Parece que la candidata mejor situada para convertirse en Moscú-2 va a ser una gran superficie de 144.000 hectáreas situada entre las carreteras de Varsovia y Kíev
Para referirse a Moscú-2 la gente utiliza términos muy diversos como “formación urbana”, “distrito” o “barrio”. Nadie pronuncia la palabra “ciudad”. ¿No será porque la escala de este proyecto asusta?
Según los cálculos de los especialistas, en el territorio que será absorbido por la ciudad, habrá que edificar más de 100 millones de metros cuadrados de inmuebles para una población de dos millones de personas.
¿Un barrio o un mercado?
“La construcción de la ciudad satélite dará un impulso al desarrollo de los territorios adyacentes de la región de Moscú,” considera el socio general de la empresa S.A. Ricci, Vladímir Avdéiev. “Es de suponer que la actividad empresarial se concentre en el centro administrativo y que después los habitantes pasen su tiempo libre en los pueblos y en las pequeñas localidades vecinas, compuestas de chalets y propiedades construidos para los funcionarios del Estado”. No cabe duda de que en Moscú-2 abrirán tiendas de marcas de lujo internacionales, se presenten innovadores restaurantes y se organice una vida nocturna propia.
Según los arquitectos, hay que planificar esta “ciudad de los funcionarios” teniendo en cuenta su desarrollo posterior porque la vida sigue su curso. “Las oficinas de la administración, los centros de negocios, los edificios ministeriales, se rodearán de barrios residenciales y objetos de infraestructura social. Es necesario proyectar todo este entorno teniendo en cuenta el crecimiento natural de la población y el aumento proporcional del volumen de trabajo. El plazo de realización para semejante plan es de 25 a 50 años, para que el zapato no quede pequeño pasada tan sólo una semana”, dice el arquitecto Pável Andréiev, director del taller nº14 Mosproyekt-2.
¿Moverse o permanecer en un atasco?
Los arquitectos creen que lo más correcto sería erigir la “ciudad de los funcionarios” basándose en el principio de simetría con un eje transversal. Es así como ha sido construida la nueva capital de Kazajistán, Astaná. Este principio supone la presencia de uno o varios ejes, de los cuales parten en todas las direcciones los barrios administrativos o residenciales. En este caso, la línea del eje podría ser la carretera de Kaluga. De esa forma, para llegar, por ejemplo, de la carretera de Varsovia a la de Kíev, no habría que coger la carretera de circunvalación, sino que se podrían utilizar las numerosas carreteras que van en la misma dirección. Los servicios del transporte tendrán que cumplir con una tarea complicada: hacer que el nuevo distrito no quede paralizado por los atascos.
¿Más caro o más barato?
La idea de mudarse de la capital empieza a influir en el mercado. Los expertos están de acuerdo en señalar que los nuevos límites de Moscú acortarán hasta el mínimo la diferencia de precios entre los inmuebles de la capital y los de las afueras. En los nuevos territorios pertenecientes a Moscú, el precio del metro cuadrado crecerá inevitablemente entre un 20-30%. La gente estará dispuesta a pagar, no por residir al lado de los ministerios, sino por contar con todas las comodidades. De modo que dará igual cómo se llame el lugar de residencia: Moscú, región de Moscú, o Distrito Federal de la Capital.
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