Natación, hockey, fútbol y mucho dinero

En los próximos años se van a celebrar en Rusia acontecimientos deportivos de alcance mundial. Foto de Kommersant

En los próximos años se van a celebrar en Rusia acontecimientos deportivos de alcance mundial. Foto de Kommersant

Las Olimpiadas de Sochi son un gran acontecimiento deportivo, pero no va a ser el único gran evento de los próximos años. Antes y después de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014, Rusia será anfitriona de otros campeonatos deportivos que impulsarán su prestigio internacional e implicarán grandes inversiones.

Entre 2014 y 2018, Rusia organizará cuatro importantes torneos internacionales destinados a potenciar el prestigio del país en vísperas de 2024, año de Olimpiadas. Cabría decir que los planes del Kremlin para popularizar el país a través del deporte están cristalizando, ahora que Kazán ha ganado la convocatoria para organizar el campeonato mundial de natación de 2015. Pero los grandes eventos serán las Olimpiadas de Invierno de Sochi 2014 y el Mundial de Fútbol de 2018. Ya hay enormes inversiones entre el sector público y el privado, lo que alivia un poco la presión sobre el presupuesto y permite un crecimiento sostenible. La mayor parte de los recursos se destinarán a desarrollar infraestructura, más que a construir instalaciones deportivas.

Las Olimpiadas de Invierno de Sochi se celebrarán en 2014, a lo que seguirán el campeonato mundial de natación de 2015 en Kazán (que para entonces ya habrá celebrado los Juegos Mundiales Universitarios de 2013) y el Mundial de Fútbol de 2018. Entre estos acontecimientos, también está previso el campeonato mundial de hockey sobre hielo, en 2016. Rusia reconfigura el panorama geopolítico mundial desplazando hacia el este cuatro importantes torneos internacionales en un periodo de cuatro años. La organización del campeonato mundial de natación en Kazán, con un coste aproximado de 1.000 millones de euros, es el último episodio del audaz proyecto del Kremlin destinado a fortalecer el prestigio global del país a través del deporte.

Se construirán puertos, carreteras, vías ferroviarias y rutas turísticas, todos ellos proyectos estratégicos concebidos a partir del supuesto de que los acontecimientos deportivos garantizarán un crecimiento económico sostenible en un país de 142 millones de habitantes. El presidente Medvédev ha prometido respaldo incondicional a Kazán en su andadura como sede del campeonato mundial de natación. Vladímir Putin también está dispuesto a apoyar la organización del campeonato mundial de hockey sobre hielo 2016. Con todo, el momento decisivo fue la sorprendente decisión del presidente de la FIFA, Joseph Blatter, de adjudicar la celebración del Mundial de Fútbol de 2018 a Rusia. Esta decisión provocó un efecto dominó; el hockey sobre hielo y la natación no se quedaron atrás.

Hasta que no haya finalizado el Mundial de 2018, los rusos no podrán ver el resultado del trabajo iniciado con los preparativos de las Olimpiadas de Sochi. Ambos acontecimientos costarán unos 26.000 millones de euros, una auténtica montaña de efectivo que en gran medida ya ha sido recaudada. Gracias al patrocinio de diversos magnates del mundo empresarial, el país no está en riesgo de recibir un golpe económico que podría debilitar el presupuesto del estado, como sucedió en Grecia, donde el coste de los Juegos Olímpicos de Atenas constituyó el primer paso hacia el impago de la deuda. De modo que los recursos gubernamentales y la financiación del proyecto deberían facilitar un crecimiento económico sustentable. Tan sólo hay que seguir el ejemplo de Sudáfrica-2010 y de Brasil-2014.

Prepararse para todos estos acontecimientos simltáneamente es un verdadero reto. Todo ha de estar programado al milímetro porque la comunidad global todavía no se fía demasiado de la capacidad organizadora de Rusia. El plan del gobierno en cuanto a los preparativos de las Olimpiadas de Invierno de la costa del mar Negro requiere una inversión de 10.000 millones de euros, de los cuales el estado aportará dos tercios y el resto corre a cuenta de inversores privados: Gazprom invertirá 130 millones de euros en el equipo olímpico de Rusia. Además, serán necesarios otros 37 millones para construir carreteras y vías ferroviarias. Y aún hará falta recaudar más fondos para construir el nuevo aeropuerto. Los Juegos Olímpicos de Turín 2006, los más caros hasta la fecha, costaron entre 3.000 y 3.500 millones de euros, incluidos los costes de infraestructura.

Las primeras previsiones del efecto económico de estos acontecimientos son excelentes. Según Dmitri Chernishenko, presidente del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Invierno, ya han recaudado 675 millones de euros, una suma sin precedentes, además de otros 200 millones procedentes de contratos comerciales garantizados. En lo que respecta al Mundial de 2018, la recaudación puede ser aún mayor si consideramos el patrocinio y los derechos televisivos. Vitali Mutko, ministro ruso de deportes, afirma que el Mundial de fútbol costará 16.000 millones de euros. De ser así, más de un tercio de esta suma se destinará a la construcción de autopistas y de infraestructuas no deportivas.

Sin embargo, todo apunta a que el gobierno ruso no se va a conformar sólo con unas Olimpiadas de Invierno. San Petersburgo va a presentar su candidatura para los Juegos Olímpicos de 2024. El presidente del Comité Olímpico de Rusia, Marat Bariyev, ha declarado que ha obtenido el respaldo del presidente para la carrera por las Olimpiadas 2024.

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