El AK-47 (Avtomat Kaláshnikova) ofreció durante muchos años la mejor relación calidad-precio del mercado. Sin embargo, esta semana el ministerio de defensa ruso ha anunciado que dejará de comprar el fusil de asalto más conocido del mundo.
“Hemos renunciado a comprarla porque estamos diseñando nuevos fusiles y porque en la actualidad tenemos 10 millones de Kaláshnikov para un ejército de un millón de efectivos”, confirmó el jefe del Estado Mayor de las fuerzas armadas rusas, Nikolai Makárov.
De acuerdo con el plan de modernización del ejército presentado por el ministro de defensa, Anatoly Serdyukov, el Estado invertirá unos 550 millones de euros (20 trillones de rublos) en actualizar el armamento, salario, instalaciones y preparación del ejército ruso entre 2011 y 2020. De ellos, unos 90 millones de euros (3 trillones de rublos) irán directamente destinados a las empresas armamentísticas del país.
En este sentido, el director del Centro para el Análisis del Comercio Mundial de Armamento (CAWAT), Ígor Korotchenko, explica que la calidad de los fusiles de asalto producidos en Rusia sigue siendo “suficientemente alta”, aunque en el ministerio de defensa “ya no están satisfechos con algunas características técnicas del modelo”.
Así mismo, Korotchenko apunta como principales ventajas del AK su diseño simple, resistencia y fácil manejo, y repite que la razón principal para dicho anuncio es la gran reserva de Kalashnikov existente en los arsenales rusos.
Por su parte, el portavoz de Izhmash (productor patentado de fusiles Kaláshnikov), Alexander Baditsa, ha confirmado que la factoría está trabajando en un modelo mejorado de fusil de asalto con nuevas funciones técnicas, y que espera presentarlo a finales de este año.
No obstante, el experto del CAWAT recuerda que la exportación rusa de pequeñas armas automáticas sólo supone un pequeño porcentaje de los 10 mil millones de euros esperados este año, y condiciona la viabilidad de Izhmash a un nuevo acuerdo con el gobierno, lo cual ve factible.
La única arma de destrucción masiva que poseía Sadam Hussein
En la gran narrativa de la segunda guerra mundial, la batalla de Bryansk (1942) apenas merecería un pie de página... de no ser porque un desconocido comandante decidió allí crear un rifle para que sus camaradas no perdieran más batallas.
En 1947 el AK-47 se convirtió en el fusil de asalto del Ejército Rojo por su fácil manejo y resistente diseño. Sin embargo, no fue hasta Vietnam que el Kalashnikov tomaría fama como mito guerrillero, bendecido después en Angola, Mozambique, Guinea, Etiopía, Bolivia, Congo, Nicaragua, El Salvador, Liberia, Sierra Leona, Ruanda, Zimbabue, Somalia, Venezuela, Colombia, Líbano, Timor Oriental y tantos otros rincones del planeta.
Con los años, el AK-47 fue reconocido como “el arma anti-imperialista”, aunque la propia CIA norte-americana llegó a suministrar Kalashnikov a grupos para-militares y guerrilleros, contrarios a los intereses de la URSS. Tras el colapso de la Unión Soviética, el contrabando de AK-47 se extendió a cárteles de la droga, bandas mafiosas, señores de la guerra y grupos terroristas. Además, países como Irán, Siria o Libia se hicieron con grandes cantidades de estos fusiles automáticos, bien a través de contratos con Rusia (u otras ex repúblicas soviéticas), bien a través del mercado negro.
Aun así, el Kaláshnikov sigue teniendo mucho poder simbólico y conserva su magnetismo revolucionario. Por ejemplo Sadam Hussein construyó una mezquita en Bagdad con minaretes en forma de cañones AK; y en los primeros vídeos de Bin Laden tras el 11-S siempre aparecía con un Kaláshnikov entre las manos.
Érase una vez un poeta que inventó un fusil de asalto
“Yo creé un arma para defender a mi patria. No soy culpable si alguna vez fue utilizado donde no debiera, eso es cosa de los políticos”, lanzó Mijaíl Kaláshnikov al recibir su último reconocimiento como héroe de la Unión Soviética en 2007 y a manos del Presidente Medvédev, quien aseguró que el Kaláshnikov “es una marca de presentación de Rusia en el mundo y evoca el orgullo de sus ciudadanos”.
Antes de la guerra, sus amigos le decían a Misha Kaláshnikov que iba para poeta, pero él prefería hacer algo de utilidad como ingeniería agrícola (“ya hay por ahí muchos malos poetas”). De hecho, Kaláshnikov siempre ha repetido que él se vio forzado a inventar el AK-47 por la invasión nazi.
A sus 92 años de edad, Mijaíl sigue en activo asistiendo a presentaciones de Rosoboronexport y escribiendo libros sobre cómo mejorar la educación de los niños e integrar a la juventud.
Ante la pregunta de qué le ha hecho más orgulloso, reconoce que el busto de bronce en su pueblo natal de Altay, Kurya, y que la gente lo pare por la calle para pedirle consejos sobre cómo educar a sus hijos –“¿Algún otro productor de armas puede presumir de eso?”, ironiza.
Sus familiares aun no le han dado la noticia, temiendo que la delicada salud del inventor del AK-47 empeore.
Kaláshnikov Index
¿Se imaginan un mundo sin Kaláshnikov? ¿Qué arma tendrán entonces los malos? ¿Alguien puede preguntárselo a Gadafi? Lo cierto es que Libia posiblemente sea el último país donde se pueda aplicar el “Kaláshnikov Index”, es decir, la correlación entre la estabilidad política y el precio del AK-47.
http://www.spiegel.de/international/spiegel/0,1518,459697,00.html
http://www.csae.ox.ac.uk/workingpapers/pdfs/2006-13text.pdf
La jubilación del auténtico AK-47 pone fin a una época, pero que no se preocupen los villanos, porque todavía hay en circulación unos 100 millones de Kalashnikov (incluidas las copias de Albania, Bulgaria, Camboya, China, Corea del Norte, Alemania Oriental, Egipto, Etiopía, Hungría, Irak, India, Irán, Israel, Finlandia, Macedonia, Marruecos, Nigeria, Pakistán, Polonia, Rumania, Serbia, Sudáfrica, Sudán, Vietnam y Yugoslavia –¿conocen algún producto ruso más conocido –y copiado- que el Kaláshnikov?
Además, Venezuela ha sido autorizada por Moscú a producir su propia réplica. En mayo de 2005, Caracas concretó la compra de cien mil Kaláshnikov AK-103/104 para introducirlo como fusil de asalto del ejército nacional. El pedido comprendía también 74 millones de cartuchos, 2 mil juegos de repuestos, 50 calibradores, 2 mil manuales de empleo y 5 simuladores para el entrenamiento. Este contrato propició que en el 2006 se acordara la instalación en Venezuela de una factoría de Kaláshnikov, prevista inicialmente para 2009 pero que tras diversos atrasos empezará a producir en 2012.
Según las autoridades rusas, un 90 por ciento de los Kaláshnikov que circulan por el mundo son falsos, meras réplicas del original producidos sin licencia ni autorización. De hecho, la Unión Soviética nunca llegó a patentar el AK-47, y sólo en 1998 lo hizo la Federación Rusa en la Oficina Internacional de Patentes de Suiza.
¿Para qué necesita Rusia súper-héroes si tiene el Kaláshnikov?
Los modelos AK duran entre 10 y 20 años y en la segunda mitad del siglo veinte ofrecieron la mejor relación calidad-precio del mercado. Desde 1947 se han hecho entre 15 y 20 versiones autorizadas del modelo original, que pesa unos 4,3 kilos (descargado) y mide 870 milímetros. La recarga es accionada por gas, el cerrojo rotativo, y normalmente utiliza un calibre de 7,62 milímetros. Tiene un alcance de 400 metros y puede llegar a 600 disparos por minuto.
El prototipo fue presentado en 1943, pero decidieron re-diseñarlo tras analizar los fusiles alemanes Stg-44. Si bien el mecanismo es distinto, los especialistas sostienen que el Kaláshnikov tomó muchas soluciones técnicas del Sturmgewehr 44 nazi.
En noviembre de 2004 se inauguró en la ciudad de Izhevsk (Urales) el Museo del Kaláshnikov, aunque otras muchas piezas y documentos también se pueden ver en el museo de las armas en Tula (al lado del museo del samovar). El Ak-47 aparece en las banderas nacionales de Mozambique, Zimbabue, Timor Oriental, y en la de la organización islamista chií Hezbolá. Según un estudio de 2009, unos 60 ejércitos nacionales utilizan todavía fusiles Kaláshnikov.
Más información:
http://books.google.com/books?id=A5ngPgAACAAJ&hl=en
http://www.izhmash.ru/eng/product/akm.shtml
https://www.youtube.com/watch_popup?v=68HSnr69sPw
http://www.armstrade.org/english.shtml
Todos los derechos reservados por Rossíiskaia Gazeta.