Rusia no quiere seguir siendo una incógnita en el mapa del turismo mundial y empieza a tomarse en serio el tema de la recepción de turistas. Foto de Alamy Legion Media
“Hasta hace poco la administración rusa tenía la idea de que el turista típico tenía que llevar necesariamente unas zapatillas de deporte y una mochila en la espalda, olía a bosque y a hoguera”, dice Serguéi Voitóvich, director de la empresa Svoy TT (en abril su principal división fue adquirida por el gran touroperador TUI Russia & CIS). “Ahora el Estado empieza a darse cuenta de que el turismo supone una gran afluencia de divisas, comparable con los beneficios obtenidos por los sectores productivos dedicados a la exportación”. Según el experto, la rentabilidad de las empresas turísticas rusas dedicadas a los clientes extranjeros constituye entre un 7 y un 12%. En marzo, en el marco del Foro Económico Mundial, los especialistas del sector turístico elaboraron una lista de mercados clasificados según su competitividad. Rusia ocupó un mísero puesto 91 en cuanto a nivel de inversiones en el desarrollo del sector. Sin embargo, los expertos la incluyeron entre los primeros diez países en cuanto a presencia de recursos turísticos naturales y culturales de interés mundial.
Según Nikolái Kakora, vicedirector general de Intourist, S.A., el interés por Rusia en el extranjero no es demasiado alto. “Los turistas visitan los principales destinos turísticos varias veces en su vida, mientras que a Rusia sólo vienen una vez”. La atención de los turistas se centra principalmente en Moscú y San Petersburgo y en el mejor de los casos, en las ciudades del llamado “Anillo de Oro”. Respecto a otros destinos turísticos dentro del país, el número de los que desean visitarlos es muy reducido. Es un mercado en el que existe mucha competencia, muchos países desean atraer a turistas extranjeros. “Si comparamos el proyecto de turismo ecológico en el lago Baikal con los de otros países-marca como Nepal, Costa Rica o Kenia, el Baikal se queda muy atrás”, añade Serguéi Voitóvich.
Sin embargo, los expertos no están de acuerdo con la definición de “incógnita turística” aplicada a Rusia. Según Voitóvich, en Moscú y San Petersburgo, destindo del 90% de los turistas extranjeros, hay suficiente infraestructura. “Ya hemos olvidado los eternos carteles colgados en los hoteles de “No hay plazas libres”. En la actualidad hay muchos hoteles y siempre tienen habitaciones disponibles. Además, teniendo en cuenta que el verano en Moscú se considera temporada baja, los establecimientos hoteleros luchan por el cliente de una manera activa. Hay suficientes guías, restaurantes y autobuses. La calidad del servicio también mejora rápidamente”, añade el experto. Según la directora general de la empresa Tari Tur, María Lévchenko, en ambas capitales han surgido gran cantidad de hoteles de calidad y económicos, de 3 ó 4 estrellas. También tienen una presencia importante las grandes cadenas hoteleras preocupadas por la calidad de sus servicios. Hace poco, la administración de Moscú declaró que tenía planeado crear guías electrónicas para iPad, iPhone y otros dispositivos electrónicos y ponerlas a disposición de los turistas que visiten la capital.
“Según las investigaciones de la Agencia Estatal de Estadística de Rusia (Rosstat), la mayoría de las quejas de los turistas están relacionadas con el transporte y los precios de los hoteles. También faltan algunos servicios típicos de otras grandes capitales: indicadores en letras latinas, centros de atención telefónica, aparcamientos para autobuses turísticos en el centro de la ciudad, aseos públicos, etc. Estamos trabajando en todas estas direcciones”, declaró en su entrevista a RBTH el presidente del Comité de Turismo de Moscú, Serguéi Shpilko. Señaló que en julio se abriría un centro urbano de atención telefónica y que se está renovando el sistema de indicadores en las calles. En los sitios más transitados por los turistas se han colocado más de treinta mapas, en ruso y en inglés. La administración de Moscú espera resolver las principales cuestiones en los próximos años. “El mundial del fútbol de 2018 tiene que convertirse en la presentación de Moscú como centro turístico moderno ya que atraerá a millones de turistas de todo el mundo”, declaró a RBTH Serguéi Shpilko.
La legislación rusa también cambia. Según Serguéi Voitóvich, en San Petersburgo ha sido adoptada una ley que permite una estancia de 72 horas sin visado para los turistas que vienen en cruceros o ferries. Como resultado, el flujo turístico en la ciudad ha aumentado considerablemente y han se han reanudado las líneas de ferries entre Estocolmo (Suecia) y Helsinki (Finlandia).
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