Foto de Reuters
Las sacudidas
Svetlana, ciudad de Tsukuba:
Estoy volviendo del trabajo y tengo la impresión de que mi bici traquetea demasiado en los baches. Luego ya no sólo traquetea sino que se empieza a tambalearse. Alucino e intento frenar. Miro alrededor y veo que los japoneses en sus coches también están frenando y que no hay electricidad en los semáforos. Ahí es cuando empieza lo gordo. No había casas cerca, pero los árboles temblaron muchísimo. Igual que los postes de los semáforos. Luego empecé a darme cuenta de las nuevas sacudidas por estos movimientos.
Inga:
Esta noche ha habido un terremoto en la prefectura de Niigata, a 250 kilómetros de aquí. Nos despertamos porque nuestros móviles emitían sonidos infernales, ni siquiera soy capaz de describir aquellos ruidos. Casi pegué un salto hasta el techo por el susto que me dio. Resulta que era una advertencia por parte de Defensa Civil, una especie de sms diciendo que el epicentro estaba en Tochigi y que daban la señal de alarma para que la gente se despertara y se preparara para salir. A las cinco de la madrugada los teléfonos volvieron a sonar de la misma manera estridente, contenían el mismo anuncio. Con una alarma así uno se despierta seguro. Me dan pena mis conocidos que no saben leer japonés: imaginaos lo que es recibir un sms con una sirena, una señal roja que representa una figura humana corriendo y una sola palabra en inglés: “Earthquake”.
Los rutina diaria
Svetlana Tsuyimoto, directora de una escuela privada de inglés en Tokio, se encuentra actualmente en Hamamatsu, a 425 km de Fokushima: En Tokio, debido a los terremotos, no funciona el tren de alta velocidad. Hay grandes problemas con los alimentos. El sábado todavía no había pánico, pero el domingo la gente ya empezó a llevarse cantidades enormes de mercancías: papel higiénico, servilletas, pilas, pan, harina y arroz. Media hora antes de abrir la tienda ya se forman colas, la gente compra muchas pilas porque en Tokio desconectan la electricidad por zonas. Salimos de la ciudad con medio depósito de gasolina y tuvimos que echarla de camino. En Hamamatsu todavía se puede encontrar gasolina, pero en Tokio están cerradas casi todas las gasolineras.
Inga:
Me apetece escribir algo sobre la vida normal de todos los días, porque aquí, en el fondo, no ocurre nada: nadie se precipita a comprar más alimentos de la cuenta, la gente se mueve por la ciudad para hacer lo que necesita. Pero de todas formas, sabiendo lo que está pasando en el país, lo cotidiano parece diferente y es difícil relajarse.
He oído que muchos habitantes de Tokio tienen en casa una “maleta para alarmas” donde guardan los papeles más importantes, dinero, medicinas y algo de agua y comida. Cuando empieza un terremoto fuerte la cogen y se dirigen a la salida. Los medios de comunicación recuerdan la técnica de seguridad que consiste en no acercarse al mar ni a las zonas peligrosas, y en los edificios de hormigón, subir, como mínimo, a la 3ª planta. Recuerdo que de niña vivía en Shkotovo-22 y se anunció que había peligro de tsunami. Nuestros vecinos de arriba fueron a cocinar rápidamente los conejos que estaban criando en el balcón para que no se perdiera la comida :)
María:
El segundo día se respira una especie de calma. Hoy la tensión se ha disipado un poco, pero ayer todos estaban muy tensos. Estuve pensando si debería coger el primer vuelo a Moscú o si será mejor esperar un poco todavía, si volveré a casa brillando por la radiación o si no pasará nada.
En general, estos últimos días la gente parece más amable, no sé. Puede que simplemente tenga suerte. Hay mucha gente que sonríe, los extranjeros se saludan. En la tienda habló un señor mayor: "Imagínate, se lo han llevado todo, no queda nada, pero nada de nada". Los taxistas me hablan.
Se nota que hay mucha más gente con mascarillas, parece que todo el mundo piensa que es una forma de protegerse de la radiación. Aunque también es verdad que en esta época muchos llevan mascarillas porque tienen una especie de alergia.
