Garri Bardin acompañado por los personajes de su película animada "Break". Imagen de Niyaz Karim
Soyuzmultfilm era el mayor estudio de dibujos animados en la URSS y lo sigue siendo en la Rusia actual, se fundó en Moscú el 10 de junio de 1936.
En la segunda mitad de la década de 1990, Soyuzmultfilm, el estudio soviético de animación, entró en una crisis profunda. Como consecuencia la mayoría de los trabajadores fueron despedidos, mientras que la empresa se dividió en dos: la Empresa Unitaria Pública Federal Soyuzmultfilm y la Sociedad Anónima Soyuzmultfilm.
Actualmente el estudio Soyuzmultfilm se mantiene gracias a la cesión de los derechos de autor de los mejores dibujos animados soviéticos y rusos. El único proyecto nuevo de animación, Hoffmaníada, lleva más de 10 años sin terminar.
Según el célebre autor de animación Yuri Norstein, “Soyuzmultfilm ha muerto irremediablemente y tan sólo queda el edificio”. El pasado 9 de junio de 2011, los autores rusos de animación Yuri Norstein, Leonid Shvartsman, Andréi Jrzhanovski y Eduard Nazárov publicaron en el periódico“Nóvaya Gazeta” una carta abierta a Dmitri Medvédev y Vladímir Putin , en la que exhortaban a las autoridades rusas a que convirtiesen el estudio público de dibujos animados en un “proyecto nacional” y que se dedicara una partida de “financiación no reembolsable” de 250-300 millones de rublos (6-7 millones de euros) durante los próximos ocho años.
Empecemos por la política. ¿Cómo es que el primer ministro va reunirse con ustedes?
No es así, fuimos nosotros los que lo llamamos. Lo primero fue la carta que escribieron Norstein, Nazárov, Jrzhanovski y Lionia Shvartsman. A mí también me han propuesto que la firmara, pero me negué. Todo lo que se ha hecho en nuestro país en cuanto a animación, ha sido con la participación y con el permiso de gobierno, así que no me parecía muy inteligente quejarnos al jefe del gobierno de algo hecho por él mismo. Sin embargo, cuando Putin reaccionó ante la carta, también me llamaron. Y aunque no hubiera firmado, fui y, naturalmente, participé en aquella reunión. La conversación fue bastante larga, estuvimos hablando sobre nuestros problemas durante dos horas y media. Al principio fue como una especie de preludio, hablamos de Soyuzmultfilm como un lugar de degeneración total, y es que el estudio se encuentra en un estado de coma. Es imposible rehacer Soyuzmultfilm. En la mejor época había allí 600 personas trabajando, y ahora son seis. Reanimarlo, ¿para quién? No hay nadie.
¿Seis personas en la plantilla?
Sí, seis. Y no hay nadie más. Están el contable, la administración, etc. En general, las marcas de Soyuzmultfilm se las han llevado ocho o diez organizaciones, y todas se llaman Soyuzmultfilm. A partir de ahora, ya no van a existir. Luego hablamos de cómo tendría que ser el Centro de la Animación Rusa, que tendría un museo, una sala de proyecciones, unos fondos, un archivo y miles de cosas más. En Corea hay cuarenta museos de este tipo, en China también hay muchos, y aquí no tenemos ni uno solo. Esto también lo hemos resuelto. Luego hablamos de la distribución, de la financiación.
Ver la película animada "¡Break!" realizada por Garri Bardin
Por lo tanto, también habrá dinero.
Sí, al final de la reunión el primer ministro nos dio una alegría diciendo que este año habría 500 millones de rublos (unos doce millones de euros) para proyectos de animación.
¿Cuántos sois los que os dedicáis a la animación?
Tenemos una profesión que no es nada masiva, somos pocos. No llegará para organizar un desfile por la Plaza Roja. Somos bien pocos.
Pero, ¿habrán sacado algún provecho de esta reunión? ¿O era más algo hecho con vistas a las futuras elecciones?
En lo que decía Putin había seguridad de que así sería. Mientras estaba allí, me lo creía todo. Luego salí y pensé: vale, nos dijo muchas cosas, pero no todo está cumplido.
Putin pronunció una frase: que los dibujos animados sustituyen a decenas de educadores y fundan los cimientos de la conciencia y la visión del mundo de los niños. Es difícil no estar de acuerdo, es algo evidente. Pero, ¿tiene una idea de por qué, a pesar de que la industria cinematográfica y la televisión se desarrollen, la animación siempre tuvo problemas y no se sostenía sin el apoyo del estado? ¿Por qué no llega a funcionar?
