Foto de Reuters
El volumen de las adquisiciones venezolanas de armas y equipamiento militar a Rusia ya no es un secreto. Desde mediados de mayo la prensa y los blogs suramericanos abundaron en materiales sobre los suministros masivos de armamento ruso a Venezuela. Publican incluso fotografías sobre la carga de esta técnica en barcos de transporte en el puerto de San Petersburgo, sobre las pruebas por militares venezolanos de blindados y tanques nacionales en alejados polígonos invernales, barridos por la nieve, donde los venezolanos se ven pintorescos enfundados en uniformes militares y “shapkas” (sombreros de piel) de soldados, con las “orejeras” bajas.
He aquí, por ejemplo, una de esas publicaciones. “Desde el 15 de mayo a Puerto Cabello (puerto en el norte de Venezuela) comenzaron a llegar partidas de armamento comprado en 2009 y 2010 por Venezuela a Rusia. La primera incluía una cantidad no determinada de equipos antiaéreos de dos cañones de 23 mm (así está en el texto) ZU-23-2 con municiones. Desde el 13 de mayo se aguarda el arribo de próximas partidas. Entre ellas, la primera incluye 30 tanques medianos T-72B1, así como una cantidad no determinada de vehículos de combate para infantería BMP-3 y 8x8 BTR-80A. También se espera el arribo de cañones de 120mm y artillería autopropulsada 2S23 Nona-SVK. Se supone para 2014 todos los equipos serán suministrados. Además del mencionado armamento, las entregas incluyen artillería autopropulsada del 152 2S19Msta-S, equipos misilísticos de 122 mm BM-21 Grad y 9K58 Smerc de 300 mm, así como sistemas antiaéreos S-300”.
Otras fuentes informan que el Ministerio de Defensa de Venezuela tiene prevista hacia finales de 2011 la formación de la brigada 25 de infantería mecanizada, en cuyo armamento serán adoptados los vehículos de combate de infantería BMP-3 y los transportes blindados BTR-80 de producción rusa. Estos son datos de la agencia informativa Infodefensa. La formación de la brigada, según afirman periodistas latinoamericanos, se realizará a cuenta del presupuesto militar para este año financiero.
La nueva brigada, informa la agencia, se dislocará en La Fría, provincia de Táchira, y se integrará a la 2ª división de infantería. En su composición tendrá varios batallones mecanizados, un grupo de artillería, una batería de defensa antiaérea así como unidades de apoyo y logística. En la actualidad, en la 2ª división de infantería se incluyen la 21ª brigada de infantería (San Cristóbal) y la 22ª brigada de infantería (Mérida). Como puntualiza el Centro de Análisis del comercio mundial de armas ruso (TsAMTO), el gobierno de Venezuela invirtió cerca de 15.000 millones de dólares en la compra de equipamiento y técnica militar extranjera. En particular, en Rusia fueron adquiridos 92 tanques T-72M1M, 240 blindados BMP-3 y BTR-80. Además, el Ministerio de Defensa del país planificó la compra de sistemas reactivos de salva “Smerch” y equipos misilísticos antiaéreos C-300.
En octubre de 2010, Rusia acordó abrirle a Venezuela un crédito de exportación en el orden de los 4.000 millones de dólares para la adquisición de armamento y técnica militar de producción rusa. No se puntualizó qué armamento planifica adquirir Venezuela con los recursos recibidos. Con anterioridad se conoció que Rusia entregó a Venezuela 1.800 complejos misilísticos antiaéreos “Iglá-C”.
Durante los últimos años Hugo Chávez adquirió en nuestro país, según informa TsAMTO, armamentos y técnica militar por cinco mil millones de dólares, incluyendo 24 interceptores SU-30MK2B, helicópteros Mi-17B5. Mi-26T2 y Mi-35M2, así como cien mil automáticos Kaláshnikov. En 2009 Rusia le concedió a Venezuela un crédito por 2.200 millones de dólares para la compra de 92 tanques T-72 y una cantidad de sistemas reactivos de salva “Smerch”.
El volumen de los nuevos encargos de Venezuela para el suministro de armamentos rusos puede superar los 5.000 millones de dólares, según anunció el 5 de abril de 2010 el primer ministro Vladímir Putin en la reunión para analizar el desarrollo del complejo industrial de defensa. (El diario español “La Vanguardia” del 15.04.2011 cita una nueva evaluación: 11.000 millones de dólares, V.L.). Este dinero, dijo el primer ministro, se aplica a la compra de armamentos por el crédito asignado a Venezuela. Los pedidos están distribuidos entre 13 empresas cabeceras, incluyendo a “Izhmash” y al Buró Constructor de Equipos de Tula. Con ese crédito Venezuela planea comprar 92 tanques básicos de combate (OBT) T-721 (en total, Hugo Chávez estima en 600 unidades sus requerimientos de nuevos OBT y por eso son posibles compras complementarias de OBT, inclusive los T-90C), sistemas reactivos de salva (RSZO) “Smerch”, equipos misilísticos antiaéreos C-300B y otros armamentos.
Este tempestuoso crecimiento de adquisiciones de armamento ruso por Venezuela en los últimos años es explicado por los observadores por la negativa de los Estados Unidos a suministrarlo motivada por su relaciones “excesivamente cercanas” con Cuba y con Irán, a los que Washington considera como “países marginados”.
