Durante todo el día de ayer hubo un régimen de trabajo intenso en el aeropuerto de Tunoshna, en Yaroslavl, creado sobre la base de un antiguo aeródromo militar. Había más tráfico del habitual debido al Tercer Foro Político Internacional.
Cerca de las cuatro de la tarde un Yak-42 con los integrantes del equipo de hockey Lokomotiv se deslizó sobre la pista. El avión debía volar a Minsk. El equipo de Yaroslavl se enfrentaba al Dinamo en un partido del campeonato regular de la Liga Continental de Hockey, en la práctica una reedición del campeonato soviético. Rusia es uno de los líderes mundiales en este deporte. Tras deslizarse por la pista, de 3.000 metros y permite recibir pesados aviones de transporte, el Yak-42 pasó el llamado punto de despegue. El avión despegó en el extremo de la pista, tocando la tierra con sus ruedas. Los testigos afirman que la máquina no pudo tomar altura: tras separarse unos cuantos metros el avión comenzó a girarse sobre el ala izquierda. Posteriormente golpeó el mástil del cercano radiofaro de aproximación, ubicado a 450 metros, y cayó sobre la ribera del Volga. A causa del golpe, el avión se hizo pedazos. Su cola quedó junto al río y el fuselaje ardiendo con los pasajeros y la tripulación dentro, en el agua.
Natalia Panova, enfermera del hospital local, fue una de las primeras en llegar al lugar de la catástrofe. “Estaba de guardia y miraba por la ventana –relató-. Desde allí habrá unos 200 ó 300 metros hasta la ribera del río. De repente vi un avión en llamas. Me pareció que había explotado en el aire y que caía. Así como estaba, en pantuflas, corrí a la ambulancia y, junto con el conductor, fuimos para allá”. Según cuenta la enfermera, mientras viajaban al lugar sonaron otras dos explosiones. Los policías explicaron despueś que se trataba de los tanques de combustible. “En el lugar ya estaban los habitantes locales –continúa su relato Panova-. Uno de ellos se lanzó al agua y entre los cuerpos encontró a uno vivo. Era el mecánico de a bordo, Alexánder Sizov. Tenía una fractura en la cadera y en la pierna derecha. Una herida abierta en la cabeza y quemaduras en la cara. Estaba en estado de shock y no hablaba. Le prestamos primeros auxilios y lo enviamos al hospital en la ambulancia que había llegado de Yaroslavl”. Otro sobreviviente, Alexánder Galímov, delantero del Lokomotiv, fue recogido por un pescador local y fue llevado a la ciudad en una lancha a motor. El jugador había sufrido numerosas lesiones y tenía el 80% de su cuerpo con quemaduras. Tal y como informaron anoche los médicos, fue operado pero sus estado es extremadamente grave.
La región de Yaroslavl
La revisión del avión debía realizarse dentro de un mes
El Comité investigador de Rusia abrió una causa criminal según el articulo 263 del Código Penal que versa sobre la “Violación de las normas de seguridad en el movimiento y explotación del transporte aéreo”. Durante todo el día de ayer los investigadores revisaron el lugar de la catástrofe y confiscaron documentos a “Yak Services”, la compañía aérea propietaria del avión siniestrado. En la Agencia Federal de Transporte Aéreo (Rosaviatsia) informaron que el YAK-42 había sido producido en 1993. Durante su periodo de uso no había tenido problemas serios y la revisión debía realizarse exclusivamente “por la edad”, 18 años después de comenzar su explotación, en octubre de este año.
Los pilotos que suelen volar en este tipo de aviones suponen que la causa de la catástrofe pudo ser un problema con la planta impulsora, que surgió “espontáneamente” durante el despegue de la nave. Según sus palabras, seguramente los propulsores trabajaban a la máxima potencia. En todo caso, consideran que, si el fallo se produjo al principio del desplazamiento, el experimentado comandante de la nave habría reducido la potencia de los motores y comenzado el proceso de frenado. Casi con seguridad, el problema, que tomó por sorpresa a la tripulación, comenzó cuando ya se habían superado los 200 kilómetros por hora. En este caso el avión, incluso iniciando el frenado extra, no pudo detenerse en los límites de la pista. De acuerdo con las instrucciones para la explotación aérea del Yak-42, el despegue del tren delantero se produce a 215 kilómetros por hora. Para tomar altura se requieren 420 km por hora, lo que, según la versión de los pilotos, los defectuosos motores del avión no pudieron hacer y condujo al vuelco hacia el ala izquierda.
Sin Lokomotiv
La tragedia en Yaroslavl constituye un terrible golpe para la Liga Continental de Hockey sobre hielo (LCH), declaró su presidente, Alexánder Mediéviev, durante el encuentro inaugural de la temporada en Ufá entre el Salavat Yulaev y el Atlant. El partido comenzó prácticamente al mismo tiempo que llegaban las primeras noticias sobre la catástrofe aérea. Posteriormente fue interrumpido. “En cada equipo hay amigos cercanos de los afectados, muchos han perdido a sus allegados. Ante esta situación, los jugadores pidieron disculpas y declararon que no eran capaces de terminar de jugar el encuentro”, declaró Medviédiev a los espectadores.
El Lokomotiv es uno de los equipos más fuertes y queridos de Rusia. Ha sido campeón en tres ocasiones: en 1997 (con el viejo nombre de “Torpedo”) y en 2002 y 2003. En la nueva liga, que reúne a equipos rusos y extranjeros, el club se encontraba en las primeras posiciones. En las tres temporadas de la nueva competición, siempre llegó como mínimo a la semifinal de la Copa Gagarin (trofeo de la LCH). El equipo, permanente ejemplo de conjunción orgánica del hockey de fuerza y de juego combinado, de selección profesional, de inteligente trabajo con la juventud (su escuela siempre estuvo entre las mejores de Rusia), estaba entre los principales favoritos del campeonato en la temporada actual.
El club Lokomotiv
Entre los pasajeros registrados ayer en el vuelo Yaroslavl-Minsk, había varios jugadores que habían formado parte de la selección nacional o, como mínimo, estaban entre los candidatos.
La tragedia no sólo afectó a Rusia. En la lista de pasajeros del avión había algunos extranjeros. Este verano, el puesto de entrenador lo ocupó el canadiense Brad Maccrimon. Yosef Bashichek, Ian Marek y Karel Rajunek fueron líderes de la selección checa, Pavol Demitra de la de Eslovaquia, Karlis Skrasrinsh de Letonia, Ruslán Salei de la bielorrusa y Stefan Liv el portero de la selección sueca. No hay nada asombroso en que las condolencias a las familias de los fallecidos llegaran incluso desde Norteamérica, de parte de los jugadores de la NHL: rusos, canadienses y finlandeses.
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