El carismático actor Javier Bardem decidió bajar al subterráneo de Moscú para llegar a tiempo a la clase magistral que impartió a los estudiantes de las escuelas de interpretación.
El actor no había visitado Moscú antes y se dirigió directamente a los torniquetes. Sin embargo, los atentos controladores del metro capitalino no tardaron en aparecer e indicaron al actor el camino adecuado, es decir, las taquillas. Bardem compró un abono en vez de un billete sencillo.
El oscarizado actor se asemejaba a un turista normal, no llevó consigo a su guardaespaldas y al parecer no fue reconocido por los pasajeros en esa caótica hora. Bardem también se mudo de hotel. Pasó de uno muy caro a otro de categoría más baja. Todas estas aventuras las emprendió tras la partida de Moscú de su esposa, la también actriz Penélope Cruz, junto con el hijo de ambos.
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