Teodor Currentzis. Foto de Itar-Tass
Nació en Atenas y terminó allí dos carreras en el Conservatorio de Grecia: teoría de la música e instrumentos de cuerda. También estudió canto en la misma institución y en la Academia de Atenas pero finalmente prevaleció su talento como director de orquesta.
“Yo no quería ser director. Simplemente es así como han salido las cosas. Mire, yo siempre he sido muy buen músico y cuando tocaba con otros elaboraba todos los fraseados, todos los conceptos. Siempre era el líder. Todo el mundo opinaba que yo tenía que convertirme en director así que empecé a ir a clases simplemente por ampliar mis conocimientos y para no sentirme como un estúpido ante una orquesta. Entonces los profesores me dijeron que aquello era lo mío y que no debía dejarlo en ningún caso”.
Currentzis fue a Rusia a estudiar dirección de orquesta con Ilyá Musin, fundador de prestigiosa escuela de directores en la que se han formado Valeri Gergiev, Yuri Temirkánov y Vasili Sináiski. En 1999 se licenció en la facultad de dirección de orquesta del Conservatorio Estatal de San Petersburgo, aunque prefirió desarrollar su carrera profesional fuera de las dos capitales rusas. “Moscú es esclava de su propia historia, de sus tradiciones, es la vitrina de Rusia. San Petersburgo es una ciudad increíble, pero resulta imposible despertarla. Hoy en día, todo lo nuevo y vanguardista viene de provincias”, asegura.
Durante seis años, de 2004 a 2010, Currentzis ha sido el director de la orquesta del Teatro de Ópera y Ballet de Novosibirsk, y en enero de este año ha sido nombrado director artístico del Teatro de Ópera y Ballet de Perm, donde hace poco comenzó una auténtica revolución cultural impulsada por Oleg Chirkunov, gobernador de la región. Junto con Currentzis también se ha trasladado a Perm el conjunto MusicAeterna, especializado en interpretación histórica y que el propio director había creado en Novosibirsk.
Este conjunto fue creado inicialmente como orquesta de cámara, pero en la actualidad está creciendo con el objetivo de interpretar repertorios sinfónicos y estrenos de ópera en concierto. Hay músicos moscovitas e incluso europeos que se trasladan a Perm invitados por Currentzis. En el mundo de la música un desplazamiento así no resulta atípico, sobre todo si enfocamos la situación desde el amor a la música y no desde el punto de vista de las ganancias (si bien la región de Perm no ha escatimado en sueldos para MusicAeterna). Según Currentzis el público europeo va a los conciertos de música clásica para seguir la tradición y no para sentir algo. En Europa los músicos se levantan y se van en cuanto concluye el horario previsto para los ensayos, como si fueran empleados de oficina. En Perm es diferente.
“No miro el reloj, un día nos vamos más pronto, otro, más tarde. No pensamos: esta es tu vida, esta es la suya, esta es la mía. Es nuestra vida. Cada semana organizamos veladas para los nuestros: encendemos velas, leemos poesía, tocamos música, desde medieval hasta contemporánea. Los chicos están enamorados de estas veladas aunque sin ellas pasan trece horas al día con sus instrumentos”.
En los años 90 la interpretación histórica practicada por MusicAeterna interesaba muy poco al público ruso. Los conciertos se daban en pequeñas salas semivacías. Fue precisamente la aparición de este conjunto la que impulsó la tendencia hacia la autenticidad. “En los últimos ocho años nuestros conciertos han sido un éxito de taquilla, y las estrellas europeas de este movimiento, como William Christie, Philippe Herreweghe o Ton Koopman, también llenan salas, y es algo de lo que me alegro mucho. Sin duda alguna, Mark de Mauny, actual director general del teatro de Perm y uno de los fundadores del festival Earlymusic, también hizo un gran esfuerzo por popularizar la interpretación auténtica”.
También es muy notable la aportación de Currentzis a otros géneros: la ópera de Alban Berg “Wozzeck”, que montó en el Bolshói hace dos años (junto con el director Dmitri Cherniakov), gustó no sólo a los espectadores sino también a los críticos que la conocían bien, algo que resulta mucho más difícil. “Resultó que la expresionista música de Berg, con esa estética de la Segunda Escuela de Viena, partidaria de la atonalidad, puede sonar así de completa, bella, clara e inteligible en toda su turbulencia”, escribió el periódico Kommersant después del estreno.
Además también ha montado “Aida”, en Novosibirsk, galardonada con la Máscara de Oro, “Don Carlos” en la Ópera Nacional de París, y “Macbeth”, primero en Novosibirsk y luego en París. En septiembre de este año Currentzis se estrenará en Perm con la ópera de Mozart “Così Fan Tutte”. “Con nuestra obra vamos a mostrar lo que se viene llamando “purismo teatral”, algo que va en contra de la actual tendencia de puesta en escena europea. En todas partes prevalece el mismo estilo: pantallas gigantes en el escenario, la acción es contemporánea, es decir, se desarrolla en nuestros días, la trama está cambiada, etc. Como si fuera un culebrón. Al principio era divertido y estuvo muy de moda, pero finalmente acabó degradándose hasta convertirse en kitsch. Por eso nosotros hacemos una puesta en escena muy conservadora, auténtico teatro del siglo XVIII: complicado y refinado. El mínimo movimiento, tal y como exigían las normas antiguas de los buenos modales y un psicologismo absoluto. Queremos que la gente aprecie la diferencia entre el teatro de antes y el de ahora”.
Currentzis se toma muy en serio su nuevo cargo. Al comienzo de la nueva temporada dejará de lado todas sus colaboraciones. Únicamente se le podrá oír en Perm, lo que podría significar la aparición del turismo musical en Rusia.
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