La omnipresente fuerza de música

Jorge Uliarte está dirigiendo la Orquesta Sinfónoca de Moscú.  Foto cortesía de servicio de prensa de la Orquesta Sinfónica de Moscú

Jorge Uliarte está dirigiendo la Orquesta Sinfónoca de Moscú. Foto cortesía de servicio de prensa de la Orquesta Sinfónica de Moscú

Hoy la Orquesta Sinfónica de Moscú, dirigida por el argentino Jorge Uliarte, dará el segundo concierto en Buenos Aires en Teatro Coliseo y participará en el Festival Internacional de Ushuaia (2-16 de abril), el festival de música clásica más austral del mundo.

Los músicos moscovitas pasaron su primera noche de concierto en la Argentina en la calle. Por cierto no en cualquier lado, sino en el mismo centro de Buenos Aires, en el Obelisco, donde interpretaron ante una multitud de 40.000 personas. Todos se retiraron satisfechos y los músicos fueron invitados a actuar durante dos veladas en el Teatro Coliseo. Bueno, no, esto por supuesto es broma…

Si hablamos en serio, los admiradores de la música clásica en Ushuaia tienen todavía dos semanas para conocer a los músicos moscovitas. En su interpretación se escucharán además de las sinfonías de Chaikovski, obras de Glinka, Borodín, List y conciertos de Rajmáninov, Mozart y Saint-Sans. Los solistas de la Sinfónica de Moscú presentarán un programa barroco.

Marina Lévina, directora del conjunto orquestal, relata que en el lejano 1989 llegaron por concurso a la formación estudiantes y músicos que ya habían actuado en famosas orquestas. Se había organizado una gira por el extranjero con un carácter levemente pop, a la que ninguna orquesta de aquella época se había animado. La gente se volcó al espectáculo porque quería algo liviano, fresco. En la Rusia de esos tiempos las orquestas no se arriesgaban a introducir novedades en el repertorio, a convocar a la juventud o jugar junto con los escolares. Los músicos abandonaban sus sitiales sólo con los pies para adelante. La Moscú de 15 millones de habitantes parecía no necesitar otro conjunto. Pero aquí apareció un francés. Además, con raíces portuguesas: Antonio de Almeyda, quien se lanzó a ejecutar y componer música para juegos de computación y filmes. Con rapidez comenzaron a interpretar novedades para todos desconocidas y obras olvidadas. Por ejemplo, la música del vanguardista soviético Karamánov, que en Londres hacía tiempo la interpretaban y la grababan y en Rusia casi nadie la había escuchado.

"El público le teme a las novedades, en especial el público ruso –reconoce Lévina-, pero en cambio en el extranjero adoran la música nueva". Pese a ello la orquesta no se puso a comprobar la solidez del público argentino, ya cansado al final de la temporada y eligió para sus actuaciones un auténtico the best de la música rusa: todas las sinfonías de Chaikovski.


Entrevista con Jorge Uliarte, director de la Orquesta Sinfónica de Moscú

Rusia Hoy dialogó con el director Uliarte, un brillante músico de 48 años, con una vasta experiencia en la dirección de grandes conjuntos orquestales tanto en Europa como en los Estados Unidos. Uliarte es el director invitado de la orquesta moscovita con la que, precisamente, se presenta en estos días en la capital rusa.

"He dirigido en varias oportunidades la Orquesta Sinfónica de Moscú –detalla el Maestro-. La última vez en una gira por China durante enero de este año. La administración de la orquesta me ofreció ser el principal director invitado. En estos días viajo a la capital rusa para dirigir un programa Chaikovski en el nuevo auditorio de la ciudad, el "Centro Internacional de la Música", una sala magnífica que fue construida no hace mucho tiempo y es comparable, por su acústica y su capacidad, con el Lincoln Center de Nueva York"

¿Tiene especiales connotaciones para un músico argentino dirigir una orquesta rusa interpretando a Chaikovski? ¿La percepción musical es la misma?

