Foto de Ria_Novosti
Desde hace años existen en Rusia canales religiosos ortodoxos, SPAS (‘Salvador’) es un ejemplo de ello. En la década de los noventa, los círculos musulmanes rusos exteriorizaron por primera vez su deseo de poseer un canal de televisión propio, aunque fueron incapaces de convencer a las autoridades. En consecuencia, el impacto respecto a la forma de enseñar los fundamentos del islam fue grande.
La difusión de muchos de los contenidos se hace a través de Internet y suelen incluir creencias radicales (incluidos enlaces a páginas relacionadas con el movimiento clandestino armado del Cáucaso).
La puesta en marcha de un canal islámico disparará simbólicamente la autoestima de los ciudadanos rusos que practican el islam. También formará parte de la discusión nacional acerca de la forma en que diversas naciones y religiones pueden convivir en un mismo estado, discusión que fue catalizada en las revueltas étnicas que estallaron en los últimos meses en Moscú y otras ciudades.
En diciembre pasado, el primer ministro Vladímir Putin propuso una política de inmigración más estricta con los provenientes de regiones que no fuesen étnicamente rusas. Por su parte, el presidente Medvédev refrendó el concepto de crear una identidad ‘panestatal’ y un sentimiento de comunidad para una sociedad multiétnica, en el marco de una reunión del Presidium del Consejo de Estado (ente asesor que reúne a las cabezas de las regiones), el pasado 11 de febrero.
Todos los derechos reservados por Rossíiskaia Gazeta.
Suscríbete
a nuestro boletín
Reciba en su buzón el boletín informativo con los mejores artículos sobre Rusia: