"No tenemos nada que decir. Somos los únicos culpables "

Oktiábrskaia estación después del atentado. Foto de Reuters/Vostock Photo

Oktiábrskaia estación después del atentado. Foto de Reuters/Vostock Photo

Tras el atentado terrorista en el metro de Minsk, hubo diferentes hipótesis acerca de la posible reacción de Alexánder Lukashenko. Los politólogos locales consideran que no hay que esperar cambios importantes en la política interior. El propio presidente declaró que la administración bielorrusa era culpable por haber permitido que aquello pudiera llegar a ocurrir.

Lo ocurrido en Minsk fue un atentado terrorista. Es así como calificó la fiscalía general bielorrusa la explosión que tuvo lugar en el metro, tras una reunión que mantuvieron con el presidente Lukashenko. El día anterior se registró una explosión en la estación de metro Oktiábrskaia de Minsk en la que murieron 12 personas, 157 resultaron heridas de las cuales 22 se encuentran en estado grave. Se acaba de iniciar una investigación por delitos de terrorismo. Ígor Koniakin, cónsul ruso en Bielorrusia, confirmó que hay tres rusos entre los afectados.

Varios politólogos creen que tras el atentado la administración bielorrusa podría aumentar la presión en contra de la oposición y empezar a “apretar las tuercas”. Pável Sheremet, columnista de Kommersant, está seguro de que la oposición no puede estar detrás del atentado. "Existen varias versiones. La primera es que se trate de un conflicto interno de los servicios secretos. Un enfrentamiento entre lobos viejos y jóvenes que podría haber provocado un atentado de estas características. La economía es otro factor importante que hay que tener en cuenta. Desde hace quince días, hay auténtico pánico en el mercado de divisas. Ahora, después del atentado, Rusia no tardará en ayudar a su pueblo hermano; mientras que Europa, sin duda alguna, aplazará la aprobación de las sanciones. Me parece que el gobierno puede sacar provecho de la situación", razona Pável Sheremet.

El politólogo bielorruso Alexánder Feduta considera que tras los sucesos en las calles de Minsk el pasado diciembre, la administración no está interesada en que se agudice el conflicto con la oposición.

"Desde mi punto de vista, no existe ninguna fuerza extremista en Bielorrusia que esté interesada en desestabilizar la situación de esta manera. Estoy convencido de que el gobierno no está interesado en aprovechar la ocasión para apretar las tuercas porque causaría una impresión muy negativa. La situación comenzaba a normalizarse tras la crisis provocada por los acontecimientos del 19 de diciembre", dijo Alexánder Feduta.

El día anterior, el propio Alexander Lukashenko, en su reunión con los ministros correspondientes, declaró que el gobierno de Bielorrusia también era responsable de lo ocurrido.

"No tenemos nada que decir. Somos los únicos culpables de lo que ha pasado. A diferencia de lo habitual, no hemos garantizado la seguridad, aunque sea sólo en un sitio concreto de nuestra capital. Tenemos que hacer todo lo posible para que la gente no piense que ocupamos estos puestos públicos en vano ", dijo Alexander Lukashenko.


Los habitantes de Minsk califican el atentado como un acontecimiento sin precedentes. Hasta la fecha, sólo se había dado una situación parecida en la capital bielorrusa.

La noche del 4 de julio de 2008, durante un concierto de gala dedicado al Día de la Independencia de Bielorrusia, en el centro de la ciudad, al lado del obelisco “Minsk, ciudad heroica” se produjo una detonación de un dispositivo de fabricación casera lleno de clavos y tuercas. Afortunadamente, no hubo víctimas mortales, aunque 55 personas resultaron heridas con traumas de distinta gravedad. Entre ellas, una ciudadana rusa, María Ilyiná, nacida 1989 y original de Smolensk. En aquella ocasión Alexánder Lukashenko desmintió los rumores acerca de un posible atentado contra el gobierno.Inmediatamente después de la tragedia, Dmitri Medvédev realizó una llamada telefónica a Alexánder Lukashenko para expresarle su pésame respecto a lo ocurrido. El presidente ruso ofreció ayuda a su homólogo bielorruso para investigar las causas de lo ocurrido. Además, se enviaron a Minsk varios equipos de médicos procedentes de Rusia.

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