Alexéi Kudrin y Dmitri Medvédev. Foto de Reuters/Vostock Photo
Medvédev se ha colocado en una posición de cierta debilidad tras anunciar que dejaría paso a paso Vladímir Putin en los próximos comicios presidenciales y pasaría a ocupar el cargo de primer ministro. En una inusual señal de rebeldía, Kudrin, que lleva 11 años en el cargo, desafió públicamente a Medvédev al negarse a trabajar en un Gobierno comandado por él.
Kudrin manifestó que, antes de tomar una decisión sobre su renuncia, lo consultaría con el actual primer ministro, aunque evidentemente Medvédev estaba molesto por semejante desplante.
“Usted puede consultarlo con quien quiera, incluido el primer ministro, pero el presidente sigo siendo yo y esas decisiones corren por mi cuenta. Debe decidirse con mucha rapidez y darme una respuesta hoy mismo”, espetó Medvédev a Kudrin.
El presidente expresó que los comentarios del ministro estaban fuera de lugar y no se justificaban teniendo en cuenta que durante su mandato había firmado todos los documentos financieros gubernamentales sin objeción alguna.
Esta es la segunda vez que una figura política de importancia desafía la autoridad de Medvédev. El año pasado, el entonces alcalde moscovita Yuri Luzhkov también se enfrentó en público al presidente y fue despedido de inmediato.
La disputa pone de manifiesto que Medvédev, que siempre ha luchado por reafirmar su autoridad ya que está considerando que vive bajo la sombra de Putin, desde ahora es tan solo el presidente saliente. Pocos ponen en duda que Putin no vaya a ser presidente tras las elecciones de marzo de 2012 ahora que ha declarado abiertamente su deseo de ocupar el cargo.
Al hacerrse a un costado con tanta facilidad, Medvédev ha acabado por socavar su ya cuestionada autoridad política, por lo que a partir de ahora debe dar una imagen dura si desea transmitir algún tipo de respeto. Es probable que la partida de Kudrin perturbe a los inversores, ya que le dan mucho crédito por haber aislado a Rusia de la debacle financiera ocurrida en 2008 gracias al Fondo de Estabilización, con el que acumuló más de 600.000 millones de dólares en reservas de moneda fuerte y por utilizar las sustanciosas ganancias del petróleo para cancelar la mayor parte de la deuda externa rusa. No sólo su reputación aseguró la imagen de Rusia como una economía estable, sino que también representa la voz liberal más poderosa en el firmamento político del país. Ya han comenzado las especulaciones respecto al posible relevo, pero no existen nombres de su estatura política y pocos están a la altura de sus conocimientos financieros.
Mijaíl Zadornov, quien fuera ministro de Finanzas entre 1997 y 1999, declaró a Ria Novosti que la renuncia de Kudrin era “lamentable” y “poco oportuna”.
“Kudrin era una de las personas más profesionales del Gobierno”, expresó. “El país se quedará sin ministro de Finanzas en un momento en el que el mundo se enfrenta a una crisis [económica] y medio año antes de los comicios presidenciales. Raro sería que esto alegrase a alguien”.
“La necesidad primordial es tener la capacidad para tomar decisiones rápidas y extraordinarias porque es inevitable que la situación [económica] global y de Rusia empeore”, añadió el exministro. “La renuncia de Kudrin pone en duda seriamente este mecanismo de toma de decisiones”.
La mayoría de los especialistas coinciden en que la partida de Kudrin tendrá consecuencias económicas, así como también coinciden en el alto nivel de profesionalidad del viceprimer ministro. Al mismo tiempo, la mayoría reconoció que lo sucedido era inevitable. El politólogo Alexéi Makarkin declaró a las agencias de noticias: “Medvédev se enfrenta a los comicios y no puede dar una imagen de presidente saliente, sin poder, no sólo por un tema de prestigio, sino también porque debe conformar el próximo Gobierno”.
Mijaíl Remizov, presidente del Instituto de Estrategia Nacional, añadió: “Desde el punto de vista ético-político, Medvédev está en lo cierto porque Kudrin no sólo no trabaj como miembro del equipo de Putin, sino también como parte del de Medvédev, el actual jefe de Estado. Si no está preparado para trabajar como miembro de este equipo, es lógico que renuncie”.
El especialista político Dimitri Orlov está convencido de que “debemos considerar la actual decisión como la posición común del tándem gobernante. Está claro que esto fue acordado por Medvédev y Putin”.
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