Un pueblo hecho de otra pasta
Olga, Yokohama:
En las zonas del desastre trabajan los bomberos. A Japón han venido cuerpos de salvamento de otros países: Corea del Sur, Alemania, Estados Unidos, etc. Distribuyen mantas y comida caliente entre la gente que se ha quedado sin casa y vive temporalmente en colegios o refugios. También se organiza la ayuda médica.
En los barrios donde no hay electricidad se han instalado enormes acumuladores al lado de los supermercados para que la gente pueda cargar sus móviles. Los extranjeros se sorprenden de que no haya saqueos, de que nadie robe nada de las estanterías de las tiendas destruidas ni de las mercancías caídas. Sin embargo, todo el mundo hace cola en la tienda para comprar lo necesario: pilas, linternas, agua y comida.
Román Afanásiev, Tokio:
En general, los japoneses me sorprenden por su capacidad de organización y su tranquilidad de samurai. Hace un par de horas ha habido un terremoto en Chiba. Iba de camino a una tienda atravesando un pequeño parque. La gente estaba relajada, unos charlaban sentados en los bancos, otros pescaban, una pareja de casados comía tranquilamente unos bocadillos. Si no supiera lo que estaba pasando en aquel momento en el norte, nunca hubiera imaginado que había una catástrofe en Japón. Lo más impresionante son las caras de las personas. Nada de pánico ni de miedo, en general, ninguna emoción, sólo tranquilidad. Como siempre.
Su tranquilidad me sorprende y me infunde mucho respeto. He estado varias veces en zonas afectadas por situaciones de emergencia en Rusia y he visto como la gente se pone histérica ante situaciones mucho menos complicadas. Sin embargo, aquí hay una catástrofe terrible y la gente sigue sin perder la concentración, no hay pánico. Ayer el terremoto de Tokio me pilló en un tren de cercanías que estaba parado en la estación. Yo en aquel momento estaba dormitando. Cuando hay grandes sacudidas subterráneas suele llegar un mensaje al móvil. El teléfono empieza a emitir una señal estridente. En el vagón había unas 25 personas, la mitad con la alarma del teléfono sonando. Abrí los ojos, saqué el móvil y leí el mensaje. Un terremoto en Niigata. El vagón ya se movía de un lado a otro. Observé las caras de la gente que había a mi alrededor. Algunos dormían, otros leían un libro, pero nadie salió corriendo hacia las puertas. Esperaron tranquilamente que las sacudidas se acabaran y el tren se pusiera en movimiento. No tengo una explicación coherente para este comportamiento de los japoneses en emergencias de esta envergadura. Simplemente es un pueblo hecho de otra pasta.
Svetlana Tsuyimoto:
Esperamos a ser evacuados. Ahora estamos en un hotel en Hamamatsu. Nos fuimos de Tokio el lunes cuando tuvo lugar la segunda explosión. En aquel momento ya tenía hechas las maletas, las metí rápidamente en el coche, cogí a mi suegra, a mi marido, al niño, que tiene dos años, y todos nos dirigimos hacia el sur. Pero sólo pudimos alejarnos 100 kilómetros porque es muy difícil viajar con un niño pequeño. Todos los hoteles baratos estaban ocupados porque los japoneses se van moviendo hacia el sur, y ahora tenemos que reservar una habitación en un hotel caro.
Aquí el sistema es el siguiente: si uno se presenta a trabajar en una situación así, es un tío que vale. Si uno se escapa al sur, como nosotros, es considerado un cobarde que no vale para nada. Pero de todas formas mucha gente se va. El gobierno no puede permitir que se vaya todo el mundo porque la economía sufriría un daño enorme. Aunque muchas empresas hacen concesiones, donde trabaja mi marido propone a los empleados que se vayan al sur y trabajen a distancia. En cambio, mi suegro tendrá que ir a trabajar mañana, después de una pausa de varios días, porque en su empresa no se puede trabajar a distancia.
Para la redacción del artículo se ha utilizado material publicado en los siguientes blogs:
http://katerinarai.livejournal.com, http://alana-d.livejournal.com, http://dateanna.livejournal.com, http://from-there.livejournal.com,
http://melon-panda.livejournal.com, http://nanohana1.livejournal.com, http://ekatarinas.livejournal.com,
http://harunoko.livejournal.com, http://spinwave.livejournal.com, http://seisenagon.livejournal.com, http://fr0d.livejournal.com,
http://aromics.livejournal.com, http://yasashisa.livejournal.com
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