En televisión nos dicen que no nuestro formato no coincide con el suyo , pero hay otra cosa: los medios de comunicación están obligados por ley a dedicar una parte del tiempo a los programas infantiles sin publicidad. Lo que ellos hacen es emitir programas infantiles a las seis o a las seis y media de la mañana. Formalmente cumplen con la ley, ya que no emiten publicidad en ese momento. Pero nadie ve esos programas. Todo parece correcto; ellos cumplen con sus obligaciones y presentan los informes de lo que han emitido. Eso quiere decir que nosotros no tenemos cabida en televisión. Además, en la época soviética teníamos cines especializados y había proyecciones en las que se reunían varios cortometrajes, y en aquella época se proyectaba todo tipo de dibujos animados.
Ver la película animada "El matrimonio" de Garri Bardin
Sí, lo recuerdo, las colecciones que se llamaban Carrusel, eran de dibujos…
La ventaja de la animación es la metáfora, la brevedad, la capacidad de contar mucho en un cortometraje. Si recordamos “La Isla”, de Jitruk, “Érase una vez un perro”, de Nazárov, “El Erizo en la niebla”, “La grulla y la garza”, de Norstein, todos son cortometrajes. Se hacían con gran talento. ¿Dónde puede verse eso ahora? En ninguna parte. Actualmente los cortometrajes son producidos por entusiastas y por directores noveles. Dan vueltas por los festivales, pero sin llegar al espectador. Es decir, el espectador no tiene acceso a estas obras. También dije que nuestro presupuesto, indudablemente, estaba por debajo del coste. También dije que el destino de los animadores era este: por una parte, tenemos que dar las gracias al Ministerio de Cultura por su apoyo, sin el cual habríamos desaparecido sin duda alguna, porque no obtenemos ningún beneficio de nuestras películas, ni en cine, ni en televisión.
¿Es totalmente imposible?
Por ejemplo, encontré una empresa que quiso organizar la distribución de “El patito feo”. Me fié de ellos, también teníamos un contrato. Se trataba de 117 copias. El Ministerio de Cultura ayudó a organizar la distribución. Pero la empresa no invirtió ni un duro en publicidad. Luego no sé lo que habrán ganado, los informes eran poco claros porque les pillé una vez al haber visto una sesión en la que la sala estaba llena, y ellos me escribieron que había 5 personas. Luego simplemente dejaron de coger el teléfono. Cerraron una empresa y abrieron otra, ¿y dónde están las copias?¿Dónde está el dinero? Todo ha desaparecido.
¿No tiene sentido presentar una denuncia?
Es que no hay contra quién presentarla. Las empresas cierran y se registran de nuevo. Es una tendencia general. Es como una especie de bandolerismo a todos los niveles.
Ver la película animada "Fantasías" de Garri Bardin
Anatoli Prójorov, creador de Smesháriki, me habló de la industria china, y usted la conocerá también. Tanto el año pasado como el anterior, en China se formaron 70.000 animadores, en distintas escuelas, universidades, etc. Los presupuestos son enormes, normalmente hay hasta 70 personas trabajando para crear un largometraje. Además se desarrolla de una manera muy activa. ¿Por qué ocurre eso, qué le parece? ¿Será la animación capaz de sobrevivir sin el apoyo estatal?
Tiene que hacerlo. Y es que, por ejemplo, la animación comercial con la que Prójorov y su Smesháriki tienen mucho que ver, puede existir por su cuenta. Se les da un empujón y luego pueden existir por sí mismos. Pero la animación de autor, la que se suele llamar arte, necesita otro enfoque, hay que apoyarla como una forma de arte. Si no, muere. Porque esto no se proyecta en ninguna parte, vivimos sólo de la producción. Mientras filmamos, recibimos un sueldo, dejamos de filmar y nos quedamos sin dinero. Desde julio del año pasado… no me pago el sueldo ni a mí, ni a mi equipo. Por cierto, hice reír a Putin cuando conté que según la normativa del Ministerio de Cultura, porque existe una normativa, según la cual se establece un sueldo concreto. A mí, con mi estatus de director, me corresponden 10.000 rublos (unos 240 euros). Por lo tanto, a la gente de mi equipo, aún menos, y así sucesivamente. ¿Qué es lo que me une con Federico Fellini? Lo que recibo en mano, que son unos 8500 rublos (unos 200 euros).
(Se ríe) Claro, menos los impuestos.
Usted tiene el mismo sentido del humor que Vladímir Vladímirovich Putin. ¡Gracias! Se puso a reír como usted.
