El don de la encarnación

Un extraño manuscrito apareció en la revista “Novyi Mir” (“Nuevo Mundo”) en otoño de 1961: el título era “Sch-854”. Estaba escrito por ambos lados, sin márgenes, sin espacio entre líneas, y además carecía de autor.

La redactora de la sección de prosa de inmediato comprendió el valor de la asombrosa novedad y se la pasó al jefe de redacción, Alexandr Tvardovski, con estas palabras: “El campo a través de los ojos de un hombre común, una cosa muy popular”. Por la noche él se acostó en su cama y tomó el manuscrito. Sin embargo, pasadas dos o tres páginas resolvió que no lo leería acostado. Se paró, se vistió. Sus familiares ya dormían. Pasó toda la noche revolviendo el té en la cocina y leyendo el relato. Una vez. Luego otra. Así transcurrió la noche, llegaron las mañanas campesinas y tempraneras y ya Tvardovski no se acostó. Finalmente llamó por teléfono y pidió saber quién era el autor y dónde estaba. En especial le agradó que no fuera ni una mistificación de un autor conocido y que no fuera ni literato ni moscovita.

Dicen que mataron la literatura rusa. ¡Diablos! Aquí está, en esta carpeta con sujetadores. ¿Pero él? ¿Quién es él? Nadie lo ha visto.

Fue arrestado hacia el fina de la guerra, en 1945, debido a la correspondencia que cursaba con un amigo de la escuela y que interceptó la censura. Era un capitán y en las cartas, los jóvenes oficiales se referían a Stalin comoel Padrino por “la traición a la causa de la revolución”,por ser artero y cruel. La venganza era inevitable. Él tenía 26 años. Recibió ocho años de condena en un campo y el “eterno destierro” tras cumplir el plazo.

Colmado por las impresiones de la juventud, por los cuadros de la guerra, por los relatos de sus camaradas de armas, por las crueles jornadas en las cárceles,los inrterrogatorios y en los primeros campos, Solzhenitsin comenzó a escribir, mejor dicho, a crear en su mente, sin papel. Cuando le preguntaron: “¿cómo se convirtió usted en escritor?”, Solzhenitsin respondió: “Profundamente, ya en la cárcel”. Parte de la condena la cumplió en el “taller”, donde los reclusos especialistas preparaban medios de enlace radial y telefónico. Sobre este vital material se escribió la novela “En el primer círculo ”.

Desde 1950 hasta 1953 Solzhenitsin permaneció en el campo de reclusión de Ekibastuze (Kazjastán), donde los reclusos eran privados de correspondencia y eran llamados por los números que figuraban en el gorro, en el pecho, en la espalda y en la rodilla. Allí trabajó en la brigada de picapedreros y luego en la fundición. Este campo está descrito en el relato “Un día en la vida de Iván Denísovich”.

En la época de Jruschov hubo un “deshielo” deque terminó pronto y en la segunda mitad de la década de los 60, “Un día en la vida de Iván Denísovich” fue retirado de las bibliotecas tras disposición secreta. En enero de 1974 toda la obra impresa de Solzhenitsin quedó prohibida en la URSS. En ese momento, el relato había sido leído por millones de nuestros ciudadanos, además de traducido y editado en decenas de idiomas europeos y asiáticos.

Pero lo más importante fue que la publicación de “Iván Denísovich” pareció romper el dique. “Me llegan cartas, centenares de cartas –decía estupefacto Solzhenitsin- y de ‘Nuevo Mundo’ me llegan nuevos paquetes, y cada día las trae el correo de Riazán, simplemente ‘a Riazán’, sin dirección… Ningún pulmón puede aspirar la explosión de cartas que hay por toda Rusia , y qué altura tiene la visión de la vida de los reclusos, nunca antes alcanzada.Me llenan y revuelven las biografías, los casos, los sucesos…” Así fue como Solzhenitsin se transformó en un fehaciente cronista del dolor popular.

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GULAG

Era imposible exponerse con tranquilidad a todo este explosivo material. Incluso hubo que ocultar el propio hecho de que se estaba trabajando en un libro semejante. El escritor nunca mantuvo ni mezcló en un mismo escritorio todos los materiales reunidos. Redactó el cuerpo principal de “Archipiélago” en un lugar oculto, en el Escondrijo, como lo llamó.

“Nunca en mi vida trabajé así, no era yo mismo, me transportó, escribía por mi mano. Yo sólo fui el cabezal del resorte que se había contraído durante medio siglo y que ahora se disparaba…En el segundo invierno tuve un fuerte resfriado, temblaba, y afuera el frío era de treinta grados bajo cero. Preparaba la leña como podía, alimentaba la estufa,hacía de pie parte del trabajo, apoyando la espalda contra la recalentada pantalla de la estufa en lugar de ventosas, y otra parte la hacía acostado bajo las mantas. Así escribí, con una fiebre de 38 grados, el único capítulo humorístico:‘los reclusos como nación’”.

