La guerra de estrategia de BP

BP recibió un nuevo revés después de que AAR, su socio en la empresa petrolera TNK-BP, bloqueara el acuerdo de intercambio de acciones de la multinacional con Rosneft.

É sta no es la primera vez que BP tiene problemas en Rusia. L a empresa aún tiene recuerdos amargos de 1997, el año en el que se propuso la adquisición del 10% del grupo petrolero Sidanco, bajo el control de Vladímir Potanin.

Cuando John Browne era vicepresidente de BP, esperó que Potanin y Sidanco ofrecieran cobertura política a su proyecto, lo cual resultó ser un error. En su reciente autobiografía, Beyond Business , Browne escribió: “Éramos un inversor extranjero inocente, atrapado en un sistema jurídico improvisado”. A gran velocidad, Sidanco comenzó a perder sus mejores activos en manos de Tyumen Oil y de AAR.

Finalmente, BP eligió aliarse con Alfa Group, de Mijaíl Fridman, y sus socios de AAR, y juntos crearon en 2003, una nueva petrolera importante, TNK-BP. Pero el romance duró poco. En 2008, AAR expulsó de la empresa conjunta a la mayoría de los representantes de BP, sin ni siquiera quedarse con el director general, Robert Dudley, quien en la actualidad preside BP.

Por lo tanto, hoy por hoy el marcador del partido entre AAR y BP marca 3-0.

Sin embargo, las victorias de AAR son tácticas, mientras que BP está alcanzando a gran velocidad la meta que se fijó en 1997, y es la de establecer un punto de apoyo sólido en Rusia.

“En 1999 mucha gente me dijo: ‘Lo más inteligente, John, es detener las pérdidas y salir’. Pero yo sabía que si permitíamos que nos expulsaran de Rusia, probablemente nunca más regresaríamos”, escribió Browne.

A finales de los noventa, todo lo que BP deseaba era mantener su posición en Rusia, mientras que ahora piensa en la expansión. TNK-BP absorbe un cuarto de la producción de BP y un tercio de sus reservas, pero la empresa ya no puede crecer más, y por esa razón BP ha estado buscando un nuevo socio entre las empresas estatales. Los últimos dos conflictos en relación a TNK-BP surgieron por la intención de AAR de mantener a BP en su bando. Gracias a WikiLeaks, sabemos que el escándalo de 2008 se produjo después de varias charlas acerca de una posible alianza de BP con Gazprom. Esta vez es el turno de Rosneft. Dada la flexibilidad con la que trabaja BP, la empresa tiene la certeza de que, tarde o temprano conseguirá lo que desea. Por el momento, ya ha recibido 7.000 millones de euros en dividendos de TNK-BP. Y habrá más.

Publicado originalmente en Védomosti

Dmitri Simakov es el subjefe de redacción del diario económico ruso Vedomosti.

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