Bueno, se habrá dado cuenta de que ahí uno o ríe, o se pone a llorar.
Claro. Pero usted puede reírse, mientras que el presidente del gobierno que ha conducido el país hasta esta situación, parece que no tiene derecho a reírse así. Llevamos una vida miserable, y a la vez creemos que nuestra aportación a la cultura soviética y rusa también ha sido bastante importante. Es decir, nuestra aportación y nuestro modo de vida no se corresponden.
Ya...
Siempre estamos hablando de cosas tristes. ¡Cambiemos de tema!
Usted trabaja con técnicas diferentes. Supongo que no todos los animadores lo harán. Normalmente eligen una cosa: dibujos o la técnica de “stop motion”.
Hay un chiste sobre dos bardos kazajos. El viejo está tocando una sola cuerda, tin-tin-tin. Y el joven, sudando, todo colorado, venga a darle a todas las cuerdas. Al viejo le dicen: "¡Cómo no te da vergüenza, mira cómo se esfuerza el joven, suda y todo, y tú, con una sola cuerda!". El viejo dice: "Éste está buscando, y yo ya encontré".
(Se ríe) ¡Espléndido! Usted siempre con parábolas. Bueno, con la forma está todo claro, es decir, va a seguir probando y, por lo visto, si tiene oportunidad, no sólo con plastilina. Aunque el uso de las basuras también transmite la sensación del caos actual, entre otras cosas. Pero yo creo que sí tiene un tema, porque tanto en estas parábolas como en “Chucha”, en cierto modo, y en “El patito feo” existe el tema de alguien diferente, que no se parece a todos los demás y que se ha atrevido, se ha permitido ser diferente. ¿Le parece adecuado lo que digo?
Totalmente cierto.
¿Por qué le presta tanta atención a este tema?
Me preocupa porque vivo aquí, y es un tema que parece estar muy relacionado con Rusia. Una vez me dijo un estonio: “¡Feliz tú, en Rusia tienes historias a punta pala”. Y es así siempre. Aquí uno se encuentra con un guión nada más abrir las puertas o al salir a la calle. Todo está muy saturado, sólo hace falta seleccionar, darle forma de metáfora, una imagen y ponerse a filmar. Plano por plano.
Claro que hacer una serie es más fácil. Mientras que los dibujos animados aislados están fuera de la época, fuera de la política y hablan de cosas eternas: del bien y del mal. Por eso se han conservado, por eso los padres jóvenes recorren las tiendas buscando dibujos animados soviéticos. Por eso el Vaticano compraba dibujos soviéticos, ya que éstos tenían una base ética.
Sería interesante saber si los sigue comprando.
No lo he preguntado. Aunque vi a Benedicto XVI cuando estuvo en Zagreb. Es un espectáculo impresionante cuando un millón de personas gritaba, salieron un chico y una chica, y el chico dijo: “Tengo un padre, pero soy feliz de tener un Papa”. Y un millón de personas gritó al unísono, era un entusiasmo sincero. Me alegré, en cierto modo. No soy una persona de masas, pero este tipo de unión me produce alegría, porque es positiva.
Es una mera curiosidad, si el Vaticano compraba dibujos soviéticos, ¿cómo los explicaba en las escuelas y en los colegios?
No lo sé. ¡Pero estoy orgulloso de aquello! Estuve en una recepción en el monasterio Sviato-Danílov, invitado por el metropolita Yuvenali. Allí hubo una mesa redonda sobre la educación de la juventud. Estuvo Sadóvnichi (rector de la Universidad Estatal de Moscú), el entonces ministro de cultura Sokolov, la diputada Karélova, especializada en asuntos sociales, bueno, todos. Y cuando llegó mi turno, dije que mejor no iba a hablar sino que como director de cine iba a decir lo que me preocupa con una película. Sokolov dijo: “Es que va a necesitar una hora y media”. Y yo le contesto: “No, son 10 minutos”. Fue “El adagio”.
