Una oportunidad de oro

«Perdimos una oportunidad de oro para democratizar el país». Foto de Reuters/VostockPhoto

«Perdimos una oportunidad de oro para democratizar el país». Foto de Reuters/VostockPhoto

Andréi Illariónov, economista y antiguo consejero del presidente de Rusia, considera que la causa de la mayoría de los problemas de la Rusia actual reside en los errores cometidos entre 1991 y 1992.

¿Tenía usted sensación de euforia en agosto de 1991?

Los meses posteriores al golpe de estado, hasta enero de 1992, fueron una época fantástica. Nunca, ni antes, ni después, ocurrió nada parecido. Había una sensación de gran entusiasmo emocional. No sólo la tenía yo, sino millones de personas. Pero a principios de 1992 la inquietud empezó a crecer. En julio, después de hablar por enésima vez con Gaidar, me quedó claro que el maquinista que conducía el tren a toda velocidad no veía, o no quería ver, hacia dónde nos dirigíamos, no veía la catástrofe que teníamos por delante.

¿Qué le hizo presentir el fracaso tan pronto, en 1992?

La primera conmoción vino por no haber tomado las medidas de liberalización de la actividad comercial. Borís Yeltsin firmó el decreto sobre la liberalización del comercio a finales de enero. El segundo aviso fue alrededor del 20 de enero de 1992, cuando Gaidar firmó un acuerdo con los mineros (sobre una importante subida importante de los sueldos). Era una suma exorbitante para aquella época . Asustaba la facilidad, si no la imprudencia, con la que se repartían gra cantidad de recursos públicos. A partir de mayo de 1992 este reparto de dinero por parte del gobierno se convirtió en algo fantasmagórico. Inevitablemente provocó el inicio de una ola de inflación que condujo a la destrucción de la economía, del sistema de ayudas sociales y a la desestabilización económica.

¿Tenían alguna estrategia elaborada y unificada para reformar el país?

Las ideas, las directrices y los objetivos principales habían sido discutidos en más de una ocasión. Pero no teníamos un texto formal que reuniera en un solo documento los puntos básicas. Se entendía que las reformas tenían que desarrollarse en los tres ámbitos: político, económico y el público.

El bloque de las reformas económicas se elaboró con mucho detalle. Se dividía en tres secciones principales: la liberalización de la economía, la estabilización financiera y las reformas estructurales, la mayor de las cuales era la privatización.

El orden de las reformas también estaba muy claro. Primero había que llevar a cabo una liberalización, que, en realidad, se podía hacer con una sola firma. Anular todas las regulaciones, limitaciones y prohibiciones, en difinitiva todo, para que la gente pudiera trabajar sin obstáculos. El objetivo de la estabilización económica era retener la inflación, algo que no se podía lograr de la noche a la mañana. En cuanto a las reformas estructurales, se necesitan años para llevarlas a cabo. Pero lo que estaba claro era que empezar la privatización sin haber conseguido la liberalización y la estabilidad financiera era una aventura. Casi nadie se daba cuenta de ello.

En cualquier caso, usted formaba parte del equipo junto con otros economistas conocidos. ¿Por qué no hablaron con Gaidar sobre ello?

¿Cómo que no hablamos? Claro que hablamos. Pero fue en vano. Intentamos convencerlo de que era imprescindible tomar medidas de emergencia para suavizar, al menos un poco, la ola de inflación que amenazaba al país. Él respondió: “No os preocupéis. Todo está en orden. La inflación está a punto de bajar. Después de junio será de menos del 10% mensual”. La inflación, efectivamente bajó hasta el 9% en agosto de 1992, aunque en octubre se disparó hasta el 23%, en noviembrehasta el 26% y en diciembre llegó al 25 %. Finalmente, la inflación se llevó por delante tanto al gobierno como al propio Gaidar.

Actualmente, después de todos estos años, ¿comprende usted sus motivos? ¿Por qué Gaidar tomó ese camino?

Hay tres explicaciones principales: la competencia, el carácter y la ideología.

¿Le duele que en aquel entonces las reformas no siguieran otro guión?

Sí, me duele. Tardaremos mucho en tener otra oportunidad de oro para crear en nuestro país una economía abierta, un estado democrático y una sociedad libre como la que tuvimos en 1991 y perdimos de una manera tan tonta.

Puede leer el artículo original en ruso en: http://www.snob.ru/selected/entry/35085

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