Foto de PhotoXpress
En Rusia es normal ser madre a los 22-23 años. Hasta hace poco una chica que tenía hijos después de los 25, entraba automáticamente en la categoría de las “madres mayores”. Esta etiqueta social resulta bastante humillante y todavía existe aunque la “edad límite” para tener hijos ha subido hasta los 28-30 años.
La mayoría de las chicas rusas lo tienen claro: hay que dar a luz antes de cumplir los 30. Está demostrado científicamente que ser madre joven es mucho mejor por razones fisiológicas. Aunque en este caso no se trata sólo de fisiología sino de costumbres sociales que a veces pesan demasiado. Hay chicas que se obsesionan con la idea de tener un hijo antes de los 30 años y están dispuestas a cumplir su “deber maternal” a toda costa. Alexandra, una abogada de 29 años que vive en la provincia de Moscú, pronto se va a casar porque no quiere convertirse en una oveja negra: “Todas mis amigas, mis primas y hermanas están casadas y tienen un hijo. Siempre me preguntan: ¿a qué estás esperando? No puedo perder más tiempo, ¡casi tengo 30! Me voy a casar y si no me va bien en el matrimonio, al menos tendré a mi hijo...”.
Sin embargo, parece que la situación está cambiando y son cada vez menos las mujeres como Alexandra. En las últimas décadas se observa una tendencia en Rusia que va acorde con los países europeos, es decir, la edad de las madres primerizas se está retrasando. La edad media en Europa es de 28,8 años, en América del Norte es de 28,4, en América del Sur es de 27, según los últimos datos del Instituto de Demografía de la Escuela Superior de Economía. En el ministerio de Sanidad y Desarrollo Social de Rusia no tienen datos exactos de la edad media de las madres rusas, pero según las diferentes estadísticas de fuentes no oficiales, la cifra se sitúa en torno a los 27 años. En Moscú, según algunas estimaciones, suelen tener hijos entre los 23 y 28 años, en las regiones de Rusia las madres aún son un poco más jóvenes.
Lo que inquieta más es la baja tasa de la fecundidad, algo que también se ha convertido en un problema grave en toda Europa. En 2003 el número de hijos por mujer en Rusia cayó hasta 1,3 y en estos momentos, tras un ligero crecimiento se sitúa en 1,59. La media europea es de 1,6; en los países del sur (España, Portugal, Grecia) están en torno al 1,4 y los de Europa central están todavía peor. Francia, Irlanda y los países nórdicos mantienen una natalidad relativamente alta (de 2,01 – 2,07).
El gobierno ruso, preocupado por la crisis demográfica, puso en marcha varios proyectos para incentivar a los ciudadanos a tener más hijos. La iniciativa más importante es el llamado “capital de la madre”, un certificado de 365.000 rublos (9.125 euros) que reciben las madres por un segundo o tercer hijo. Este dinero puede ser invertido en una hipoteca, en la educación de un hijo o en el fondo de la pensión de la madre. El ligero crecimiento de la natalidad que se ha producido en los últimos 2-3 años se vincula con la prestación mencionada, que se utiliza principalmente para pagar créditos hipotecarios.
Aunque esta medida no se implementa con la facilidad que todas las mujeres desearían. De hecho, no se puede recibir todo el dinero en efectivo. Las demás subvenciones y, sobre todo, las ayudas por el nacimiento del primer hijo siguen siendo bastante bajas si las comparamos con las de otros países.
Si a falta de los recursos económicos sumamos las dificultades de la conciliación de la vida laboral con la familia, las listas de espera en las guarderías y otros problemas a los que se enfrentan diariamente las madres, no nos parecerá extraño que las mujeres tengan poca prisa por dar a luz. La necesidad de tener buenos estudios, hacer carrera, comprar un piso, etc. empuja a las mujeres a retrasar el momento de la maternidad. Hace un par de años el alcalde de Uliánovsk anunció una medida sin parangón y declaró el 12 de septiembre el “día de la concepción” para que las parejas pudieran faltar al trabajo con el objetivo de procrear. Los que tuvieron un hijo 9 meses después recibieron un premio, y las familias cuyo hijo nació el 12 de junio ganaron un coche.
El ministerio de Sanidad y Desarrollo Social se muestra bastante optimista respecto a las perspectivas demográficas en Rusia y anuncia un notable crecimiento de la natalidad para 2016. Aunque este pronóstico provoca ciertas dudas, a no ser que las demás ciudades rusas se apunten al experimento de Uliánovsk.
En Rusia la madre tiene 140 días de baja por maternidad con el 100% de su sueldo que no puede superar los 34 583 rublos (864 euros). A lo largo de un año y medio se paga el 40% del sueldo de la madre pero la suma no debe supera los 13 833 rublos mensuales (345 euros). La principal ventaja de las madres rusas es que pueden estar de baja por maternidad hasta 3 años sin perder su puesto de trabajo.
Nacer en el gulag, la historia viva de los campos
Reino Unido: la duración total de la baja por maternidad podrá llegar a 40 semanas, de las cuales solamente están remuneradas 18. El sueldo es del 90 % de sus ingresos semanales medios durante las seis primeras semanas y, a continuación, recibirá el porcentaje ordinario.
Noruega: 52 semanas como máximo por parto. Las mujeres que hayan trabajado durante 6 de los 10 meses anteriores al parto tienen derecho a prestaciones económicas del 100% del sueldo durante 42 semanas. El resto, hasta las 25 semanas se cobra el 80% de los ingresos medios.
Suecia: 450 días de baja para compartir entre el padre y la madre del niño. La baja por maternidad de las madres con el 80% del sueldo mensual dura más de 12 meses.
Todos los derechos reservados por Rossíiskaia Gazeta.
Suscríbete
a nuestro boletín
Reciba en su buzón el boletín informativo con los mejores artículos sobre Rusia: