Andréi Golovánov y Serguéi Kivrin han creado su propio estilo que puede servir de modelo para los jóvenes que invaden Internet con un sinfín de fotos carentes de alma y personalidad.
“Prestamos mucha atención al fondo de nuestras fotos. Buscamos que no moleste, que no distraiga y que no de sombra a la imagen principal”, comenta Serguéi Kivrin. “Tuvimos profesores muy buenos, artistas soviéticos que en sus tiempos sacaron fotos en la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, hoy en día la fotografía deportiva se encuentra en peligro de extinción, ya que da más importancia a la velocidad que al contenido. Si sigue así, tarde o temprano los fotógrafos llegarán a convertirse en operadores de cámara. Ya hay muchas agencias que funcionan de esta manera. Conectan las cámaras con la oficina en la que se encuentra un redactor de tipo Bild que recopila las fotos de todos los fotógrafos, selecciona las que le parecen buenas y las sube a Internet. La velocidad de transmisión de las imágenes ha aumentado mucho, pero afecta a la parte creativa.
“La fotografía ha dejado de ser un arte. Basta con tener una cámara fotográfica e Internet para subir fotos a Facebook o Twitter. Pero se trata de transmitir una señal, nada más. Al día siguiente nadie se acordará de esas fotos. Son muchas y el ojo no las ve. Todo el mundo lleva cámara, todos se creen profesionales. Pero nosotros, a pesar de nuestra experiencia, seguimos estando inquietos y nos emocionamos antes de empezar cualquier trabajo. Siempre intentamos sacar una foto nueva que sea original”, Andréi Golovanov coincide con su colega en los temas profesionales, pero en el resto son muy distintos. Su actitud hacia los protagonistas de sus fotografías es diferente. Andréi se preocupa por los deportistas.
“En los Juegos Olímpicos de Atenas estuve a punto de ponerme a pitar con el público para protestar contra la nota que le dieron al gimnasta Alexei Némov”.
Serguéi, en cambio, intenta abstraerse de lo que ve en el objetivo de su cámara.
“No puedes trabajar y ser hincha a la vez. Si te dejas llevar por las emociones se quedarán dentro de ti y no en la imagen. Por eso intento mantener la calma”.
Los fotógrafos son muy amigos de los protagonistas de las imágenes, estrellas del deporte ruso como Alexándr Karelin, Svetlana Zhúrova, Alexei Némov, Olga Brusníkina y María Kiseliova.
“En los Juegos Olímpicos de Turín, Irina Slútskaya lloró en mi hombro después de ocupar el tercer puesto. Nos sacaban fotos”, cuenta Golovánov. Kirvin y Golovanov obtuvieron un portfolio vivo y diverso uniendo sus fuerzas. Dos puntos de vista sobre un evento, esto les da una gran ventaja ante los fotógrafos individuales. Probablemente, fue esa diferencia de caracteres, con distintas visiones, lo que les hizo famosos y contribuyó a su reconocimiento en forma de premios por parte de sus colegas y del público.
“Empecé a estudiar fotografía deportiva durante la época soviética. En aquel entonces a libertad era un sueño, y el único campo que te permitía decir la verdad era el deporte” cuenta Serguéi. “Además, en mi opinión, la fotografía deportiva no es muy distinta de otros tipos de fotografía. Lo importante es dominar el tema. Si nunca has fotografiado a políticos en el Kremlin, será difícil sacar una buena instantánea. Hay que saber de dónde va a salir la gente, qué puertas se abren, por dónde pasan los soldados, quién mira a qué lado. Lo mismo ocurre en el deporte. Si pensamos en el voleibol, por ejemplo, el jugador tira la bola, la golpea, la besa, le da un toque, la hecha al aire, corre, sube las manos… Siempre hay lugar para una buena fotografía. Hay que verlo. Lo que es cierto es que no puedes prescindir de una buena reacción. Si te has pasado toda la vida filmando naturalezas muertas, no será fácil fotografiar un partido de fútbol.
Serguéi Kivrin
Nació el 27 de octubre de 1955 en Moscú. Ha trabajado en las revistas Sovetski Soyuz, Tennis+, Tiempo de Voleibol y en el periódico Sport-Express.
Los fotógrafos trabajan juntos desde 1985. Colaboran con la prensa, incluyendo Itogui, Prosport, TV Park, Los Angeles Times, Newsweek, Ogonek, Cosmopolitan, Burda y con las agencias Associated Press, Reuters, AFP. Han sido galardonados con los premios Press Photo, Adidas AIPS Canon, Inter Photo, Nikon y otros.
Andréi Golovanov
Nació el 5 de noviembre de 1962 en Moscú. Trabajó en los periódicos Moskovskie Nóvosti, Sovetski Sport, Sport-Express, Kommersant, en las revistas Sobetski Soyuz, Tennis+, Fizkultura y Sport. Hoy en día y junto a Serguéi Kivrin trabaja para ANO Sportivnoe Veschanie.
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