- Mi percepción de la música es esencialmente energética: vibraciones que se manifiestan a través de sonidos organizados mediante una gramática que responde a las necesidades estéticas, emocionales o históricas de cada compositor. Una partitura es un racconto autobiográfico del autor. Si mi percepción está en sintonía con el compositor escogido, habrá una simbiosis entre la orquesta y mi modo de concebir una interpretación. Más allá de cualquier bagaje cultural heredado desde nuestro lugar de origen, tenemos la posibilidad de sentir de un modo u otro lo que ese racconto nos está queriendo decir.

¿Existen diferencias entre los públicos argentino y ruso?

- El ser humano está ávido de sentir emociones que lo transporten a un mundo que sea parte de su esencia. La gente está abocada gran parte de su tiempo a resolver la cotidianeidad de la vida. Si bien es cierto que hay diferencias entre públicos de diversas latitudes, en el fondo lo que una persona busca en tales audiciones es un código que le abra un camino a su interior.

Vive usted en Salzsburgo, la ciudad de Mozart. ¿Ha pensado en retornar a la Argentina o establecer residencia en otro país, por ejemplo en Rusia?

- Resido en Salzsburgo desde hace casi 20 años, aquí tengo mi hogar, mi oasis cuando debo "recargar las pilas". Mi esposa Margareta, quien es la principal razón de mi vida, es salzsburguesa y disfrutamos muchísimo de la vida en esta ciudad alpina. En realidad, pasamos muchísimo tiempo en grandes metrópolis como Milán, Roma, Moscú, Berlín o Buenos Aires. Si bien he deseado muchas veces regresar a la Argentina, no encontré el modo de hacerlo posible.

Es usted el director artístico del Festival Internacional de Ushuaia. ¿Qué significa este hecho para un director argentino? ¿Qué se experimenta al interpretar Chaikovski en la ciudad más austral del mundo? ¿Cuál es la repercusión internacional que tiene el Festival?

- El Festival de Ushuaia es la realización de un sueño de mi juventud, cuando tenía unos veinte años. Recuerdo que la idea me surgió cuando estalló en 1982 la guerra de las Malvinas.

Durante ese período regresé a la Argentina por unas semanas para dar algunos conciertos y, si bien jamás había estado en la Patagonia, sentí el profundo deseo de hacer algo por mi gente, por mi país. Dado que soy músico, lo único que le podía brindar a la Argentina era música, fundando un festival en la ciudad más austral de nuestro territorio y, por ende, la más austral del mundo. Diciéndole a todo el planeta que ese espacio geográfico es argentino. Un festival de música clásica, como cualquier otra acción que se haga con carácter de continuidad, es un modo de afirmar la soberanía.  Algunos eligen la fuerza de las armas, yo elegí la cultura.

Pero además, ¿sabe por qué existe Salzsburgo? Porque tiene un fenomenal festival de música internacional desde hace casi ochenta años. Además de aportar soberanía dado que todo el mundo sabe que Salzsburgo está en Austria, sino que el 75% de la economía de esta ciudad es aportada por el rédito que deja el mismo festival.

Es lo mismo que deseo al Festival Internacional de Ushuaia y así también lo ven mis grandes amigos y fundadores del festival: Martín Meyer, Santiago Lanzillotta y mi esposa Margareta. A quienes se suman tanta pero tanta gente maravillosa que lo hace posible.

En cuanto al repertorio central elegido para esta edición, se trata de las seis sinfonías de Chaikovski como parte de una concepción que pretende ofrecer en cada edición del festival un ciclo de obras completas de un compositor determinado a modo de figura central.

Además de la orquesta moscovita, ¿el festival recibirá músicos de otros países?

- Por supuesto. Vendrán de Hungría, de Corea, de China, Austria, Italia y Argentina, entre otros países.

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