El odio es cosa de jóvenes

Fotos de Iliá Varlamov

Fotos de Iliá Varlamov

Los jóvenes sienten más odio hacia los funcionarios que hacia los caucásicos y prefieren las organizaciones nacionalistas a las oficiales del estilo de ”Nashi” o “La Guardia Joven”. Así lo demuestran los resultados de la encuesta sobre "La intolerancia internacional entre los jóvenes urbanos" llevada a cabo por la Agencia de Tecnología Social Politekh, con el apoyo del Instituto de Etnología y Antropología de la Academia de las Ciencias de Rusia.

La Cámara Pública de la Federación de Rusia encargó la encuesta tras los acontecimientos de diciembre en la Plaza Manézhnaya de Moscú. Participaron 1600 personas entre 15 y 30 años que fueron encuestadas por teléfono en Moscú, San Petersburgo, Rostov del Don, Nizhni Nóvgorod y Cheliábinsk. El 76% de los encuestados simpatiza de alguna manera con los participantes de las protestas y tan sólo el 20% los censura.

Recordemos que el 11 de diciembre en la plaza Manézhnaya se reunieron una cantidad considerable de hinchas de fútbol para honrar la memoria de Yegor Svirídov, asesinado el 6 de diciembre, presuntamente por jóvenes de Kabardino-Balkaria (los presuntos asesinos fueron detenidos, pero posteriormente cinco de los seis fueron liberados). Los manifestantes llevaban pancartas con lemas del tipo “Rusia para los rusos, Moscú para los moscovitas”, mientras que la acción se transformó en una batalla campal contra la policía y los inmigrantes. El 78% de los encuestados consideran que los acontecimientos de la plaza Manézhnaya no son una protesta nacionalista, sino una acción de protesta contra la corrupción y la llamada criminalidad étnica (así respondió el 58%). Según los autores de la encuesta hay un hecho que confirma la ausencia de carácter nacionalista de los acontecimientos y es que tanto "los encuestados rusos como los representantes de otras etnias han expresado una posición prácticamente idéntica”. Para el 69% de los jóvenes el motivo del conflicto es la corrupción que reina en la sociedad y, sobre todo, en las fuerzas de orden público. Según el 70% el hecho de que los policías dejen marchar a los delincuentes a cambio dinero o al recibir una orden desde arriba es una situación “típica”. La llamada “criminalidad étnica” también juega un importante: el 66% está seguro de que los inmigrantes, especialmente los "caucásicos", "viven mejor" debido a su gran facilidad de adaptación a la corrupción administrativa.

A pesar de ello, en general los jóvenes son bastante tolerantes respecto a los inmigrantes, y también respecto a su apariencia, su modo de vestir y al desconocimiento de la lengua rusa.Aunque un 39% tiene una mala opinión de los caucásicos. Únicamente los funcionarios están peor considerados (51%) que los procedentes del Cáucaso. Mientras tanto el 27 % ha expresado tener odio hacia la policía. En cualquier caso, los jóvenes “caucásicos” están muy mal vistos: el 69% de los encuestados no los quiere por su "comportamiento insolente" y su negativa a "respetar nuestras normas". Es un hecho que irrita tanto a los jóvenes rusos que el 26% de ellos se alegraría si el Cáucaso Norte se independizase de Rusia. Junto a los que dudan de la eficacia de esta medida ("si ayuda a que esta gente desaparezca de aquí, habría que darles la independencia, y si se quedan todos, entonces no haría falta”), los que desean la independencia del Cáucaso representan un 40%.

Es curioso que sólo el 17% de los encuestados haya valorado positivamente la actividad del movimiento “Nashi” (Los Nuestros). La actividad del “Movimiento Contra la Inmigración Ilegal” goza de la mayor aprobación entre los jóvenes, el 32%, mientras que “La Guardia Joven” de Rusia Unida, partido gubernamental, es apoyada por el 19%.Por su parte el movimiento “Unidad Nacional Rusa”, cuenta con una aprobación deel 16%, y los skinheads, del 5%. Los autores de la encuesta señalan que “muchas veces los jóvenes no relacionan su percepción positiva de los movimientos juveniles pro-Kremlin con su actividad real, sino con la percepción que tienen del gobierno del país en general". Sin embargo, el 37% declaró que sus conocidos estarían dispuestos a participar en acciones parecidas a los enfrentamientos de Moscú. Casi nadie dudó de que en el fututo volverá a haber acontecimientos de este tipo. “Dónde y cuándo, no lo sé, pero los habrá. Todo lo que está pasando en el país conduce a ello”, declaró uno de los encuestados.

Alla Guérber, miembro de la Cámara Pública y presidenta de la fundación Holocausto, se siente “alarmada por los resultados de la encuesta”: "No todos los que estuvieron en la Plaza Manézhnaya son nacionalistas de pura cepa, aunque los lemas hayan sido nacionalistas. Aunque el alto porcentaje de los que apoyan este tipo de acciones demuestra que los jóvenes no tienen inmunidad contra la ideología neonazi". Según ella, los participantes de estas conmociones civiles son "víctimas de un estado corrupto en el que no se sienten protegidos". Este miembro de la Cámara Pública señaló que la protesta contra las dificultades que uno se encuentra, siempre se convierte en la búsqueda de un enemigo cuyo papel representan los caucásicos. "La inmigración desde el Cáucaso es realmente un problema para Rusia, sobre todo para las ciudades del Sur”, confirma Guérber. “Tanto la situación de una juventud llena de odio como la de los que son objeto de este odio es alarmante". La experta cree que se trata de un problema que el Estado debe intentar resolver.

"La práctica de pagar a los jóvenes los viajes para participar en los mítines de ”Nashi” no sirve para nada. Los jóvenes tienen que sentir confianza respecto al país en el que viven. No se sienten seguros y por eso mismo pueden resultar peligrosos. Si la administración no presta atención a este tema, no se sabe qué tipo de acontecimientos, similares a los de la plaza Manézhnaya, podrían llegar a desencadenarse", afirmó Alla Guérber en su entrevista a Kommersant.

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