El potencial de las fiestas

Muchos están seguros de que si las largas vacaciones navideñas son sustituidas por unas largas fiestas en mayo, la economía ganará y Papá Noel será más generoso

Muchos están seguros de que si las largas vacaciones navideñas son sustituidas por unas largas fiestas en mayo, la economía ganará y Papá Noel será más generoso

Las vacaciones navideñas, tienen lugar en enero y duran hasta diez días. Se discute mucho sobre su viabilidad: muchos prefieren tener la posibilidad de descansar tranquilamente en mayo y cambiar las borracheras y la glotonería de enero por un ocio activo al aire libre.

Un sin número de fiestas


En Rusia está muy extendida la idea de que hay demasiadas fiestas, más que en otros lugares. No se trata más que de un mito. Las largas fiestas de Navidad y mayo son por propia iniciativa, ya que oficialmente no hay tantos días festivos. Por ejemplo, en 2011 sólo hay 10 días festivos oficialmente. De acuerdo con el artículo 112 del Código Laboral, hay 12 días festivos en total.

En muchos países de Europa y en EE UU hay una cantidad parecida de fiestas nacionales. En EE UU hay 10 días: cuatro en invierno, cuatro en otoño, uno en primavera y otro en verano. En Alemania, 11 fiestas a nivel nacional (contando los que caen en fin de semana). Pero además, en cada región celebran sus propias fiestas. Por ejemplo, en Baviera hay tres.

Por otro lado, los países asiáticos cuentan también con sus celebraciones religiosas y nacionales. Mientras que Corea del Sur sólo tiene 13 festivos, Japón tiene 15, y China y Hong-Kong, 16.

Estimulando el consumo


Resulta muy difícil para los economistas calcular el coste que suponen estos días para las economías nacionales. No existe una única fórmula válida, y un enfoque simplista de “a menos días de trabajo, menos producción económica”, no funciona.

Aparte de la estructura sectorial de la economía, hay que tener en cuenta factores como los estímulos al crecimiento en el consumo interno, el nivel de productividad en el trabajo antes y después de las fiestas, la duración e incluso las consecuencias sociales (algo de especial actualidad en Rusia). Sobre todo porque una misma práctica puede producir en diferentes países resultados totalmente opuestos.

En el año 2000 se introdujeron en China quince días más de fiesta ( las llamadas Semanas Doradas). Se preveía un crecimiento del turismo interior y una mejora en la calidad de vida de la población. Aquel mismo año fue implantada la práctica de conceder una semana de vacaciones en mayo, en honor a la Fiesta del Trabajo del 1 de este mes. Durante el primer año el efecto ”Semanas Doradas” resultó impresionante: durante el primer semestre de 2000 el crecimiento económico de China fue del 8,1%, un punto porcentual más que el año anterior. Las provincias más turísticas recibieron un número récord de visitantes y los viajes en ferrocarril, cuyos servicios utilizaron en una semana 24 de usuario, crecieron un 24%.

Sin embargo, hacia 2006 se vio claro que no se habían alcanzado las expectativas previstas sobre el aumento del consumo. Según el Consejo Político Consultor Popular de China, las Semanas Doradas empezaron a dañar a la economía china. Por lo tanto, en 2007 se llevó a cabo una reforma del calendario, de modo que la semana de vacaciones de mayo se redujo a un solo día, y el resto de los días se conservaron como festivos. Es difícil valorar hasta qué punto aquello ayudó a la economía del país. Sin embargo, no se sabe si fue casualidad, pero aquel año el crecimiento del PIB batió un récord absoluto, llegando al 13%.

Un camino especial

Mientras que en las regiones asiáticas se experimenta estimulando el consumo interno y el turismo, en muchos países industrializados el proceso es el inverso. En EE UU y Europa la estrategia consiste en reducir la cantidad de festivos. En EE UU han acortado las vacaciones, mientras que, por ejemplo, en Alemania, hacen que las fiestas coincidan con los fines de semana.

Rusia parece seguir su propio camino, y cuenta con una variante de las Semanas Doradas chinas por las largas vacaciones de invierno. Sin embargo, las consecuencias para la economía no son tan beneficiosas como en el país asiático.

¿Enero o mayo?


Las vacaciones de Navidad son relativamente nuevas en Rusia. En el 2004 la Duma cambió el calendario de las fiestas oficiales del Estado. Se suprimió un día festivo a principios de mayo y se aumentó el número de días de fiesta oficiales a principios de enero, de modo que desde el 1 de enero de 2005 en Rusia hay unas vacaciones de Navidad que llegan a durar hasta 10 días.

Casi inmediatamente después comenzó la discusión acerca de la necesidad de cambiar algunos de de estos días festivos en enero a principios de mayo, como sucedían antaño. En los últimos años la Duma ha rechazado numerosos proyectos de ley sobre el tema.

La ciencia no puede decir nada


Desgraciadamente, existen pocas investigaciones serias sobre la economía de los días festivos y hay pocos argumentos convincentes a favor de las vacaciones de mayo. La conclusión que sostiene que “la introducción de unas largas vacaciones causa un crecimiento del consumo en diciembre y una posterior reducción en enero" no tiene en cuenta el cambio paulatino hacia el modelo occidental del comportamiento del consumidor ruso. En el período de compras navideño se gasta una parte importante del consumo anual. Sin embargo, es evidente que las consecuencias sociales de las largas fiestas en enero son negativas. En este punto parecen coincidir tanto los investigadores, como la gente de a pie y los diputados, independientemente del grado de extravagancia de estos últimos. Tienen lugar borracheras portentosas, aumentan los accidentes por embriaguez, se produce un crecimiento del consumo de drogas, la ludopatía y la inactividad... La lista puede ser muy larga.

De manera que resulta un tanto sorprendente que hasta ahora no existan investigaciones de calidad que demuestren de forma convincente las ventajas de contar con unas largas fiestas en mayo. Habría que tener en cuenta el potencial crecimiento de la producción agrícola en las huertas de decenas de millones de rusos, y el hecho de que puedan disfrutar de unas vacaciones en el campo no sólo los capaces de pagar miles de dólares por viajes a destinos exóticos. La cantidad de personas con posibilidades de pagarse un viaje de sol y playa en mayo es mucho mayor: el Mediterráneo empieza a calentarse. Además, el turismo interior presenta muchas más posibilidades.

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