Foto de Itar-Tass
María Ipátova tiene 25 años y ya es madre de dos hijos. Oleg, el mayor, va a cumplir dos años y el pequeño Trofim tiene seis meses. Dentro de un tiempo María y su marido quieren tener un tercer bebé. “Mi hijo mayor ha nacido muy débil, los médicos han dicho que tal vez no sobreviva. Creo que por eso hemos decidido tener una familia numerosa. Si tienes solamente un hijo se convierte en un egoísta, dos pueden ser rivales por lo que tres hijos formarán una verdadera familia”, opina María.
Desgraciadamente, cada vez hay menos parejas que quieran tener más de un hijo. Según la estadística, las familias numerosas representan tan sólo el 3% del total mientras que el 48% de los matrimonios no tiene hijos.
Aliona Vorontsóva tiene 29 años y está casada con Ígor de 31. Tienen cuatro hijos: el mayor, Pável, acaba de cumplir ocho años y la más pequeña Anastasía tiene dos. Hace una año la familia Vorontsov llegó a Moscú procedente de Bielorrusia. Ofrecieron un buen trabajo a Ígor en la capital rusa y el matrimonio decidió trasladarse a Moscú. Aquí no tienen a nadie: ni amigos, ni familiares que puedan echarles una mano y quedarse con los niños de vez en cuando. Ni tan siquiera tienen un piso en propiedad. Aunque no les asustan las dificultades que implica el traslado a la capital: “Nunca me quejo de nada, ni me arrepiento de nada aunque tengamos muchos momentos difíciles. Hemos elegido este camino y sabemos para qué lo estamos haciendo, o más bien, para quién”, dice Aliona.
En la película “Llegaremos al lunes” de 1968 hay una famosa escena. Nadia Ogárysheva, alumna de unos 14 años, cuenta en clase que sueña con ser madre de cuatro hijos. El coraje y la sinceridad de la chica provocan la indignación de su maestra, una mujer educada según las estrictas normas de la ideología y la moral soviéticas. Han pasado más de cuarenta años desde la grabación de la película. El país ha cambiado, sin embargo las madres de familias numerosas siguen enfrentándose a los mismo prejuicios sociales a la indiferencia e incluso a los insultos.
Hace poco observé una humillante escena en un centro de salud. Una madre de tres hijos quiso pasar a la consulta sin ponerse en la cola (es una de las pocas ventajas sociales que tienen las madres de familias numerosas). Pero los desagradables comentarios de otros pacientes hicieron que se arrepintiera de su intención: “¡Paren hijos como conejos para saltar las colas!” dijo una mujer mayor en tono irritado.
La moscovita Ana Kuleshova de 30 años es la madre de tres hijas: “En nuestro barrio, Chertánovo, se ven muchas familias numerosas. Siempre nos apoyamos los unos a los otros. Pero cuando me encuentro fuera de nuestro círculo a veces me siento incómoda por lo que tengo que escuchar. Dicen que somos unas sinvergüenzas por saltarnos las colas y que somos unas vagas, que tenemos hijos para no tener que trabajar”. Por cierto, Ana es doctora en ciencias sociales y editora en una revista científica. Cuando su hija pequeña cumplió tres meses, volvió a trabajar.
En cualquier caso, las dificultades económicas y la ignorancia social no son el trago más duro por el que tienen que pasar la mayoría de las madres de familias numerosas. El peor momento es cuando tras el nacimiento del tercer hijo el marido abandona a su mujer. Según Ana, entre sus amigas hay muchas madres que tienen tres hijos y están separadas.
