Cinco importantes desafíos para Rusia

El Ministerio de Desarrollo Económico ha sacado a la luz un nuevo informe. Imagen de PhotoXpress

El Ministerio de Desarrollo Económico ha sacado a la luz un nuevo informe. Imagen de PhotoXpress

Resulta cada vez más difícil garantizar el crecimiento económico de Rusia. Las economías de mercado avanzadas cambian tan rápidamente que nosotros nos quedamos atrás con nuestra “gestión manual”. Los funcionarios del Ministerio de Desarrollo Económico han descrito en un informe los cinco desafíos más apremiantes a los que se enfrenta Rusia.

1. Crecimiento de la competencia global


En primer lugar se mencionan los cambios globales, que se describen como “transformaciones geoeconómicas a gran escala”. Se analiza el auge de los nuevos centros de la economía mundial, el traslado de las industrias de los países de la “vieja Europa” a Europa Central y del Este, la reindustralización de Estados Unidos, así como el ascenso de China a la cumbre de la producción tecnológica, es decir, la capacidad para elaborar artículos cada vez más complicados, incluidos los de diseño propio en sectores como la aviación, el transporte terrestre y el armamento.

La competencia se agudiza cada vez más: los funcionarios admiten que los productos chinos, de bajo coste, compiten en algunos mercados con los rusos prácticamente con el mismo nivel tecnológico. El traslado a Europa del Este de una parte de los sectores de alta tecnología implica la unión entre tecnologías e instituciones europeas con gastos acordes a Europa del Este, comparables a los de Rusia.

2. Cambio de la geografía energética


La fortaleza del pilar petrolero en la economía rusa se va debilitando. A medio plazo la exportación de petróleo, a diferencia del inicio de la década de 2000, se irá estabilizando en 240–250 millones de toneladas. Ello significa que las materias primas no podrán seguir siendo un factor de garantía del crecimiento económico. Estas limitaciones están relacionadas, entre otras cosas, con el potencial de extracción de petróleo en los nuevos yacimientos (Siberia Oriental, el Ártico), dado que las nuevas plantas sólo sustituirán otros yacimientos que se están agotando.

La puesta en marcha de los yacimientos de la plataforma ártica y los nuevos gaseoductos sólo conduciría al aumento de la exportación de gas. Además, el Ministerio de Desarrollo Económico prevé otro problema: “una muy probable modificación de la geografía energética del mundo” relacionada con el desarrollo del mercado del gas natural de esquisto (incluidos los mercados de Europa y Estados Unidos) y el desarrollo del ahorro energético. De modo que, aunque las posibilidades de aumentar la exportación de gas sean altas, también puede aumentar el riesgo de desestabilización de los mercados en el futuro.

En los principales centros de la economía mundial el ahorro de energía ya está dando resultados. El aumento de la demanda de recursos energéticos en el mundo superará en cierta medida la dinámica de crecimiento de la economía mundial. Esto podría significar que el futuro no promete una intensificación considerable de los mercados financieros globales que hasta ahora habían estimulado el aumento de los precios de materias primas. En el Ministerio de Desarrollo Económico pronostican que lo más probable es que el precio del petróleo en su expresión real (en dólares del año 2000) se equipare al de los años 2006 y 2007.

3. Nueva etapa tecnológica en los países desarrollados


En los países desarrollados ya ha empezado una nueva etapa tecnológica, señala el Ministerio de Desarrollo Económico. El objetivo actual son las nanotecnologías, la biotecnología, la tecnología de información y comunicación, las tecnologías energéticas (incluidas la atómica y las alternativas) y las tecnologías de gestión de flujos energéticos y de transferencia de energía.

También pueden surgir tecnologías que permitan producir artículos absolutamente innovadores, capaces de cambiar radicalmente la estructura de los mercados mundiales debido a los cambios en la geografía económica de acceso a los recursos (en primer lugar, portadores de energía), o bien debido a la aparición de productos y servicios radicalmente nuevos que sustituyan paulatinamente a los tradicionales.

Esto sería posible gracias a la creación de tecnologías “concluyentes” que conllevarían la anulación de algunos mercados o a una modificación importante de los estándares tecnológicos, de modo que los productores de artículos tradicionales podrían verse completamente desplazados.

4. Barreras sociales y laborales


A pesar de la subida de la edad de jubilación y de una política activa respecto a la inmigración, los funcionarios declaran abiertamente que a medio plazo el crecimiento de los recursos laborales en Rusia será casi nulo. Para paliarlo, proponen aumentar la productividad entre un 4-6% anual. Aunque no explican cómo hacerlo.

5. Retraso estructural de la industria

De momento, los únicos productos rusos que son altamente competitivos en el mercado exterior son los portadores de energía, los metales, determinados productos químicos y algunas clases de maquinaria y equipos. La mayoría de las industrias que caracterizan la economía contemporánea (tornos, construcción de equipos de precisión, la mayor parte de las industrias electrotécnicas y las orientadas al consumo) “no son capaces de restablecer su competitividad debido a resultados financieros insatisfactorios”.

La estabilización de la extracción y exportación de hidrocarburos en combinación con la baja competitividad del sector industrial sólo conducen a un índice de bajo crecimiento económico y a la desestabilización del balance comercial.

Debido a la baja competitividad de la economía rusa se tiende a “preferir la importación”: el crecimiento de esta última supera aproximadamente entre 1,5 y 2 veces la dinámica de la ampliación de mercados. Esto significa que el volumen de importación irá creciendo a un ritmo aproximado del 8–10% anual. A su vez, el crecimiento de la exportación depende de la venta de materias primas y tendrá una tasa baja de crecimiento, no superior al 3–5% anual, lo que supone una posible amenaza a la crisis del balance de operaciones corrientes. La aproximación al cero o un saldo negativo de operaciones corrientes provocará una disminución de capital y, probablemente, la retirada de recursos pertenecientes a inversores directos a causa del riesgo relacionado con el cambio de divisas.

Según el Ministerio de Desarrollo Económico, para que se mantenga la tendencia actual del saldo positivo de las cuentas corrientes el precio del petróleo debería aumentar en un tercio respecto a 2010 en los próximos tres años, y eso es algo que parece muy poco probable.

Todos los derechos reservados por Rossíiskaia Gazeta.

Esta página web utiliza cookies. Haz click aquí para más información.

Aceptar cookies