Hoy en día ya está en Internet. Uno blanco y varios grises, que no aceptan lo blanco, lo ajeno. Total que todos lo vieron, los sacerdotes estaban al lado de las paredes y nosotros, alrededor de una mesa. Todos ellos sacaron sus pañuelos porque les habían salido las lágrimas. Yuvenali se me acercó, me besó en la calva y me pidió el DVD. Le dije: “Claro que se lo regalo”. Y él me dice: “¿Puedo pedirle otro para el patriarca Alexi?” En aquel entonces vivía todavía. Le digo: “Claro”. “A través del secretario”. “Perfecto”. Y le regalé otro a Alexi. Es decir, Alexi tenía un DVD. Y luego Ekaterina Guéniyeva (la directora de la Biblioteca Estatal de Literatura Extranjera) recibió una carta del Vaticano, de parte del portavoz de Juan Pablo II, en la que decía que en Rusia existe una película llamada “El adagio”, y a Juan Pablo II le hubiera gustado tenerla en su colección, y si se la podía mandar. Ekaterina me preguntó y yo le dije que claro que sí. Ella se lo envió. Luego recibí una carta de agradecimiento de su parte, que se perdió, desgraciadamente. Pero estoy orgulloso de que si estos dos jerarcas no se han encontrado en persona, a nivel de mi película sí que han tenido una especie de encuentro.
Es decir, ambos han visto “El adagio”. ¡Es significativo!
Oyente: ¡Buenas tardes! ¿Por qué en los años 50 se hacían dibujos animados del estilo de “La antílope dorada”, “Cuando se encienden los abetos”, “La Flecha se va al mundo de los cuentos de hadas”, “El niño encantado”, etc.? ¿Dónde están esos directores y esos dibujantes? ¿Es que se han marchado todos a Israel, a Estados Unidos? ¿Por qué los dibujos animados de hoy en día son tan primitivos?
En primer lugar, volvamos a los años 50 y recordemos que estamos en el año 2011. Para empezar, esta gente ya murió. En segundo lugar, el tiempo no se ha detenido, el estilo cambia. Claro que son necesarios los dibujos animados bondadosos, son imprescindibles, y se siguen haciendo. Yo admiro sinceramente estos dibujos animados antiguos y a los maestros que había en aquel entonces y a los que llegué a conocer. Hoy se trata precisamente de restablecer esta escuela, la escuela soviética de animación. Así que en este sentido estoy de acuerdo con usted.
Por cierto, es un tema que siempre parece muy discutible. Oigo muchas veces que la gente protesta diciendo que el anime japonés se hace de esbozos demasiado rápidos, o que todos estos Beavis y Butt-head son horrorosos. ¿Pero hasta qué punto? ¿Puede que sea otro sistema de coordenadas, otra cultura? Además, son dibujos para diferentes edades, no necesariamente sólo para niños.
Anime es lo más barato que puede haber en la animación. Casi no se mueve nada, es lo más barato, por eso se llama animación limitada. Cuando sólo se abren y cierran los ojos de vez en cuando, sale barato. Y la boca dice algo, pero sin sincronizarse. Resultó que todo ello tenía demanda. Por lo tanto, ¿será comercialmente rentable? Sí que es rentable. ¿Hasta qué punto es artístico? No, no es artístico.
¿Le resulta importante que el material con el que trabaja sea real y palpable?
Claro que me importa. Uno podría representar el mismo conflicto con las cerillas dibujadas, pero no se hubiera compadecido de una cerilla dibujada tal y como se compadece de esta de madera, que se quema y se retuerce dolorosamente, y espectador siente complicidad con ella. Una cerilla dibujada no provocaría la misma compasión.
Ver "El conflicto" de Garri Bardin
Estoy de acuerdo, porque así se crea la sensación de volumen, y uno puede imaginarse ahí dentro. Entonces, dígame, ¿por qué no hace 3D? ¿Por qué, por ejemplo, no ha querido filmar “El patito feo” en 3D? También es una manera de adquirir profundidad.
¿Se lo he prometido?
No.
¿Entonces, por qué tengo que filmar 3D? Si se lo hubiera prometido, como una persona decente, cumpliría.
Vale, pero, ¿le gustaría filmar en 3D?
No.
¿Por qué?
De momento me vale con los materiales que me rodean.
Es decir, no le atrae lo virtual.
No.
Como ha hecho Cameron, con distintos sensores...
Es que con los sensores, ya no es animación. Es lo que yo creo.
A pesar de todo, ¿existe algún personaje político que al menos le despierte curiosidad?
Creo que no. Bueno, para hacer caricaturas, sí, pero para la animación, no. Ya le dije que nosotros trabajamos para la eternidad, y toda esta gente es del momento concreto. ¿Quién va a recordar a un personaje de estos dentro de 20 años después de haberse hecho los dibujos? La gente dirá: “¿Quién es este?” Los niños lo preguntarán indicando la pantalla con el dedo.
Bueno, los niños seguro que van a recordar el pavo que siempre se cae hacia atrás en “El patito feo”, y hay que sujetarlo constantemente.
Me parece muy bien.
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