No existe ninguna estadística de los divorcios entre las familias numerosas pero, según los datos generales, cada año se contraen en Rusia n millón de matrimonios pero se rompen 700.000 parejas. Los psicólgos y sociólogos se muestran preocupados por esta situación y hablan de la “crisis” e incluso de la “desaparición” del concepto del matrimonio. No se trata sólo del elevado número de los divorcios. Hace veinte años la gente también se divorciaba mucho (aunque no tanto como ahora), pero se casaban más parejas. En la actualidad, el matrimonio oficial se está sustituyendo poco a poco por la “convivencia” y los cónyuges se convierten en las “parejas de hecho”. Cada vez son más las madres que quieren tener hijos “sólo para ellas”. Según los últimos datos, más de 30% de los niños nacen fuera del matrimonio. Si a todo esto añadimos la baja tasa de natalidad, la situación resulta alarmante.
La media de hijos por familia se sitúa en torno al 1,59, mientras en el año 1990 la tasa de fecundidad era del 1,9. Rusia encabeza la lista de los países con el índice más alto de abortos provocados: los embarazos se interrumpen en el 60% de los casos.
Existen muchas causas para la baja natalidad. Según datos del sondeo realizado por el Centro Ruso de la Investigación de la Opinión Pública (CRIOP), el 31% de la población rusa se niega a tener hijos por razones económicas. Existe también otro problema: ¿cómo conciliar la carrera con la crianza de los hijos? Los datos del CRIOP muestran que una de cada cinco chicas entre 24 y 35 años no está dispuesta a casarse ni a tener un hijo porque prefiere dedicar este tiempo a su desarrollo profesional. Si tenemos en cuenta la falta de guarderías, lo que cobran las niñeras, etc. no nos sorprenderían tanto los resultados del sondeo. Además, Rusia cuenta con dos mil miembros del movimiento “childfree” que reconocen abiertamente que “se quieren sólo a sí mismos”. Evidentemente, este tipo de gente ha existido siempre pero nunca antes había formado una asociación oficial que va creciendo día a día.
El gobierno intenta incentivar a las familias a tener más hijos e incrementar la tasa de natalidad usando el “cheque bebé” como su arma principal. En cambio, por el momento estas medidas resultan insuficientes para superar la crisis demográfica. El año pasado el partido “Rusia Unida” propuso una medida disparatada: los diputados de Cheliábinsk se plantearon establecer una multa para las familias sin hijos. Hace un par de años varios diputados expresaron la misma idea en la Duma Estatal. Hay que recoradar que tal sanción existió en la Unión Soviética desde 1941 hasta 1992. Las mujeres casadas entre 20 y 45 años y los hombres entre 20 y 50 años que no tuvieran hijos estaban obligados a pagar un impuesto del 6% de su sueldo hasta que tuvieran un hijo o lo adoptaran. La idea de volver a multar a la población por no tener hijos ha provocado un escándalo. Los diputados han tenido que retirar su propuesta y han prometido buscar unas medidas más humanas para salir de esta situación. Todavía no las han encontrado.
¿Cuánto tiempo aguantan juntos? (Rosstat)
Porcentaje de divorcios con relación al tiempo de la convivencia de las parejas.
40% - en los primeros 4 años de la vida común
28% - entre 5 y 9 años
22% - entre 10 y 19 años
10% - a partir de 20 años
Estadística de divorcios y matrimonios por cada mil personas:
1980: matrimonios – 10,6, divorcios – 4,2
1995: matrimonios – 7,3, divorcios – 4,5
2000: matrimonios – 6,2, divorcios – 4,3
2007: matrimonios – 8,9, divorcios – 4,8.
Causas de divorico: (Centro Ruso de la Investigación de la Opinión Pública)
51% - consumo de drogas o alcoholismo de uno de los cónyuges
41% - falta de un piso en propiedad
29% - problemas económicos
18% - intervención de los familiares en los asuntos del matrimonio
10% - problemas de salud que no permiten tener hijos
8% - separación duradera
3% - estancia en prisión de uno de los cónyuges
2% - enfermedades crónicas de uno de los cónyuges
¿Con hijos o sin ellos? (Rosstat)
2006:
48% - familias sin hijos
34% - con 1 hijo
15% - con dos hijos
3% - con más de dos hijos.
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