La televisión estatal “pasa de” Medvédev

Todos ellos están controlados por el estado. Les dijo que quería tener una línea informativa más imparcial, más cercana a lo que se puede encontrar en Internet. Sin embargo, en enero todos estos canales han dejado claro que no tienen intención de inclinarse ante el Kremlin.

Imagen de Niyaz Karim

La prueba vino con la celebración del 80 aniversario de Borís Yeltsin, primer presidente de Rusia. Estos tres canales junto a Tv Center y Zvezdá retransmitieron programas especiales centrados casi exclusivamente en la figura de Yeltsin como hombre y no como político. En estos programas era tal la presencia de la viuda y de las hijas de Yeltsin que parecía que el hecho de haber sido el creador el moderno estado ruso se difuminara frente a su figura como un padre y marido maravilloso.

También los partidarios de Yeltsin dijeron algunas palabras. Evidentemente, los autores de la Constitución de Yeltsin de 1993 no hacieron más que alabar el documento así como los impulsores de las reformas económicas liberales argumentaron que aquellas medidas eran las ideales para las necesidades del país en aquel momento. El resultado fue una especie de empalagoso festejo auto-indulgente con una pizca de propaganda liberal que se sirvió a una audiencia televisa a nivel nacional. Posteriormente, “Kommersant” informó que los programas obtuvieron una tasa de audiencia más baja que la media habitual.

En cambio, ocurrió lo contrario con los comentarios en línea. Por ejemplo, según una encuesta en la página web de “Moskovsky Komsomolets” el 41% de los participantes dijo que la contribución principal de Yeltsin había sido transferir el poder a Vladímir Putin, mientras que tan sólo un 5% hizo referencia a sus reformas económicas. En una encuesta similar llevada a cabo en la página de RIA-Novosti, el 78 % de los participantes estaba de acuerdo con la siguiente afirmación: “en la época de Yeltsin no se logró nada y Rusia fue deteriorándose paulatinamente hacia un país tercermundista”. Además, en un programa de Radio Svoboda dedicado al legado de Yeltsin obtuvo el doble de comentarios y respuestas que uno similar dedicado a la acuciante pregunta acerca de ls fallos de seguridad que no preveyeron el atentado terrorista de Domodédovo. Tan sólo una de las respuestas fue positiva.

A pesar de que el contraste entre la cobertura del legado de Yeltsin por Internet y televisión es un claro ejemplo de lo que pretende corregir Medvédev, el tema brinda la oportunidad para que ambos medios mantengan una discusión significativa con el objetivo de acercar sus agendas respectivas. Todo ello cuando la época de Yeltsin puede ser evaluda a través de unos índices claramente cuantificables. Por ejemplo, la esperanza de vida de los rusos en los años 90 era la misma que entre 1950 y 1952. Según el economista Vladímir Popov, la tasa de asesinatos era entre 7 y 12 por cada 100.000 personas entre 1985 y 1989. En 1994 había ascendido a 34. Tan sólo en 2009 volvió a situarse en 15. Por otro lado, según estadísticas oficiales, el 10% más rico gana una media de 20 veces más que el 10% más pobre. Por sí mismo, este dato es suficiente como para crear un escándalo. Sin embargo, según los cálculos del estadístico Grigori Janin, el número es 30 veces mayor. Janin también ha señalado que la productividad laboral en 2007 era un 30% más baja que en 1987.

Si la televisión e Internet acortaran la distancia que los separa el resultado sería un debate mucho más rico e informado sobre cualquier tema, desde el legado de Yeltsin hasta la modernización. Sin embargo, por ahora los principales canales de televisión están empeñados en demostrar que el Kremlin no va a marcar lo que tengan que decir.

Alexei Pankin es editor de WAN-IFRA-GIPP Magazine, publicación de profesionales del ámbito de los negocios.

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