Ruián, un nuevo modelo de ciudad

Foto de DR

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Alexánder Kravtsov, empresario ruso de 43 años, responde sin pensar demasiado cuando se le pregunta si ha hecho todo lo que ha querido en su vida. “¡Desde luego! He logrado hacer todo lo que considaba más importante”.

En 1955 el joven Kravtsov fundó la empresa “Ruián”, que producía artículos para el turismo. Siete años después cambió de nombre y se transformó en “Expedición”. Un nombre más sonoro y romántico y además alude a un determinado estilo de vida.

Hoy en día “Expedición” es un holding que aúna la producción de los más diversos equipamientos turísticos así como una red de restaurantes, spas y una revista propia. Aunque el principal orgullo del propietario lo constituyen las carreras de coches por territorios en duras condiciones climáticas.

El nuevo proyecto de Kravtsov es la construcción de una nueva ciudad en la siberiana Región de Tomsk, en la meseta del río Urtamka.

“La ciudad-Ruián será parecida un club de élite –señala Kravtsov-. Pero en este caso la pertenencia a la élite no estará determinada por la riqueza o la incidencia política. Estará compuesta por gente de todo el mundo: artistas, científicos, empresarios, especialistas descontentos con la situación actual de la civilización humana. Personas que no están de acuerdo con la forma en la que se manejan los grandes sistemas burocráticos y quieren cambiar algo. Este gente podrá comunicarse con sus semejantes en la ciudad-Riuán”.

La primera piedra de la futura ciudad fue colocada en noviembre del año pasado. La trajeron de la isla alemana de Riugen, posible prototipo de la mística isla del folklore ruso Buián (Ruián), famosa por “La leyenda del zar Saltán” de Alexánder Pushkin. En la obra del gran poeta ruso del siglo XIX, las fuerzas milagrosas que luchaban contra el mal poblaban las isla.

En la actualidad, la ciudad-Ruián se encuentra en una activa fase de construcción, lo que no impidió hospedar a los participantes del festival de jóvenes empresarios, a pesar de ciertas dificultades surgidas a causa de los derechos de propiedad de la tierra.

“Durante mucho tiempo las autoridades locales no comprendían lo que nosotros queríamos hacer. Consideraban que había algún tipo de subterfugio: lavar dinero o algún yacimiento secreto de oro o de petróleo, o incluso pensaron que éramos alguna secta religiosa”, reconoce Kravtsov.

A pesar de esto, mira al futuro con optimismo. Está convencido de que dentro de cinco o seis años Ruián será apropiada para vivir en todos los sentidos. Contará con infraestructuras y podrá albergar a unos 2.000 habitantes permanentes así como a 10.000 turistas. Kravtsov comparte sus planes. “Tendremos algo parecido a las termas en el balneario italiano de Sirmione, en la ribera del lago Garda. En un tablero en la recepción anuncian cuándo y qué luminaria médica llegará. En ciudad-Riuán también se conocerá de antemano qué científicos, artistas o inversores vendrán a visitarla. En consecuencia la gente conformará grupos de interés”.

“Existe Davos –continúa-, donde se reúne la gente para hablar de los grandes sistemas. No conozco lugares donde se encuentre gente de los pequeños sistemas. Queremos que ciudad-Riuán sea ese lugar”. Como cualquier unidad territorial de la Federación Rusa, la ciudad-Riuán deberá someterse a la legislación nacional pero también contará con un documento normativo interno.

En este sentido, en la ciudad habrá una legislación específica respecto a ciertos asuntos. Entre otras, las drogas, las groserías en presencia de damas, las bebidas alcohólicas de alta graduación, la castración de animales, la homosexualidad y la manifestación formal de celos.

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