El nuevo descubrimiento de América Central

El canciller ruso Serguéi Lavrov con su homólogo salvadoreño Hugo Martínez durante su visita oficial a Moscú en octubre de 2010. Foto de RIA Novosti

El canciller ruso Serguéi Lavrov con su homólogo salvadoreño Hugo Martínez durante su visita oficial a Moscú en octubre de 2010. Foto de RIA Novosti

El 21 de agosto el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia Serguéi Lavrov se encaminó hacia una nueva gira latinoamericana. Además de Perú y Venezuela, convertidos ya en tradicionales escalas del programa latinoamericano del canciller, en la lista esta vez se señala un país centroamericano: El Salvador.

Con el arribo al palacio presidencial de Mauricio Funes, líder del Frente Farabundo Martí y personalidad mediática salvadoreña, cambió radicalmente el curso de política exterior de este pequeño país. La ampliación del listado de socios económicos internacionales del Estado se convirtió en dirección prioritaria.  Su diversificación y, en particular, el interés en el fortalecimiento de los vínculos comerciales y económicos con Rusia, es una iniciativa que en gran medida se debe a la administración salvadoreña. Funes, en este sentido, se guía exclusivamente por los pragmáticos intereses del país.

Es de destacar que la actual visita del canciller ruso es la primera en su tipo a lo largo de los veinte años de historia de las relaciones diplomáticas entre Moscú y San Salvador. El viaje de Lavrov a este país centroamericano fue planificado en octubre del año pasado durante la visita oficial del ministro de Relaciones Exteriores de El Salvador Hugo Martínez a Rusia, cumplida con el objetivo de ampliar y fortalecer las relaciones económicas. Pese al evidente interés del Salvador en la adquisición de nuevos socios comerciales y económicos, no se suscribieron nuevos documentos salvo memorandos que no obligan a nada.

Se aguarda que en el curso de la visita del titular del departamento de política internacional de Rusia se suscribirá un convenio ruso-salvadoreño que jurídicamente fundamente la cooperación bilateral. Los ministros planifican elaborar una llamada “hoja de ruta” para el ulterior desarrollo de las relaciones entre ambos países. Está a la vista el acercamiento diplomático.

La lejanía geográfica de Rusia con respecto a América Latina y la natural competencia que experimenta en la región por parte de terceros países son, como siempre, los impedimentos básicos para el acercamiento práctico. San Salvador ratificó el convenio sobre zona de libre comercio (CAFTA) con los EE.UU., su principal socio comercial (la participación de los EE.UU. en la exportación es del 44,6%, en tanto que en la importación es del 34,4%). Como resultado de ello, las preferencias comerciales trabajan para los socios norteamericanos de este país. Esta posición de ninguna manera facilita el incremento del giro comercial con Rusia y limita fuertemente las posibilidades de cooperación económica con nuestro país.

Las relaciones comerciales y económicas ruso-salvadoreñas hasta ahora se reglamentan por el convenio de 1974 suscripto entre la URSS y El Salvador. El giro comercial entre nuestros países continúa siendo algo más que modesto (44 millones de dólares a finales de 2008) y la estructura de la exportación es uniforme. Rusia exporta a El Salvador producción metalúrgica y fertilizantes e importa café y azúcar. Los lazos económicos serán más intensos si Rusia encuentra su nicho para una cooperación efectiva, por ejemplo en materia de elaboración de fuentes alternativas de energía. Así mismo El Salvador necesita especialistas técnicos y nuevas tecnologías.

El negocio ruso todavía no ha abierto para sí América Central y tiene débiles percepciones de la región. Para estimular la operatoria en esta dirección, en El Salvador se planifica la realización de un foro de negocios que este lunes 22 de agosto debe visitar Serguéi Lavrov. De acuerdo con la opinión de las partes, esta actividad está llamada a fortalecer el interés de los representantes del mundo de negocios ruso hacia el mercado salvadoreño.

Las visitas del establishment ruso a América del Sur ya se han convertido en “habituales”. En los últimos años Lavrov en repetidas oportunidades visitó Perú y Venezuela. La aparición del Salvador en este listado resulta un paso algo inesperado aunque lógico de la diplomacia rusa, que continúa fortaleciendo sus posiciones en América Latina.

Rusia llega a esta región con la intención de desplegar las relaciones comerciales y económicas, proclamándolas “fuera de la política y la ideología”. Sin embargo, para el empresario ruso esta tierra hasta ahora aparece como un gran “agujero negro” en el mapa económico del mundo. Para su liquidación hace falta tiempo.

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