“Estas fueron las semanas culminantes de mi victoria y de mi extrañamiento”.

Más adelante, en la casita de fin de semana de los alrededores de Moscú, transcribiendo el texto definitivo, Solzhenitsin recordaba: “Lo más terrible fue que con nosotros teníamos el único original, todas las pruebas de ‘Archipiélago’. Si ahora aparecía la SE (Seguridad Estatal, policía secreta) todo, el gemido fundido en uno, el susurro agónico de millones, todos los legados no pronunciados de los muertos; todo quedaría en sus manos, ya no lo podría restablecer… ¿ pudieron salvarse durante tantos decenios y ahora Dios lo abandonaría? ¿Acaso sería totalmente imposible la justicia en la tierra rusa?”

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En octubre de 1970, la radio-explosión desde Estocolmo: ¡Solzhenitsin recibía el Premio Nobel de literatura!

"¿De qué alegría se podía hablar? Hacía cinco años que su nombre estaba prohibido, el archivo personal confiscado y arrestado, no se imprimía en la URSS ni un solo renglón. Un año atrás Solzhenitsin había sido expulsado de la Unión de Escritores. No fue a Estocolmo a recibir el premio, tenía miedo de que no lo dejaran regresar.

"¿En la pacífica literatura de los países pacíficos , con qué determina el autor el orden de publicación de sus libros? Con su madurez, con su alistamiento. En cambio, entre nosotros, no se trata de una tarea del escritor, sino de una tensa estrategia. Los libros son como divisiones o cuerpos: a veces no deben disparar y no deben asomarse, enterrados en el hoyo; otras deben atravesar los puentes en la oscuridad y sin un solo sonido; o, tras ocultar la preparación hasta el último momento, desde un inesperado costado y en un repentino instante arrancar en un ataque entusiasta. El autor, entre tanto, como conductor principal, adelanta algunos y retrasa otros para que esperen”.

El 12 de febrero de 1974 lo arrestan, lo conducen a la cárcel de Lefortovo, le acusan de “traición a la patria”. Al día siguiente le leen el Decreto sobre privación de ciudadanía, lo conducen escoltado hasta el aeropuerto y lo expulsan del país.

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...Pasaron 16 años. Nuestro país cambió. Imprimieron “Archipiélago GULAG”. Le retiraron al autor la acusación de “traición”, pudo volver a la patria. Mucho, aunque no todo, fue develado.

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"Archipiélago”, reducido por Erikson, fue editado en 1985 en los Estados Unidos. Luego en Inglaterra. A continuación en otros países europeos. Es ampliamente utilizado en Occidente por maestros y estudiantes.

Pasados 20 años, los últimos de la vida de Alexander Isáievich, tuvimos que reconocer que la vida contemporánea en Rusia tampocolposibilita , al menos a los escolares, leer el “Archipiélago” completo. No sin dolor, Alexander Isáievich me encargó redactar “Archipiélago” en un tomo, “escolar”.

Me fijé como objetivo, conservar la estructura, la arquitectura del libro, para que no se convirtiera en una colección de episodios y fragmentos, sino que continuara siendo un trayecto ininterrumpido por las islas del Archipiélago. En el que el mismo autor continuara como piloto, trazando para esta navegación su trayectoria insuperablemente verificada.

En el texto propuesto se conservan comprimidos los 64 capítulos del “Archipiélago” completo (tan sólo tres de ellos fueron reducidos “drásticamente” y están presentados apenas con su título y algunos párrafos ). Se agregaron apuntes aclaratorios. Se completaron los diccionarios de términos de reclusión, de campo y de abreviaturas soviéticas. Por primera vez se conformó un diccionario de nombres significativos.

Anne Applebaum, autora del libro sobre la historia del GULAG (2003), laureada con el premio Pulitzer: “Gracias precisamente a su veracidad “Archipiélago” no perdió actualidad ni significado, algo que no se le podrá quitar”.

Iósef Brodsky, poeta, de Petersburgo laureado con el Nobel: “Es posible que dentro de dos mil años la lectura de ‘GULAG’ proporcione la misma satisfacción que la que hoy en día proporciona la lectura de la ‘Ilíada. Pero si no se lee ‘GULAG’ hoy, puede perfectamente ocurrir que mucho antes de dos mil años nadie quede para leer ambos libros”.

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