Caracas tenía antes intención de adquirir a la española EADS-Casa diez aviones de transporte C295 y dos de patrulla C2-195 por unos 1.700 millones de euros, sin embargo la operación se frustró por el embargo de Washington sobre el suministro de componentes norteamericanos a las empresas que venden sus aviones a Venezuela. Según lo dicho por Miguel Ángel Moratinos, por entonces canciller español, las causas de la caída de la operación fueron económicas: la elaboración por España de nuevos componentes en reemplazo de los norteamericanos convertiría en deficitaria la venta para la empresa española. La conducción venezolana, en cambio, afirmó que la decisión era política. Ahora Chávez busca nuevos socios para la cooperación técnico-militar.
En septiembre de 2009 el presidente de Venezuela anunció la creación de un programa complejo por etapas para defensa antiaérea. Como se planifica, en su composición se incluirán los equipos rusos antiaéreos de pequeña, media y larga distancia. Los “Tor-Mi” de corto alcance ya han sido suministrados a Venezuela. Ahora se negocia la entrega de los “Buk-M2E”, de alcance medio así como los C-300B de largo alcance. Además de eso, el jefe de la República Bolivariana declaró sus intensiones de comprar por lo menos un avión anfibio Be-200 en la variante destinada a apagar incendios.
Por otra parte, hemos conocido que se mantienen negociaciones para suministrar partidas de BMP-3M, 24 interceptores Su-30MK2/Su-35 (Venezuela puede convertirse en el primero que encarga Su-35), 10 helicópteros Mi-28H y 12 plataformas de lanzamiento “Tor-M2E”. También Caracas mostró interés en la adquisición de equipos misilísticos costeros móviles, aviones de patrullaje naval sobre la base de los Il-114, lanchas del proyecto 14310 «Мirage» y la nave de desembarco sobre alfombra de aire “Murena-E” del proyecto 12061. No se ha retirado del orden del día la posible compra por Venezuela de submarinos rusos diesel eléctricos del proyecto 877EKM, clase “Varshavianka” o sus últimas modificaciones…
En el país se construyen tres fábricas para la producción de automáticos Kaláshnikov y municiones (su capacidad anual superará las 50.000 unidades, V.L.), así como una planta de reparación y servicio para los helicópteros rusos.
En mayo de 2010 45 oficiales de la Fuerza Armada de Venezuela iniciaron su instrucción en el Instituto de Ingeniería de tanques en Omsk. La preparación de tanquistas para el ejército venezolano está vinculada con el convenio interestatal concluido en septiembre de 2009 para la provisión a Caracas de tanques rusos y de otra técnica blindada.
En junio de 2010 la compañía estatal venezolana CAVIM (Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares) comenzó la construcción de una empresa para el servicio de los helicópteros rusos en la ciudad de Acarigua (estado de Portuguesa, 341 kilómetros al sudoeste de Caracas). En este año “Rosoboronoexport” entregará a Caracas seis entrenadores para helicópteros Мi-171, Мi-17В-5, Мi-25 y Мi-35, según contrato firmado en diciembre de 2006. Luego del suministro y montaje de los entrenadores, el centro de entrenamiento de helicópteros en Venezuela será el más grande en América Latina.
Cuando se profundiza en la cantidad de técnica militar que Venezuela compró y se apresta a comprar en Rusia, surge una pregunta natural: ¿para qué necesita tanto armamento? Muchos observadores suponen que Hugo Chávez no quiere repetir la suerte del líder de la Jamahiriya Libia, Muamar Gaddafi. Debido a las sanciones dispuestas por el Consejo de Seguridad de la ONU contra Trípoli por el avión de pasajeros que explotó sobre Escocia en 1988, el ejército libio no accedió a armamento moderno, especialmente en lo que hace a defensa antiaérea. Luego del levantamiento de estas sanciones Muamar Gaddafi no tuvo tiempo de recibir de Moscú el armamento que había encargado. Ahora está pagando eso.
Existe otro punto de vista. Las armas rusas son necesarias para que Chávez “exporte” la revolución bolivariana. En uno de los informes oficiales de los EE.UU. se indica directamente que Venezuela colabora estrechamente con lasformaciones armadas ilegales de extrema izquierda en Colombia, incluidas en el listado de organizaciones terroristas.
Hace tres años tropas colombianas ultimaron en territorio de Ecuador a uno de los principales líderes de las FARC, Raul Reyes. En su computadora se hallaron testimonios de que Chávez mantenía financieramente este movimiento y analizaba la posibilidad de abastecerlo de armas. A su vez, España también denunció la complicidad del gobierno de Venezuela en las vinculaciones entre las FARC y la organización terrorista vasca ETA. Por eso tanto Washington como Madrid temen que los antiaéreos y los “Kaláshnikov” vendidos a Venezuela puedan “salir a flote” en algún tiempo tras las fronteras de este país.
Sea como fuera, están convencidos en Caracas que la autonomía del curso de Hugo Chávez en política exterior e interior puede ser la causa de la agresión por parte de Estados más fuertes o que se consideren a sí mismos más fuertes. La demostración del poderío del ejército venezolano, equipado con la técnica militar rusa, posiblemente deberá ser en el desfile del 5 de julio una desagradable sorpresa para algunos.
Víctor Litovkin es redactor jefe del periodico Nezavísimoye voyénnoye obozréniye (Observador militar independiente)
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