Poesía desde un rincón del paraíso

El poeta simbolista Alexánder Blok no es muy conocido fuera de Rusia, aunque incluso sin haber oído hablar de él merece la pena visitar el lugar donde creció, la finca rural de Shajmátovo. El abuelo de Blok lo bautizó como “un rincón del paraíso no muy lejano a Moscú” y esta descripción parece acertada tras divisar por vez primera la casa de madera gris ubicada en la parte más alta de la colina. Este oculto tesoro, rodeado por praderas llenas de flores que se adentran en la campiña profunda está sitado a una hora hacia el norte de la capital.

Fotos de Phoebe Taplin

Fue el famoso químico Dmitri Mendeléyev, creador de la tabla periódica, quien alentó al abuelo de Blok, el botánico Andréi Béketov a instalarse en esa zona. El joven poeta solía caminar durante horas junto a su abuelo en busca de muestras botánicas. Posteriormente, Blok contrajo matrimonio con Liubov Mendeleyeva, hija del célebre químico, a quien conoció en uno de sus paseos. En el pueblo de Tarakanovo, cercano a un sosegado estanque rodeado de bancos blancos, se encuentran las ruinas de la Iglesia del arcángel Miguel sostenidas por andamios. Es aquí donde se celebró la boda del poeta. En la parte trasera de la iglesia, sobre un verde valle, se alza un monumento de bronce en honor a la pareja, construido en la misma línea de la estatua moscovita de Pushkin y su esposa.

Tarakanovo es simplemente un conglomerado de cabañas y un comercio, emplazado sobre campos ligeramente ondulados. Un cartel junto a la parada de autobuses indica a los visitantes que continúen por un estrecho camino que los conducirá a un museo ubicado en las proximidades del estanque y la iglesia, entre hermosos jardines. Las tres aulas de la antigua escuela han sido convertidas en salas de exposición: colecciones de fotografías, cartas y cuadros que acercan al visitante a la familia Blok y a los vecinos Mendeléyev, quienes vivían a siete kilómetros, en Boblovo. Algunas de las fotografías más evocadoras y fascinantes pertenecen a las obras teatrales protagonizadas por Blok y su futura esposa.

Tras recorrer algunos kilómetros a lo largo de un camino rural a través de campos de ganado, el visitante se encuentra con la finca rural de Shajmátovo, en donde Blok vivió entre 1881 y 1916. Los campos circundantes rebosan de flores que él admiraba. De hecho, Blok utiliza en uno de sus poemas símbolos como “trébol lujoso” y “anciano inocente” que describen el paisaje de Shajmátovo. Éste podría ser el motivo por el cual sus seguidores se reúnan anualmente en los campos de la zona para celebrar un festival de poesía, incluso después de la demolición de su casa. La gran roca situada cerca del pórtico indica el lugar en el que se llevaba a cabo el festival antes de que la casa y los jardines fueran reconstruidos.

Al igual que muchas otras casas-museo de los alrededores de la capital , esta casa de madera es una reconstrucción ya que la casa original se destruyó en un incendio de 1921. Aunque ha sido recreada con tanto detalle que se encuentra llena de ambientación y de atractivos. En todo momento hay flores frescas en los alféizares de las ventanas. La mayoría de los muebles son originales fueron expropiados a la familia durante la revolución. Han sido reubicados con esmero, y los detalles de cada sala han sido reproducidos de la manera más auténtica posible. El luminoso estudio de Blok es bellísimo y se ubica en la planta superior con vistas al campo en lo que él mismo denominó “la extensa distancia rusa azul".

Blok escribió aquí cientos de poemas, y el lugar se incorpora a su trabajo. “Como si nunca me hubiese marchado”:

“La casa gris, y, en el entrepiso,/

Una ventana: amarilla, roja y azul,/

Como si tuviera que ser así…”

Detrás de la casa principal, se abre una serie de senderos increíblemente mantenidos y que se dirigen hacia un bosque, cubierto de azucenas, fresas silvestres y aguileñas. Si bien continúan las tareas de restauración en algunas de las dependencias, las áreas terminadas son casi perfectas.

En el anexo de la propiedad hay más fotografías y bocetos. No muy lejos, se encuentra el “sofá de pasto” creado por Blok y su esposa. Al final de un camino de cemento ubicado cerca del pórtico principal, el visitante alcanza el estanque rodeado de hamacas. En el agua, se pueden ver ranas y algas, pero esto no es nada nuevo. La abuela de Blok, Yekaterina Beketova, poeta y traductora, realizó una descripción de este mismo lugar en 1878; un estanque en el bosque donde “el agua duerme apaciblemente bajo un manto verde”.

Los visitantes pueden combinar una excursión a la casa de Blok con un paseo de unas pocas horas por la ciudad cercana de Solnechnogorsk, a una hora de Moscú en autobús. Solnechnogorsk, cuyo nombre significa simplemente “la ciudad del sol”, creció como una escala en la ruta hacia San Petersburgo. En el siglo XIX, se intentó construir aquí un canal para transportar piedras desde el río Volga y erigir la catedral de Cristo Salvador de Moscú. Veinte años después, el canal no contaba con más de diez kilómetros de longitud. Posteriormente, en 1851, se habilitó la línea férrea, por lo que el canal se tornó innecesario. El lago Senezh, uno de los más grandes de la región, fue creado durante este período y en la actualidad es un lugar extremadamente popular para relajarse y realizar actividades de pesca y paseos en bote. También merece la pena visitar el parque de esculturas y el museo de historia. Aunque, sin lugar a dudas, el lugar más atractivo es el gran lago con sus orillas pobladas por árboles y playas.

¿Cómo llegar?

El autobús 440 parte de la estación del metro Voikovskaya (salida próxima al final de la formación a la derecha) con destino a la ciudad de Solnechnogorsk cada 20 minutos, y cuesta 100 rublos. Solamente algunas unidades están equipadas con aire acondicionado. El autobús N.º 24 parte diariamente desde Solnechnogorsk hacia el pueblo de Tarakanovo a las 11:20 y a las 13:35 h. Si estos horarios no son convenientes, se puede tomar un taxi local desde Solnechnogorsk por un valor aproximado de 300 rublos. Para la vuelta, los autobuses parten a las 14:20 y a las 16:42 h. Cada sección del museo tienen su propia entrada que cuesta entre 50 y 250 rublos, pero es poco probable que alguien lamente los gastos para preservar este “rincón del paraíso”.

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