucaso norte, el aeropuerto de Tolmachevo de Novosibirsk o la zona turístico-recreativa de Samara.

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