Una mujer con estilo propio que sabe apreciar la belleza

Diseñadora rusa Daria Razumíjina

Diseñadora rusa Daria Razumíjina

Daria Razumíjina es una diseñadora rusa ampliamente conocida en Occidente. Es joven, habla con fluidez ocho idiomas y con una modesta sonrisa anuncia la preparación del desfile de su propia colección en el Tower Bridge londinense.

Estas muestras de moda en Europa constituyen el presente, pero todo comenzó de manera totalmente impredecible. En 1987 Daria se licenció en la Universidad de Moscú, defendió su tesis de grado en 1991 y se convirtió en una estudainte de doctorado en filología.

Posteriormente, consiguió trabajo como traductora y corresponsal para la prensa extranjera. La política, los artículos sobre conflictos y guerras no pudieron retener durante mucho tiempo la naturaleza creativa de la diseñadora. Así fue que en 1994 la incipiente artista viajó a Londres con su esposo, corresponsal del periódico inglés “The Daily Telegraph” y muy pronto ingresó en el centro de Artes y Diseño St.Martin. En una entrevista concedida a Rusia Hoy, Daria Razumíjina explica por qué es conocida en todo el mundo los detalles de su proceso creativo.

“Siempre he dibujado y cosido, así que se entiende que en la facultad de moda ingresara en el departamento de Fashion print. Estudié tres años y comprendí que se puede cambiar de profesión si se tiene energía y fuerza de voluntad. Durante mis estudios enseñaba ruso a los ingleses. En 1998 volví a Moscú, era la época de la crisis y comprendí que ya no había vuelta atrás, todos estaban sin trabajo. Comencé a coser mi primera colección, que saqué a la luz en enero de 1999. Obtuvo críticas positivas tanto de los visitantes como de la prensa y casi toda fue comprada. Luego vinieron las exposiciones en Londres y en París, luego el show-room en Milán, los encargos de negocios por todo el mundo…”

¿Cómo llegó a la creación de una colección con elementos folklóricos rusos? ¿Planifica mantener la concepción elegida en el futuro?

Siempre quise hacer lo que hago ahora. Ya en mi primera colección hubo una falda con presillas. Mi concepción consiste en hacer lo que considero hermoso y lo que yo misma visto con satisfacción. Por eso es que no pienso cambiar la “concepción”. Me gusta llamar a mi estilo “etnofuturismo”.

¿Cómo se reciben en Occidente los motivos rusos en la ropa?

En las exposiciones internacionales los representantes de los más diversos países conciben mis faldas como ropa propia, con características de sus vestidos nacionales. Los hindúes preguntan de dónde saqué sus cintitas, a los mejicanos mi ropa les parece suya y los noruegos la toman por vestidos “saami”. Todavía hay que demostrar el carácter ruso.

Desde el principio mi intención fue vender mi ropa en Occidente y sabía que era imposible comerciar en el exterior con telas que ya tienen. Eso significa que no voy a comerciar con telas indias o italianas. Desde entonces mi colección se componía de faldas con cintas dibujadas y bordados, todas ellas hechas con lino ruso. En París tuve cuatro o cinco encargos, y hasta el día de hoy hay agentes que venden mi ropa en el show-room de Milán.

¿Cómo es chica que elige “Razu Mikhina”?

El cliente de la marca es una mujer con un pensamiento original, selectiva en cuanto a ropa, que tiende, no al lujo exhibicionista, sino al individualismo y al gusto. En esto, su patrón no es el sonoro nombre en la etiqueta sino la originalidad del producto. Mi cliente es una mujer que tiene su opinión, un estilo propio, que no depende de la volátil moda y de las tendencias, que sabe valorar la belleza, la creatividad y la ropa hecha a mano.

¿Qué elementos y materiales transmiten “lo ruso” en sus trabajos?

Utilizamos el bordado y las cintillas, la costura y la aplicación. Se trata de métodos clásicos en la creación de la vestimenta popular en general, no sólo de la rusa. En la confección de ropa tradicional de Perú, Noruega, la India, Guatemala o China se utiliza el mismo método. Hubo un tiempo en que todo se cosía a mano, el bordado y las cintas se preparaban con ayuda de bolillos u otros artilugios manuales. Ahora las cintas y el bordado lo fabrican grandes productoras con ayuda de máquinas y las aplicaciones las pegamos en una fábrica. El principio en sí de la decoración no ha cambiado.

Supongo que las colecciones propias son como sus criaturas pero, de todas formas, ¿cuál es su favorita?

Por supuesto, amo todas mis “creaciones”. La colección más exitosa fue “Dibujos de Bilibin”, “Ikat” la más amada, “Frivolité” la más comercial, “Kandinski” la más decisiva y significativa, “Taláshkino” y “Kilim” fueron las que formaron más estilo, “Bellos estanques” y “Temporadas rusas” fueron las más terminadas y las más experimentales “Guerra y Paz” y “Sol y Sombra”.

Usted también colaboró con Google y Coca Cola como diseñadora. Describa sus impresiones de trabajo con estos gigantes. ¿En qué consistió su colaboración y cómo transcurrió el proceso de trabajo?

Con Coca Cola no fue nada fácil, había muchas instancias. Todas las decisiones se toman, no en Moscú, sino en una oficina central. Los gerentes de marca no tienen ninguna autoridad y no pueden describir lo que quieren. Yo colaboré en el diseño de unas latas de Coca Cola Light. Después se fabricaron un millón de ejemplares. Pero conmigo es fácil trabajar, puedo pensar centenares de variantes del diseño de la lata y su “incorporación” a la muestra en un par de días. Se hizo también una marioneta confeccionada con estas latas, queal final de la muestra subió al podio la modelo Marfa, con un vestido especial con motivos de Coca Cola en rojo y blanco. Por otro lado, fue muy fácil trabajar con Google: daban una tarea concreta y no limitaban la libertad, aunque, al final se confundieron en el resultado.

El 19 de octubre se presentará en Londres la colección primavera-verano 2012 de Daria Razumíjina. Los moscovitas también podrán asisitir a la apertura de una boutique de la marca en el centro de arte contemporáneo Vinzavod.

Todos los derechos reservados por Rossíiskaia Gazeta.

Esta página web utiliza cookies. Haz click aquí para más información.

Aceptar cookies