Foto de AFP/East News
Los fabricantes de automóviles se vieron obligados a acelerar sus actividades para cumplir el plazo y poder cerrar nuevos acuerdos de inversión para fines de febrero, lo que los eximirá de los rigurosos límites de importación que acaban de imponerse. El Kremlin aumentará los aranceles aduaneros a aquellos fabricantes que no se hayan comprometido, por una parte, a incrementar la producción a 300.000 unidades y, por otra, a elevar la proporción de insumos de industria nacional en un 60% para el año 2020.
Esta rapidez en los cambios fue impulsada por las modificaciones en el código tributario que entraron en vigor el pasado 1 de marzo. De acuerdo con las nuevas normas, los fabricantes de automóviles podrán importar piezas con un arancel aduanero de 0-3% a cambio de acuerdos de inversión para fabricar, por lo menos, 300.000 coches a nivel local por año. Antes, las compañías podían evitar las prohibitivas tasas de importación que gravaban las piezas del automóvil con la condición de fabricar 25.000 coches en el país, por lo que algunas de ellas se habían instalado en Rusia para construir líneas de montaje. Sin embargo, su compromiso nunca fue más allá.
Pero el último paquete de transacciones posibilitó que las marcas de nivel internacional se uniesen a fabricantes nacionales para potenciar la producción.
“Seis de los ocho fabricantes internacionales que ya se encuentran trabajando en Rusia presentaron propuestas. Se espera que los nuevos acuerdos de inversión se suscriban para el mes de junio”, señaló Alexánder Rajmanov, director del Departamento de Maquinaria Automotriz y Agrícola del Ministerio de Industria y Comercio de Rusia, quien estuvo a cargo de supervisar el proceso.
“No esperábamos una respuesta tan buena por parte de los fabricantes”, indicó Rajmanov, y agregó: “ahora estamos seguros de que Rusia será el fabricante de automóviles número uno de Europa en los próximos años”.
La inversión en Rusia se encuentra devaluada, con aproximadamente EUR 1.000 (USD 1.400) por capital de inversión extranjera directa en el año 2010. En comparación, las cifras de los países de Europa central equivalen a 4-8 veces las de Rusia. Aún así, la estrategia de inversión del Gobierno ruso en el sector automovilístico ha resultado altamente exitosa.
A mediados de la última década, el Estado ha negociado tentadoras exenciones de aranceles impositivos y aduaneros con aquellas compañías extranjeras dispuestas a construir fábricas. Surgieron varios clusters automovilísticos —los más importantes de los cuales se ubican en San Petersburgo y Kaluga— a la vez que la producción de marcas extranjeras por parte de fábricas rusas se disparó hasta tal punto que las compañías internacionales superaron (durante un breve periodo, sin embargo) la producción de los fabricantes nacionales líderes Avtovaz y Gaz en 2008.
Los nuevos acuerdos de inversión están diseñados para continuar con los actuales, que expiran en 2020. El Kremlin se está apresurando a finalizar la reforma de un sector que emplea a más de un millón de personas. Aunque Rusia deberá afrontar una reducción obligatoria de los aranceles aduaneros sobre la importación de automóviles si ingresa en la OMC este año —tras 16 años de insistencia—, no obstante, Rajmanov expresó que la producción de coches ya es lo suficientemente sofisticada como para competir abiertamente con los fabricantes de nivel internacional.
“Con los automóviles estamos listos para competir, y el ingreso a la OMC no tendrá mayor impacto”, señaló Rajmanov. “Existe un período de transición de siete años, que es más que suficiente para terminar con las reformas que se están llevando a cabo. En lo que respecta a autobuses y camiones, la situación es diferente; sin embargo, estamos analizando varias medidas a fin de preparar a estos sectores para el ingreso”.
La política de inversiones relativa al sector del automóvil empieza a vislumbrarse como un éxito sin adulteraciones, y uno que cumple los objetivos claves del Kremlin sobre modernización y diversificación de la economía rusa. Según Rajmanov, este sector se convertirá tanto en un nodo de inversión para desarrollar la industria como en un prototipo para otros sectores.
“Por cada puesto de trabajo que creemos en la industria automotriz, se crearán 16 puestos más en los sectores auxiliares”, sostuvo Rajmanov. “Y el mercado ruso aún se encuentra lejos de alcanzar la saturación, aunque ya está desarrollado, con algunas características de mercado emergente”.
Las nuevas inversiones van de la mano de la experiencia y tecnología internacionales, que son necesarias para ayudar a impulsar la modernización de Rusia. A cambio, los fabricantes de automóviles obtendrán un acceso más fácil a un mercado en crecimiento.
“Los fabricantes internacionales de automóviles están bastante entusiasmados, dado que pronostican un crecimiento significativo en las ventas de automóviles durante la próxima década. Esperamos que las ventas se recuperen hasta alcanzar los niveles anteriores a la crisis para el año 2013”, indicó Mijaíl Ganelin, analista de transporte de la compañía Troika Dialog.
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