Un juego milenario en medio de un vetusto bosque

Foto de RIA_NOVOSTI

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Los jugadores de ajedrez, que cada dos años se reúnen para llevar a cabo una Olimpiada, en esta ocasión han visitado una región asombrosa de Rusia: Siberia Occidental.

La ciudad de Janty-Mansiysk está rodeada por cientos de kilómetros de un extraordinario bosque de coníferas, la taiga. No se sabe la razón, pero los habitantes de esta región son especialmente aficionados al ancestral juego del ajedrez. Tanto es así que se ha empezado a enseñar en los colegios y se le ha dedicado también un centro de Internet.

La competición se inauguró en 1852, pero el mundo de la alta tecnología ya está muy presente en el juego. En esta ocasión, gracias a Internet, cualquier persona no sólo podía sentarse a la misma mesa que los grandes maestros sino también seguir el juego en tiempo real, con comentarios en tres idiomas.

Rusia, como país organizador, disponía de dos equipos masculinos y dos femeninos, simultáneamente. Cada equipo estaba integrado por cinco jugadores de los cuáles uno era de reserva . Las chicas consiguieron un resultado sorprendente: 11 victorias en las 11 partidasdisputadas. Ganaron así las medallas de oro. Los hombres dejaron que sus vecinos de Ucrania se adelantasen y se tuvieron que contentar con las medallas de plata.

Es curioso que nuestros deportistas hayan conseguido exactamente el mismo resultado que en la Olimpíada de 1978 en Buenos Aires. Por cierto, el equipo argentino participó en 1927 en los primeros Juegos Olímpicos de Ajedrez y desde entonces solamente ha subido al podio en 5 ocasiones. Sin embargo en la última de ellas Pablo Lafuente, con su flamante tercer puesto, en 1962 en Bulgaria recogió de Janty-Mansiysk el premio especial de la 4ª tabla, al haber conseguido en ella la máxima cantidad de puntos, es decir, 8,5 de 11.
Todos los partidos de la Olimpiada están disponibles en la página web http://www.ugra-chess.com.

Ex-campeón del mundo Vladímir Krámnik (5º puesto en el ranking FIDE):

Por más sorprendente que parezca, la escuela soviética de ajedrez sigue existiendo. En esta olimpiada la vimos presente no sólo entre los tres equipos ganadores sino incluso en los equipos de España y EE UU. Sus jugadores principales han sido formados según el famoso sistema Botvínnik, que en la época soviética constituía todo un secreto de Estado. Para los ajedrecistas soviéticos trabajaban equipos enteros de entrenadores, se hacían bases de datos especiales, mientras que el mundo entero estaba intentando desvelar los secretos de la preparación de los campeones.

Los tiempos han cambiado, el sistema ajedrecista soviético desapareció, surgieron Internet y los superordenadores. Uno puede estar en París jugando una partida con Canberra, seguir las competiciones de los mejores jugadores desde cualquier parte del mundo. Los entrenadores rusos se marcharon a Occidente, pero a pesar de todo hemos conseguido el mejor resultado de los últimos 10 años, y el oro que ganó nuestro equipo femenino da esperanzas de que surja una nueva escuela de ajedrez, la rusa.

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