¿Para qué queremos ser hoy el número 1?

El astronauta Yuri Gagarin y el jefe de diseño de sistemas de cohetes espaciales Serguei Korolev. Foto de Ria_Novosti

El astronauta Yuri Gagarin y el jefe de diseño de sistemas de cohetes espaciales Serguei Korolev. Foto de Ria_Novosti

Alexéi Leónov, íntimo amigo de Yuri Gagarin, miembro del primer grupo de cosmonautas, el primero en salir al espacio exterior en el vuelo en la nave Vosjod-2 durante los días 18 y 19 de marzo de 1965, participante del histórico acoplamiento de la nave soviética Soyuz-19 y la nave americana Apolo, el 17 en julio de 1975.

Fragmento de la entrevista a Rusia Now el 2 de marzo de 2011

Testimonio sobre Gagarin:

Ningún psicólogo ni ningún político podía imaginar qué pasaría en el mundo después del vuelo de Gagarin. Nadie pensó que el nombre de Yuri Gagarin se convertiría en el nombre más conocido en la historia de la humanidad. Cuando a nosotros, los cosmonautas del primer grupo, nos preguntaban a quién considerábamos el más digno para ser el primero en ir al espacio, la mayoría respondía: Yuri. Y eso, teniendo en cuenta que toda nuestra vida estaba encaminada hacia ese vuelo. Esa misión se podía encomendar a Yuri.

El día de la recepción oficial en el Kremlin dedicada al primer cosmonauta me encontraba por casualidad cerca de la Plaza Roja y vi algo que al principio no comprendí: había mucha gente alegre que caminaba y se reía llevando flores y globos. Les pregunté totalmente en serio: “¿Qué ha pasado?” Y me dicen: “¿Te has caído de la Luna o qué? ¡Gagarin! ¡Gagarin ha estado en el espacio!”

Acerca de la carrera espacial:

En cuanto a la carrera espacial, se trata de una competición mucho mejor que la de las armas bacteriológicas o nucleares. Fue la mejor competición en la historia de la humanidad. ¿Quién hace la mejor nave espacial? ¿Quién fabrica el mejor cohete pilotado? Los políticos confunden los cohetes pilotados con misiles, pero los cohetes que utilizó Serguéi Korolev no eran misiles de combate, eran de uso pacífico, no se podían utilizar como arma. Fue una gran competición entre dos potencias mundiales para ver quién hacía las cosas mejor. ¿A quién le venía mal eso? A nadie. Al revés, todo el mundo estaba ocupado en probar este tipo de aparatos y no en crear armas.

Alexéi Leonov y Yuri Gagarin. Foto de Itar-Tass

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Gueorgui Grechko, miembro del segundo grupo de cosmonautas, ingeniero de a bordo, participante en tres vuelos espaciales (11.01 – 9.02.1975, 10.12.1977 – 16.03.1978, 17 – 26.09.1985)

Gueorgui Grechko. Foto de Itar-Tass


Fragmento de la entrevista a la emisora de radio “Komsomólskaia Pravda”, el 4 de febrero de 2011

Testimonio sobre Gagarin:

Hace 30 años Gagarin era un héroe nacional, un símbolo y un modelo a imitar. Sin embargo, hoy en día ha decaído el prestigio de la profesión, y no hay nada sorprendente en ello, es así como tiene que ser. Cualquier profesión parece romántica e interesante cuando surge. Y luego, cuando ya ha dado de sí todo lo que tenía que dar, aparece una nueva profesión. La cosmonáutica de hoy en día ha llegado a un nivel muy interesante, práctico. Espero que cuando vayamos a Marte vuelva a haber muchos jóvenes que quieran hacerse cosmonautas.

Acerca de la carrera espacial:

¿Para qué queremos ser hoy el número 1? Esta pregunta hay que responderla, no con palabras, sino con hechos. Apagando por un día todos los aparatos que están funcionando ahora en el espacio. Usted sería el primero en protestar: “¡Vuelva a enchufar eso ahora mismo! Están poniendo el Mundial de fútbol desde América del Sur y yo no lo puedo ver”. Estamos tan acostumbrados a utilizar todo lo que nos ha dado el espacio que no nos damos cuenta de ello. Una vez al año yo apagaría todos los aparatos espaciales por un día: sería una clara lección que demostraría que el espacio es muy necesario. En cambio, nosotros lo utilizamos y no nos damos cuenta. Además, voy a decir una cosa en voz baja para que nadie se entere; creo que habría que “desenchufar el espacio” que queda encima del Kremlin durante dos días enteros. Entonces nos adjudicarían el presupuesto suficiente como para que podamos, al menos, no ser superados por Brasil y la India.

Estoy convencido de que no tenemos que preparar un proyecto nacional de vuelo a Marte, sino que tenemos que participar en el vuelo internacional. Mi lema es el siguiente: es digno participar en una empresa digna. Creo que si Rusia adoptase este lema, saldría ganando.

En 1969, cuando Neil Armstrong aterrizó en la Luna, sólo había dos países en el mundo que no estaban retransmitendo los acontecimientos en directo: la URSS y China. Perdimos la carrera lunar frente a los americanos por tener un proyecto lunar propio. Sin embargo, había un gran presupuesto para cooperación. Aquella cooperación era capaz de hacerlo todo, cualquier cosa: una nave espacial, un submarino... No queríamos perder esa cooperación. En aquella época se adjudicaba toda la financiación que hiciera falta para la tarea. En primer lugar, las inversiones en el espacio son a largo plazo, y en segundo, hay que saber amortizarlas y rentabilizarlas. Por eso nuestros oligarcas no se atreven con ello, y el gobierno no tiene dinero suficiente. Por eso nos quedamos atrás.

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