Modernización(es)

Imagen de Dmitri Gutov, galería M&G Guellman

Imagen de Dmitri Gutov, galería M&G Guellman

Los eventos del año dual son numerosos y simultáneos. En este sentido, mientras se podían admirar las obras de artistas rusos en ARCO y conocer los proyectos de instituciones y museos, tuvieron lugar varias conferencias organizadas por Daria Pyrkina, la comisaria rusa. Algunas de ellas se dieron en el mismo lugar donde era la feria, otras en cambio, se desarrollaron en otros espacios de la capital española; en el Círculo de Bellas Artes o en el renovado Matadero. En un de las conferencias se repasaron los últimos proyectos institucionales.

Fue interesante escuchar a Ekaterina Degot hablar acerca de la preparación de la bienal de Ekaterimburgo, así como a la directora de Vinzavod.

También tuvo lugar una conferencia dirigida Víktor Misiano, crítico de arte y comisario. En ella se pretendía reflexionar cerca de otras visiones, menos institucionales, del mundo del arte en Rusia.

Los participantes fueron el polifacético Andréi Parshikov, un joven y prometedor comisario, la filósofa Kati Chujrov, la antropóloga y editora María Chehonnadskih, el poeta peterburgués y crítico de arte Dmitri Golinko-Volfson y la artista y profesora de la Sorbonne Olga Kisseleva. En aquella mesa estaban representados intelectuales que forman parte de la actual vida cultural rusa actual.

Nada más empezar el señor Misiano constató varios hechos. En primer lugar, apuntó “el existente desconocimiento mutuo, sobre todo comparado a Alemania o Francia”. Se refirió a la cantidad de universidades con departamentos de eslavística en España y al revés, los departamentos de hispánicas en Rusia. También señaló los escasos participantes españoles en congresos en Rusia y la poca colaboración interuniversitaria. Por ello le pareció importante señalar “las oportunidades que puede brindar en Año Dual”.

Una vez establecido el marco de la conferencia, los ponentes intentaron crear una visión general de la situación del arte y por extensión, de la sociedad, en Rusia. Utilizaron dos palabras como guía y pivote: modernización y corrupción. Misiano explicó la elección de estas dos palabras porque, según él, “son inseparables de la realidad social de Rusia”.

Los participantes subrayaron que esa visión general no implicaba una burda generalización. No defraudaron al auditorio.

Respecto a la modernización, Misiano destacó que “se basa en mega-proyectos que necesitan grandes inversiones. Pongamos como ejemplo, el centro de innovación de Skolkovo, la Bienal de Arte de Moscú o los Años Duales. Estos proyectos pueden acarrear buenos resultados, como el hecho de poder hablar en España y presentar nuestras ideas.” La filósofa Keti Chujrov explicó también su punto de vista respecto a la modernización que debería tener como objetivo “iluminar y proliferar el conocimiento y la producción cultural de la sociedad.” Lamenta que el proyecto actual busque de manera prioritaria “acceder al mercado global internacional, ignorando los espacios culturales y educativos.” En su opinión, “se ha producido una clara merma de las humanidades y de la educación”. Entonces, se produce una paradoja: ¿cómo es posible llevar a cabo una modernización si se menoscaba la educación? Esto conduce, entre otras cosas, a la falta de sostenibilidad de las instituciones culturales. Chujrov lamenta “que en Rusia, al igual que en Europa, se están reduciendo los valores que defienden el bien común: la educación universal y el bienestar social”. En este sentido, la privatización juega un papel importante. La filósofa se pregunta acerca de los “límites entre el sector privado y público en el arte contemporáneo ruso” y concluye que no hay mucha diferencia, ya que “el estado es el principal distribuidor y podría llegar a ser el principal propietario”. Resume que el mundo del arte podría acabar teniendo una finaciación privada pero una ideología estatal. Por todo ello, asume la complejidad de la situación rusa donde argumenta se da una “extraña imbricación entre lo público y lo privado”.

