7 preguntas sobre la ira de los afganos

Gueorgui Machikidze, foto del archievo personal

Gueorgui Machikidze, foto del archievo personal

La quema del Corán por parte de los pastores norteamericanos Terry Jones y Wayne Sapp provocó una conmoción en Afganistán. Una multitud de musulmanes fundamentalistas atacó la misión de Naciones Unidas en Mazar i Sharif nada más conocer la noticia. Murieron 12 personas, entre trabajadores de la misión y guardias de seguridad. El único superviviente fue el ruso Pável Yershov, jefe de la misión. Gueorgui Machikidze, encargado de negocios de Rusia en Afganistán, ha contado a Russki Reporter cómo pudo salvarse el diplomático ruso y qué está pasando en Afganistán.

¿Es cierto que Pável Yershov intentó salvar a los empleados de la misión?


Así es. Les dijo que se escondieran en el sótano y salió a hablar con la multitud. Habla muy bien dari y quería convencer a la multitud de que los trabajadores de Naciones Unidas no representaban ningún peligro, que se trataba de personas civiles, no militares y que ni siquiera eran estadounidenses. La gente se le echó encima para pegarle. Menos mal que no lo mataron, aunque estuvieron a punto. Más tarde, Yershov volvió en sí en una zanja donde posteriormente fue encontrado por la policía. Ahora está en Kabul, bajo tratamiento médico intentando recuperarse. El resto de los empleados de la misión ha muerto. Los encontraron en el sótano porque entre la multitud había gente que llevaba linternas. Los sacaron al patio y los mataron allí.

¿Cómo pudo ocurrir aquello? Mazar i Sharif era considerada una ciudad tranquila.


Todo ocurrió de una manera totalmente inesperada. La gente volvía de la mezquita después de la oración. Nadie podía imaginarse que aquello acabaría convirtiéndose en una masacre. Hay que decir que al principio la gente se dirigió al nuevo Consulado de EE UU, pero allí no había gente trabajando. Así que se dirigieron al edificio de la ONU. Tanto los organizadores como una parte de los manifestantes provenían de otras provincias. Entre ellos estaban los incitadores.

¿Cómo es la situación actual en Mazar i Sharif y en Kabul? ¿Está garantizada la seguridad de las embajadas?


Ahora todo está tranquilo en Mazar i Sharif. Han enviado un importante contingente de fuerzas de seguridad a la ciudad y se han prohibido las oraciones con lemas políticos. Se está llevando a cabo la instrucción del sumario y 30 personas ya han sido detenidas. En Kabul la situación también es normal. Las representaciones diplomáticas tienen mucha protección. Aunque no excluiría del todo el peligro para los extranjeros. No limitamos nuestros viajes de trabajo, pero vamos acompañados a todas partes de guardias armados, ya sea a las negociaciones, las reuniones o al aeropuerto. Apenas salimos a la ciudad por asuntos privados. Las mujeres y los niños nunca van a la ciudad. Así era también antes de los acontecimientos de Mazar i Sharif.

¿Por qué los afganos de a pie son tan hostiles hacia los extranjeros, incluidos los rusos?


Yo no diría que exista una hostilidad abierta hacia los extranjeros, pero sí que hay cierta desconfianza. Muchas cosas dependen del comportamiento de las personas. Hace poco los estadounidenses atropellaron a dos mujeres y no se pararon. Está claro que lo hicieron cumpliendo órdenes, normas de seguridad, pero por eso mismo no tienen muy buena fama. Sin embargo, la gente no tiene nada en contra de los rusos. Aunque a simple vista un ruso podría parecer un americano. O incluso un sueco, por ejemplo.

Hablando de la seguridad en todo el país, ¿hasta qué punto la coalición es capaz de garantizarla?


Voy a citar a David Petraeus, comandante de las fuerzas de EEUU y la OTAN en Afganistán. Hace poco afirmó en el Congreso estadounidense que: “No estamos perdiendo, pero todavía no estamos ganando”. Sin embargo, desde mi punto de vista la situación ha empeorado últimamente. Está aumentando el número de manifestaciones de protesta.

¿Cómo cree usted que se podría mejorar la situación?


Sólamente a través de procesos de reconciliación nacional. Sin embargo, es ahí donde nos encontramos en un callejón sin salida. La condición que pone la coalición para empezar las negociaciones (y es una posición que Rusia apoya), es que los talibanes depongan definitivamente las armas. Los talibanes, por su parte, para empezar a negociar exigen la salida de las tropas extranjeras del país y que todos los líderes talibanes sean excluidos de la lista negra de la ONU. Estas condiciones no son aceptables para ninguna de las partes.

¿Entonces, con quién puede negociar la coalición? ¿Con el ala moderada de los talibanes?


No sé quiénes son los “talibanes moderados”. ¿Usted los conoce? La gente que ha organizado la matanza de Mazar i Sharif eran precisamente los antiguos talibanes que supuestamente habían depuesto las armas. Hay muchos ejemplos así. Una persona “depone las armas”, vive una vida pacífica por un tiempo, y luego vuelve a juntarse con la guerrilla.

Todos los derechos reservados por Rossíiskaia Gazeta.

Esta página web utiliza cookies. Haz click aquí para más información.

Aceptar cookies