La diversidad del arte español en Moscú

Foto de Kommersant

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Se acaba de inaugurar en el Museo de Arte Contemporáneo de Moscú, situado en el bulevar Gógolevski, la exposición "Ficción y realidad: El arte español del siglo XXI de la colección de arte contemporáneo del Museo Patio Herreriano" dentro del marco del Año Dual Rusia-España, con el patrocinio de la compañía petrolera Alians y Técnicas Reunidas.

No hay ni un solo objeto del siglo pasado, incluso el patriarca de la pintura abstracta Jordi Teixidor, de 70 años, es representado por un díptico minimalista del año 2010. Es, literalmente, arte del siglo XXI y parece que el presente de este arte, si no el futuro, está en el vídeo. En cualquier caso, los cuatro vídeos expuestos en “Ficción y realidad” son realmente buenos.

En el vídeo de Cristina Lucas, "Europleasure International. Touch and Go", venerables ancianos y ancianas empiezan a tirar sin previo aviso piedras a las ventanas de un vetusto edificio industrial de ladrillo: una explosión de cristales rotos y una alegría infantil en los rostros. Resulta que, tras obtener la invitación para participar en la bienal de Liverpool, la artista inventó un ingenioso proyecto público para la ciudad: reunió a obreros, trabajadores de los astilleros y mineros locales que habían perdido el trabajo durante la época de Thatcher, y les propuso expresar su postura respecto a los explotadores tirando piedras a un almacén abandonado de una empresa que llevaba el bonito nombre de Europleasure International Ltd. Por su parte, Sergio Prego también trata el tema socioeconómico en su vídeo "Lunes negro", donde una nube de fuego y humo proveniente de una explosión en un local industrial es filmada desde distintos ángulos por decenas de cámaras, da la impresión de constituir una forma escultórica inmóvil en el aire. Asimismo, el grupo “El Perro” presentó un vertiginoso vídeo sobre skaters moviéndose a gran velocidad por un laberinto piranesiano de calabozos cubierto de graffitis, que resulta ser la cárcel de Carabanchel convertida en símbolo de la dictadura franquista. Finalmente, el delicioso "Baile de Pegaso" de Fernando Sánchez Castillo: una miniatura coreográfica de dos grandes camiones de riego que, a pesar de su tamaño, bailan con elegancia un vals en la orilla de una bahía al son de la música de la opereta "El Murciélago". El romanticismo del idilio se rompe al descubrir que los bailarines son dos camionetas pertenecientes a un grupo especial antidisturbios que realmente no se dedica a regar el asfalto, sino a dispersar manifestaciones.

En cualquier caso, lo dicho hasta ahora no implica que los españoles consideren que el vídeo la forma de arte más importante. En la exposición se pretende conseguir un equilibrio en los medios. Una sala entera ha sido dedicada al Arte Abstracto, sobre todo al geométrico, que la generación de pintores y escultores posterior a la de los genios Tàpies y Chillida asimiló a partir de modelos americanos. Le siguen las grandes fotografías panorámicas u objetos del estilo del “Super Clutter” de Ángela de la Cruz, que vive en Londres y ha sido nominada al premio Turner de este año: un lienzo cuelga del mismo clavo que un trapo pintado con acrílico junto con trozos de un marco roto. Luego están las instalaciones, los dibujos en blanco y negro de Chus García Fraile y José Miguel Pereñigues que imitan virtuosamente la fotografía, más allá aparecen distintos juegos post conceptualistas, por ejemplo, el de Ester Partegàs que convierte un trozo de un cartel con precios del supermercado en una gran composición textual con efectos de Op Art. Y también, de nuevo la fotografía que utilizan como medio de expresión las feministas, los activistas gays, los voyeristas y los “artistas puros” como Pablo Genovés, que en sus fotocollages hace colisionar el barroco con el funcionalismo en las pinturas de la cúpula de una iglesia atravesada por cañerías de agua. En una palabra, en el museo Patio Herreriano inaugurado en 2002 en el Monasterio de San Benito de Valladolid, florecen miles de flores, es decir, ideas y estrategias artísticas.

Se trata de un liberalismo programático. La colección del museo pertenece a la Asociación Colección Arte Contemporáneo fundada en 1987 con el objetivo de que el gran capital español pudiera demostrar su responsabilidad social y su capacidad de inversión en la cultura nacional, teniendo en cuenta que España, muy poco tiempo después de haberse recuperado del franquismo, acababa de entrar en la Unión Europea. La Asociación Colección Arte Contemporáneo integra colecciones corporativas de arte contemporáneo pertenecientes a distintas empresas financieras e industriales que conservan el derecho a la propiedad de estas colecciones. Así que, en cierto modo, el Patio Herreriano es el museo de una colección transcorporativa y oligárquica. Evidentemente, se ve obligado a apoyar lo más progresista y librepensador del arte español. Este arte tiene que ser de izquierdas y tirar piedras a las ventanas de la burguesía que lo mantiene. Desde luego, no se puede inventar mejor nombre para este carrusel de ideas y flujos monetarios que el de Europleasure International.

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