Chernóbil, el nuevo granero de Europa

Foto de Reuters

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Se cultivará materia prima para hacer biocombustible, pero no será colza, sino maíz. Más tarde, cuando el terreno quede limpio gracias al maíz, llegará el turno de los cereales, entre los que se incluirá el trigo. Posteriormente, será el turno de la ganadería. No es ciencia ficción, sino un nuevo programa de rehabilitación para el terreno de Chernóbil.

El primero en anunciar estos planes de reorganización fue Anatoli Prisiazhniuk, gobernador de la Región de Kíev, que declaró que el restablecimiento de la producción agraria en la zona empezará dentro de poco. "Estamos firmando un contrato con un inversor que va a ocuparse de los terrenos más afectados por la catástrofe”, comunicó Prisiazhniuk. La base teórica del proyecto es bastante sólida: si el producto cultivado debajo del reactor se envía a “terminar de crecer” a tierras que no estén contaminadas se considerará exento de todo peligro para la salud, según los informes realizados hasta ahora.

La Agencia Estatal de Ucrania para la gestión de la zona de alienación ya ha firmado un memorando de cooperación con la empresa ucraniano-belga PhytoFuels Investments y la holandesa Wageningen University and Reseach Center. El copropietario de la primera, Loic Lerminiaux, asegura que el biocombustible cultivado en Chernóbil sustituirá a mil millones de metros cúbicos de gas. Mientras que el vicedirector de la Agencia Estatal para la gestión de la zona de alienación, Nikolái Proskura, comentó a Izvéstia: “en primer lugar, el maíz es algo muy fácil de cultivar, ya que se planta una vez y se recoge durante quince años. En segundo lugar, “recolectar las plantas garantiza la protección de la zona ante los incendios”. En tercer lugar, Kíev obtiene una fuente alternativa de energía. Los sembrados ocuparán la mitad de los 2.540 kilómetros cuadrados de la zona.

El gobierno ucraniano está dispuesto a cultivar cualquier cosa en Chernóbil, sea colza o maíz, con tal de obtener beneficios económicos. Hoy en día la zona es un territorio deficitario. El coste del mantenimiento de la central alcanza los 1.500 millones de dólares, mientras que en la conferencia internacional que tuvo lugar en abril sólo se pudieron reunir 550 millones de euros.

La idea de vender colza cultivada en la zona a Turquía, Pakistán y Emiratos Árabes surgió en 2009, durante la crisis económica. En aquel momento el Ministerio de Situaciones de Emergencia ucraniano propuso talar los bosques radiactivos, quitarles la corteza y venderlos, en definitiva, organizar en las tierras baldías una amplia producción agraria. En los años 90, se intentó producir para zonas no contaminadas. Se criaron peces en un estanque contaminado de 600 hectáreas, se talaron 300 kilómetros cuadrados de bosque, se restituyó una granja en el pueblo de Kupovátoye, dentro de la zona, y también se intentó reintroducir a los uros, animales similares al toro y desaparecidos desde hacía mucho de las estepas ucranianas, o criar terneros. Tanto estos últimos como los peces se enviaban posteriormente a “terminar de crecer” a zonas no contaminadas. Lo cierto es que estos peces podrían brillar en la oscuridad, ya que presentaban unos índices de radiactividad entre 5.000 Bq a 40.000 Bq por kilo, mientras que la norma establece un límite de 150 Bq.

Además, al lado de la central se organizó una granja de visones, pero éstos se quedaban sin pelo por razones desconocidas. También se intentó cultivar trigo, pero debido a las mutaciones se acabó obteniendo una variedad prehistórica. Se plantaron cientos de hectáreas de patata, pero éstas también sufrieron mutaciones. Luego llevaron a la zona caballos de Przewalski procedentes de la reserva natural de Askania-Nova. Se suponía que iban a acabar con la hierba radiactiva y limpiar el terreno. Los caballos se acabaron comiendo tanto la hierba como los cultivos experimentales y se han reproducido de tal manera que ahora corren por la zona formando tres manadas y asustando a los habitantes locales que viven sin permiso oficial.

En aquel entonces, los belgas participaron en los experimentos de Chernóbil, que se interrumpieron tras agotarse los fondos. Los 200 millones de dólares prometidos por el gobierno no fueron suficientes para llevar a cabo todos estos ambiciosos planes. Ahora, Víktor Baloga, ministro de Situaciones de Emergencia, promete convertir la zona en un destino turístico. El ministerio organiza visitas guiadas con las que gana dinero. En el futuro se pretende convertir la zona en una Las Vegas a la ucraniana que concentre todos los casinos del país. Ucrania ha copiado y superado la experiencia de Bielorrusia, que elaboró un programa para convertir las tierras de Chernóbil a la producción agrícola hacia 2020. Kíev pretende obtener los primeros brotes sanos en 2012.

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Información

Durante el accidente, el vertido radiactivo de la Central Nuclear de Chernóbil alcanzó los 50.000.000 Ci, algo que equivale a la explosión de 500 bombas atómicas. En Ucrania la nube radiactiva llegó a 12 de las 25 regiones, alrededor de 44 mil kilómetros cuadrados. Más de tres millones de personas resultaron afectadas y más de 300.000 fallecieron como consecuencia de la radiación.

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A FAVOR

Nikolái Proskura, vicedirector de la Agencia Estatal de Gestión de la Zona de Alienamiento:

- Los experimentos en cultivos de distintas plantas en estos territorios contaminados han demostrado que es posible plantar, por ejemplo, colza, para convertirla posteriormente en combustible. Hay maneras de quemar la biomasa sin contaminar el aire. Los radionúclidos se quedan en la ceniza y pueden contaminar las aguas subterráneas, por eso las cenizas serán cimentadas y transportadas a depósitos especiales. Este tipo de producción no necesita grandes recursos humanos y permitirá convertir la zona de alienamiento en un territorio independiente desde el punto de vista económico.

CONTRA

Dmitri Grodzinski, miembro de la Academia Nacional de las Ciencias de Ucrania:

- Devolver la vida a los territorios contaminados es un pasatiempo imprudente. Dentro de la zona existen muchos grados de contaminación; en algunos sitios los índices son muy bajos, y en otros, muy altos. En estas tierras no se puede cultivar nada. Además, durante los trabajos de cultivo se levantará polvo radiactivo. No entiendo por qué intentamos arar estas tierras si tenemos muchos terrenos sin contaminar que están abandonados y llenos de maleza.

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