Fuente: PhotoXpress
Erica Orlandi, italiana de 29 años, directora ejecutiva de la revista “ITALIA. La vida como arte”:
“Es raro que las chicas rusas no se depilen el bigote.”
“Hace cuatro años, al llegar a Rusia, me quedé realmente impresionada por lo guapas que eran las mujeres rusas. Se cuidan mucho, pero hay mucha diferencia entre las chicas jóvenes y las mujeres maduras. Por lo visto, estas últimas no son tan minuciosas cuidando su apariencia: muchas señoras mayores no cuidan ni su piel ni su figura, se tiñen el pelo de colores muy raros… Mientras que las italianas mayores de 40 años, se cuidan mucho más que las jóvenes.
Lo que no llego a entender es por qué aquí las mujeres no se depilan el bigote. También me sorprende que muchas rusas amigas mías se laven el pelo todos los días y afirmen que eso es lo que hay que hacer. Otro defecto es su gran afición por las cremas con color y los polvos, así que la cara acaba pareciendo una máscara. Además, abusan del perfume, aunque bueno, nosotras, las italianas, también pecamos de eso.
En cualquier caso, Moscú es un paraíso para las manos. Ahora ya no puedo prescindir de la manicura moscovita, las esteticistas italianas no se pueden ni comparar con las moscovitas. Supongo que será por el clima: en Moscú hace frío y las calles están muy sucias, así que las manos necesitan un cuidado permanente. Lo que no llego a entender aquí es la popularidad de las uñas postizas. ¿Cómo se las apañan para limpiar la casa con ellas? ¿Y en general, para trabajar?”
Karmit Dajan, israelí de 38 años, trabajadora en cosmética, directora del departamento de formación de la empresa SharpLight:
“Si todas mis clientas fuesen rusas, me habría hecho de oro”.
“Entre las mujeres rusas existen dos extremos: unas emplean todas sus fuerzas en la formación y el desarrollo personal sin interesarse apenas por la cosmética, y las otras, por el contrario, gastan demasiado dinero en cuidarse... y lo consiguen.
Las rusas están muy puestas en el tema de la cosmética, el maquillaje y los productos para cuidar la piel. Si una mujer israelí sólo utiliza una crema hidratante por las mañanas, una rusa aplicará toda una serie de productos cosméticos: mascarillas, peelings, tratamientos de todo tipo. Además, las rusas empiezan muy pronto a utilizar los productos contra las arrugas, y eso les da ventaja. Son también más responsables en cuanto a su dieta, son capaces de pasarse a la comida sana completamente.
Entre los defectos tengo que mencionar el hecho de que muchas mujeres se maquillen por la mañana como si fueran a una fiesta. Para mí gusto, es excesivo, yo les aconsejaría que fuesen algo más reservadas”.
Patrizia Robel, alemana de 32 años, economista:
“Es como si las rusas compitiesen entre sí por atraer la atención de los hombres”.
”Llegué a Rusia hace ocho años y mi primera impresión fue que aquí todas están luchando por conquistar a los hombres. Por ello, me pareció que la mayoría de las mujeres se cuidaban realmente bien: vestidas de una manera muy femenina (a veces demasiado provocativa), peinadas a la moda, pero normalmente con exceso de maquillaje. Creo que esto era el principal defecto. Sin embargo, ahora me da la impresión que la mayoría se diferencia muy poco de las habitantes de cualquier ciudad europea. Eso sí, a veces me sorprende lo cortas que son las faldas a 20 grados bajo cero y lo altos que son sus tacones de aguja.
Me gusta que las rusas sepan destacar sus virtudes, incluso las uñas postizas parecen bonitas. Pero el maquillaje de fiesta desde por la mañana a veces resulta irritante, como algo que fuera de lugar mucho. Además, las rusas tienen mucha afición por los perfumes dulces, con un olor muy fuerte y que puede llegar a ser molesto. En una palabra, yo les aconsejaría que no se pasaran con el maquillaje para atraer a los hombres. Al fin y al cabo, ellos también aprecian la naturalidad”.
Dora Kiralihidi, húngara de 34 años, directora de la agencia LeoBurnett:
“Cada mujer rusa conserva la receta de una crema milagrosa heredada de su abuela”.
“Las mujeres rusas son muy guapas y se cuidan muy bien. Fuera de Rusia siempre puedo reconocerlas porque se maquillan y se visten bien incluso para ir a la playa. La naturalidad y la ausencia de maquillaje no están de moda aquí. Las rusas utilizan mucho la base de maquillaje, sobre todo en invierno, para protegerse del frío y del viento helado.
Minifaldas y tacones de aguja: la moda de la calle
La cosmética y los servicios del esteticista son muy caros , y no estoy segura de que todas las mujeres de clase media puedan permitírselo. Sospecho que eso lleva a muchas mujeres a teñirse el pelo en casa y a preparar sus propios tratamientos de belleza. He visto que las señoras rusas aprecian mucho todo lo natural y prácticamente cada una de ellas, guarda la receta de una crema casera heredada de su abuela. Mientras que las que pueden permitirse ir a un salón de belleza lo hacen casi a diario. Aunque también es cierto que en Rusia apenas existen spas clásicos. Por lo visto, la alternativa que tienen es la bania, o sea, la sauna rusa.
Para mi gusto utilizan demasiado perfume de olor muy intenso que renuevan constantemente durante el día".
Resumiendo, el diagnóstico es claro: nos pintamos demasiado, utilizamos perfumes demasiado intensos, estamos locas por la manicura y nos pasamos todo el día con tratamientos de belleza. No sé si esto estará tan mal. Es posible que todas estas cosas sean componentes imprescindibles de la misteriosa alma rusa.
Artículo publicado originalmente en RBTH el 21 de octubre de 2010.
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