Unos 7.000 empresarios y políticos se reunieron en San Petersburgo para debatir sobre el futuro del país. En el discurso de apertura del foro el presidente, Dimitri Medvédev, apostó por redefinir el papel de los inversores extranjeros. El Kremlin quiere convertir Rusia en un destino atractivo para el capital foráneo.
El discurso de Medvédev supuso el punto álgido de una campaña de comunicación del gobierno, destinada a transformar la economía y potenciar la empresa privada, que ha ido in crescendo durante todo el año. Pero los inversores extranjeros piden avances visibles en cuanto a la seguridad jurídica y la reducción de la burocracia, además de un ataque coordinado a la corrupción desde las instituciones. Los escépticos argumentan que ya han oído lo mismo antes y que nada ha cambiado en Rusia.
La afluencia de inversores extranjeros se redujo casi a la mitad en 2009. El auge del consumo interno, que había alentado la inversión, se interrumpió en los últimos años, y los inversores pospusieron sus proyectos. La inversión extranjera directa, según su definición más estricta, que implica capital que se invierte en proyectos específicos (y no incluye los créditos), se redujo en un 17,1% interanual. En los otros países BRIC (Brasil, India y China), la inversión extranjera se ha mantenido.
Apertura
Los analistas argumentan, sin embargo, que la inversión extranjera se recuperará a pasos acelerados. «En los 90, Rusia estaba inmersa en el caos. No se podían hacer reformas. El primer intento se produjo entre 2000 y 2003 pero, pero tras el aumento de los precios del petróleo en los cinco años siguientes, perdió fuerza porque había demasiado dinero”, explica Kingsmill Bond, director de estrategias de Troika Dialog. “Ahora hay una gran necesidad de realizar reformas y, lo que es más importante, el gobierno quiere llevarlas a cabo”, argumenta. “Rusia va a crecer durante los próximos diez años”, afirma Greg Thain, director general de IMS marketing group.
Es posible que los inversores ya hayan oído este discurso antes, pero el hecho de que se repita tantas veces es alentador. El Kremlin puede hacer pocos cambios drásticos para crear un ambiente de inversión positivo, más bien se trata de trabajar duro para resolver los problemas poco a poco.
La medida más importante anunciada por Medvédev en el foro fue la decisión de reducir el número de sectores estratégicos vetados a los inversores extranjeros. Durante los años de bonanza, una criticada ley obstaculizó que los inversores extranjeros realizasen operaciones en unos cuarenta sectores de la economía. La decisión de Medvédev de recortar la lista en un 80% implica un giro importante. Medvédev, además, prometió suprimir el control estatal de la economía, lo que supone un cambio muy considerable, siempre que se lleve a cabo. «La gente tiende a pensar que la persona encargada de recoger las manzanas hace el trabajo principal pero, en realidad, es el que las planta el que hace el trabajo más importante», comentó. «El país no debería recoger las manzanas siempre solo. En una economía libre, siempre habrá gente que lo hará mejor y más rápido», indicó el presidente.
Medvédev dijo también que el gobierno considerará reducir los impuestos para fomentar el crecimiento. Los impuestos sobre los dividendos ya se eliminaron a principios de año, y el impuesto sobre las plusvalías de las inversiones directas se cancelará a principios del año que viene.
«La competencia internacional es el incentivo definitivo para la modernización. No se producirá nada serio en condiciones de invernadero», añadió. «Si se imponen restricciones en algunas empresas a favor de otras, el estado y las empresas están condenados a una existencia vegetal. Por tanto, queremos que haya competencia y estamos preparados para enfrentarnos a ella.»
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