Lucha entre sindicatos

Nikola Nikezić (a la izquerda). Foto de Ria Novosti

Nikola Nikezić (a la izquerda). Foto de Ria Novosti

En Rusia, un futbolista puede defender sus derechos en la Cámara de Arbitraje. Es una especie de juzgado futbolístico dependiente de la Unión de Fútbol de Rusia (RFS, en sus siglas originales) que estudia todos los casos de litigios referentes al incumplimiento de las cláusulas de los contratos. En la inmensa mayoría de las ocasiones, se trata de las deudas de los clubes antes los futbolistas. En el 99% de los casos, la Cámara se pone del lado de los jugadores. Pero los futbolistas todavía están lejos de formar un frente común en defensa de sus derechos. Aunque existen muchas personas que desean encabezar este movimiento. Hay tres sindicatos futbolísticos que luchan entre sí por erigirse en salvaguarda de los intereses de jugadores y entrenadores.

A fin de cuentas, se trata de una disputa por el control de importantes cantidades de dinero. En la Primera División rusa, el sueldo medio de un jugador es de 1 millón de dólares. En muchas ocasiones se trata de dinero sin declarar. La mayoría de los contratos de los futbolistas son “dobles”, es decir, hay uno de menor importe, que está hecho de cara a la agencia tributaria; y otro que contiene las cifras reales. La diferencia de ceros entre ambos es abismal. La Cámara de Arbitraje tiene en cuenta los contratos más altos y dicta sus sentencias basándose en ellos. Actualmente, los tres sindicatos mantienen una guerra fría que tiene como objetivo las plazas en la Cámara y en última instancia, el cotrol de la misma.

Lo de la guerra “fría” es una forma de hablar. El grado de discrepancia entre los sindicatos es muy alto. Como en un iceberg, la parte visible son las disputas en los medios de comunicación, pero los asuntos principales tienen lugar bajo el agua. Ahora mismo vivimos un momento de calma veraniega, los sindicatos están recuperando fuerzas para seguir combatiendo.

El Sindicato de Futbolistas y Entrenadores de Rusia (PSFT) es uno de los actores más importantes. Se opone a la Unión del Fútbol de Rusia, y hace poco atacó con material comprometedor al presidente de la Primera División, Serguéi Priadkin, al que acusó de ser copropietario de una agencia a través de la cual vendía jugadores a occidente. El PSFT cuenta con una baza importante, y es que está oficialmente reconocido por el FIFPro, el Sindicato Internacional de Futbolistas. Los líderes del PSFT son el abogado Nikolái Grammátikov, que trabajó como agente, y el exjugador del Torpedo de Moscú, Vladímir Leónchenko. Nikolái Grammátikov es un personaje público bastante notable; participó directamente en la creación de la Asociación de Agentes de Hockey y en la organización de la Unión Profesional de Boxeadores, pese a que el inicio de su carrera profesional estuviera relacionaldo con el mundo del cine.

El PSFT alardea constantemente de tener entre sus miembros a Andréi Arshavin, jugador del Arsenal y capitán de la selección nacional, así como a Serguéi Semak, jugador del Zenit de San Petersburgo y uno de los más prestigiosos del país. Sin embargo, ninguno de los dos futbolistas juega un papel importante en esta organización. El PSFT fue quien hizo público el caso del futbolista Nikezić, jugador del Kubán, forzado a rescindir su contrato bajo amenaza de una agresión física.

El segundo sindicato, el Sindicato Profesional de Futbolistas de Toda Rusia (OPSF) surgió en otoño del año pasado. Se especula que fue organizado por la Unión de Fútbol de Rusia como oposición al primer sindicato. Uno de los directores del OPSF es Vaguiz Jidiyatullin, exjugador del Spartak de Moscú y del Toulouse francés, que desde hace tiempo forma parte de la Cámara de Arbitraje de la RFS. Se trata del único profesional del deporte entre los funcionarios. El OPSF basa su importancia en el apoyo de futbolistas como Konstantín Zyriánov, centrocampista del Zenit y de Vadim Yevséiev, exjugador de la selección.

La tercera organización es el Sindicato Interregional de Fútbol (MFP). Creado hace sólo unos días por el entrenador Alexánder Tarjánov, del Krylia Soviétov de Samara. En su momento, Tarjánov trabajó de agente, estudiando con especial atención el mercado brasileño. Entre los organizadores del sindicato de Tarjánov se encuentran Ruslán Nigmatullin, exportero de la selección y popular DJ en la actualidad, así como Nazar Petrosiants, presidente del club Nika, equipo moscovita de Segunda División.

Alexánder Tarjánov ya ha declarado que el sindicato que encabeza está dispuesto a entablar amistad y colaborar tanto con la organización de Jidiyatullin como con la Unión de Entrenadores Rusos (ООТ), otra organización en defensa de los derechos de los profesionales rusos del fútbol y que se muestra explícitamente contra los entrenadores extranjeros. Lo único evidente es que hasta que ninguno de los sindicatos triunfe sobre el resto, los clubes rusos pueden estar tranquilos ya que sobre ellos no se cierne ninguna amenaza de huelga.

El caso de Nikezić


El futbolista montenegrino Nikola Nikezić jugaba en el Kubán de Krasnodar. La pasada primavera declaró que que había sido forzado a rescindir su contrato. "Uno de los hombres se quitó la cazadora, llevaba dos pistolas. Pusieron los papeles sobre la mesa, me dieron un bolígrafo y dijeron que había que firmar inmediatamente. Me negué, porque mi contrato tenía un año más de duración”, declaró Nikola en un mensaje difundido por YouTube en ruso y serbio. “Entonces, el hombre me golpeó dos veces en el abdomen y me cogió del cuello. Me dijo: "No te queda otra opción, el club nos ha dicho dónde vive tu familia”.

El caso Nikezić fue investigado por el comité de ética de la Unión de Fútbol de Rusia, que acudió también a la fiscalía de la región de Krasnodar. No se pudo probar el uso de la violencia, pero se demostró que el Kubán había infringido la legislación laboral y civil a la hora de rescindir el contrato. El club tuvo que pagar 300 mil dólares de indemnización al futbolista.

Además, se le sancionó con una multa de 2 millones de rublos. Por su parte, el director general del club, Surén Mkrtchian, recibió otra multa de 1 millón de rublos.Además, el director deportivo, Serguéi Dorónchenko y el entrenador Nikolái Jlistunov fueron descalificados. Aún así, el Comité de Apelación de la Unión del Fútbol de Rusia anuló las penalizaciones impuestas a los directores y al entrenador en mayo.

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