Foto de ITAR TASS
La mayoría de los rusos no coinciden con la visión de mi colega: se contentan al ver un parque limpio y cuidado y no podrían ensuciarlo, pero tampoco recogerían una botella de cerveza arrojada a la vía pública. No les molesta reciclar papel, pero a la vez añoran la práctica soviética de intercambiar papel reciclable por ediciones de libros agotadas. En la actualidad, las tiendas rusas ofrecen todo tipo de artículos, pero no se encuentran sitios en los que se pueda reciclar papel, ni mucho menos un espacio en donde se pueda vender. Un colega estadounidense me ha enviado una lista de bienes y servicios que ha adquirido con los puntos obtenidos por separar los residuos de su hogar. Por el contrario, en Rusia, esto es algo que únicamente se puede imaginar en un futuro lejano... siendo muy optimistas.
Sin embargo, existen algunos casos en donde las personas recolectan los residuos de forma gratuita , los separan y luego los distribuyen a los lugares de reciclaje. En agosto, un grupo de 30 personas acumularon 200 bolsas de residuos en una pequeña área del parque Bitsevsky, en Moscú. La mitad de estos residuos fueron separados. ¿Es esto significativo? No, sólo alcanza para cubrir los costos de transporte y reciclaje, actividades mínimas a realizar para que la separación de residuos continúe siendo rentable. En algunos países, esto constituye una política pública, pero en Rusia, este tipo de prácticas se deja al entusiasmo de los voluntarios.
Estos voluntarios generalmente no se interesan por el tiempo que durará limpia la superficie, simplemente se dedican a recoger los residuos de la vía pública. Ofrecen a los residentes y transeúntes la oportunidad de unirse en sus actividades sin ser molestos, ya que respetan las opiniones de los demás. Un niño que ayudó con la limpieza del parque manifestó que algunos de sus compañeros de clase también querían hacerlo, pero sus padres no se lo permitían. Hoy en día, en Rusia, son los niños quienes enseñan a sus padres a cuidar el medio ambiente, aunque esto no siempre sea efectivo.
El pasado 10 de octubre, tal como ocurrió en otros países, Rusia celebró el “Día de acción global contra el cambio climático”. En 14 lugares de Moscú, incluidos 9 parques, se realizó una limpieza de residuos y se recolectó papel para reciclaje. Otras ciudades que participaron de la iniciativa fueron San Petersburgo, Volgogrado, Vladímir, Tomsk, Briansk, Tolyatti, Óbninsk, Irkutsk, Angarsk, Smolensko, Nizhni Nóvgorod y Kovrov.
Por primera vez en mi vida pegué carteles y repartí folletos (si se hubieran fabricado con papel reciclado habría sido mejor, desgraciadamente no fue el caso) con información sobre los espacios de reciclado de papel a la gente que viajaba en el metro. Algunos se alejaban, otros se burlaban. Pero muchas personas tomaron los folletos y me lo agradecieron. Llegué a entregar alrededor de 50 folletos y estoy segura de que todos están en manos de personas realmente interesadas. Con suerte, ellos no tirarán el papel desechable en un simple cesto o, por lo menos, no lo harán por desconocer otra manera de deshacerse de él.
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