Tras esta pesimista reflexión abstracta Andréi Parshikov dio otra visión. Su intervención estuvo focalizada en el mercado del arte. Explicó cómo surgió en Moscú en los años 90 gracias a galerías como Aidan, Guelman o Regina. “Normalmente, las galerías se mantienen con ventas de otro tipo, excepto las que están muy consagradas”. Parshikov hizo hincapié en que “fueron las mencionadas galerías las que colaboraron para crear una generación de coleccionistas, ya que antes solían ser extranjeros los que compraban arte”. El joven comisario mencionó que hoy en día hay alrededor de treinta galerías entre San Petersburgo, Perm, Samara y Vladivostok. Le pareció muy destacable mencionar que “se coordinan y se mueven juntas para presentarse a proyectos internacionales y obtienen buenos resultados, entre otras, presencia en la prestigiosa feria Art Basel”. Lamentó la falta de función educativa de las galerías aunque se mostró orgulloso porque proyectos como Vinzavod han salido adelante.

La siguiente ponente fue María Chehonnadskih, antropóloga y editora. Fue ella la que abrió el melón de la corrupción. Desde el principio expuso que ese término resulta complejo y que ella prefiere hablar de “relaciones informales”, un sistema de relaciones ajeno al estado que sobre todo se desarrolló en los años 90 cuando había altos niveles de paro y se había producido un colapso total de lo público. Aunque, puntualizó que “el sistema de producción soviético, con una inmensa burocracia también forzó el surgimiento de este problema orgánico”. Según María, “este sistema de relaciones informales es ajeno a la ley, no es que la quebrante sino que la ignora. Así, la producción cultural estuvo basada en este tipo de relaciones. Cuando se hundieron las instituciones surgieron proyectos ultra individualistas, carentes de estrategias generales. Como si fueran islas, esas a las que Parshikov había aludido con entusiasmo. En estos lugares en los que no había división de trabajo: una misma persona era director, comisario y gerente. A medida que iban aumentando se producía un proceso de acumulación primitiva. Por ejemplo, el cambio de espacios para pintar por cuadros”. Según la antropóloga, uno de los problemas principales de este tipo de relaciones es que “carece de futuro porque no tiene objetivos más allá de sí mismo”. Aunque reconoce que la siuación no es la misma que en los años 90 ya que “en estos momentos el estado es el que ha institucionalizado este sistema de relaciones informales. Se da una situación peculiar”, concluyó.

El siguiente ponente fue Dmitri Golinko-Volfson, poeta y teórico de San Petersburgo. Se centró en el análisis de la modernización y realizó una crítica intelectualizada del proceso que tiene lugar en Rusia. Su exposición no careció de cierta polémica entre los ponentes ya que expuso una crítica basada en términos psicoanalíticos, más concretamente en Lacan. Tal y como explicó “cualquier modernización presupone una idea de futuro que se proyecta en el ahora. Sin embargo, la modernización actual no es así. Actualmente se busca un pasado. Lo que se pretende en términos simbólicos es restablecer el pasado soviético imaginado. No la memoria misma sino lo que imaginamos como tal. En este sentido, carece de futuro y pretende reinterpretar lo ocurrido”. Las declaraciones de Golinko-Volfson calificaron el proyecto actual como “ una retro-utopía que se disloca hacia el pasado, más concretamente hacia episodios escogidos de la memoria”. Por ello, considera que, “en términos simbólicos, se da una corrupción de los valores sociales”. Una vez explicado lo que entiende como el nudo gordiano de esta nueva modernización Dmitri buscó una salida, la encontró en el nuevo quehacer iluminador del arte, es decir, “en el despliegue de nuevos valores basados en el futuro”.

Por último, Olga Kisseleva, mostró un video en el que se exponía bellamente la búsqueda del artista y su oblicua mirada. En su página web se pueden explorar sus trabajos http://www.kisseleva.org/

Como vemos, las opiniones contaban con diferentes matices y enfoques pero todas reflejaban lo complejo del proceso modernizador al que se enfrenta el país así como los posibles peligros y fracasos que lo acechan, sin olvidar los potenciales logros.

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